La semana arrancó con nuevas turbulencias en el mercado asiático, un clima de ventas que se trasladó inmediatamente al resto del mundo. El índice compuesto de Shanghai se desplomó 8,48%. Una caída tan fuerte no se veía desde fines de febrero de 2007 cuando la misma bolsa había derrapado un 8,8%. Por su parte, el índice de Shenzhen, perdió 7%, acompañado por una baja de 3,1% de Hong Kong y de 0,95% de Tokio.
Además de que ayer se conociera un mal dato de industria, lo cierto es que la burbuja bursátil no solo ya existía sino que ya había explotado a fines de junio pasado. Fue el gobierno el que "tapó" la ola de ventas por medio de compras directas e intimidación estatal y policial, entre otras medidas adoptadas para que la suba de 140% que venía manteniendo el índice de Shangai en los últimos doce meses no se desinflara con la misma fuerza en un par de ruedas. El cimbronazo de ayer fue el resultado de malos indicadores, el control artificial del gobierno y la toma de ganancias propias de la suba de 18% que se dio en las últimas semanas.
Por cuestiones de husos horarios, las bolsas de Europa fueron la primeras en reaccionar a la baja. El FTSE de Italia lideró los números rojos tras perder el 3%. Muy de cerca se ubicaron el DAX alemán y el CAC francés con retrocesos de 2,6% cada uno.
En Wall Street las caídas alcanzaron el 1%, descenso que correspondió al Nasdaq. A su vez, el Dow Jones bajó 0,7% y el S&P cedió 0,6%.
El Merval, en tanto, sufrió la embestida externa a través del crudo. La bolsa porteña terminó 2,9% negativo por el derrumbe de las acciones del sector petrolero: Petrobras, YPF y Tenaris, con ponderación del 42% en el índice, perdieron 7,9%, 2,9% y 0,2%, respectivamente.
Es que la debilidad de China afecta a las materias primas, dado que el gigante asiático es el mayor importador mundial de commodities. De hecho, el índice MSCI de mercados emergentes cotizó en mínimos de dos años. En esa línea, el crudo también tambaleó. La versión WTI cayó 1,5% y el Brent se hundió 2,1%.
"Si bien hubo una suma de factores, el rumor sobre la posible venta de acciones del gobierno chino para comprobar si el mercado se sostiene solo provocó salidas generalizadas", comentó el director de Portfolio Personal, Augusto Posleman.
Ayer se publicó una caída de 0,3% de los beneficios de las grandes empresas industriales. Además, en julio la producción manufacturera se contrajo y alcanzó su nivel más bajo en 15 meses, según un estudio independiente presentado el viernes.
Más de la mitad de los valores que cotizan tanto en Shangai como en Shenzhen sufrieron pérdidas de un 10%, que es la variación máxima diaria que permite la normativa bursátil china. De todas formas, tal como recordó Posleman, pese a los fuertes descensos, las acciones todavía acumulan subas de más de 100%.
La bolsa de Shanghai había saltado 140% en un año y perdió casi 30% en las últimas tres semanas de junio.
El gobierno reaccionó con una batería de medidas, como una línea de liquidez del banco central para estabilizar las plazas bursátiles y la prohibición para unos 100 grandes grupos chinos de vender acciones de sus filiales en bolsa. Así fue como julio trajo calma a los inversores, sin embargo los analistas no creen que el mercado pueda mantenerse firme artificialmente; consideran difícil un repunte en el corto plazo. A las bolsas del mundo solo les quedará esperar.
China amplía su poder y hace sentir su peso. En los últimos años, Pekín afianzó agresivamente su influencia económica para ganar aliados diplomáticos, invertir su vasta riqueza, promover su moneda y garantizar acceso a los recursos naturales que tanto requiere.
Se trata de una nueva fase de la evolución de China. A medida que la riqueza de esta nación aumenta y sus necesidades cambian, el presidente Xi Jinping y otros líderes de gobierno buscan que el país extienda su alcance a escala global.
A continuación, la demostración gráfica de cuáles fueron los porcentajes de inversiónextranjera de China en cada país del mundo, ente los años 2005 y 2013.