Por Ricardo Alonso
La historia de las ciencias naturales en la Argentina y de sus protagonistas es apasionante, aunque a veces su trama, y no sus efectos, quede alejada del gran público.
La historia tiene sus extraños vericuetos, encrucijadas y encadenamientos.
Paolo Mantegazza fue un sabio médico italiano que recaló por estas tierras del norte argentino en 1856.
Los viejos salteños lo recibieron con especial afecto y cortesía. Lo invitaron a sus reuniones sociales en el recientemente creado Club 20 de Febrero. En esas tertulias conoció a una bellísima salteña, Jacoba Tejada, de la cual quedó impactado, al punto de convertirla en su joven esposa y llevársela con él de regreso a Italia.
En Buenos Aires tomó conocimiento de la ausencia y necesidad de profesores en ciencias naturales. Ya en Italia convenció a un afamado profesor de Parma de viajar a la República Argentina y realizar allí estudios científicos de campo y enseñar además asignaturas sobre los tres grandes reinos de la naturaleza.
Fue así como llegó al país el Dr. Pellegrino Strobel (1821-1895). Esto ocurrió en 1865 y precisamente este año (2015) se cumplen 150 años de su primera clase magistral y también 120 años de su muerte a los 74 años de edad. Aquella clase fue anunciada ampliamente en diarios de la época lo que demostraba el interés que despertaban los estudios sobre la naturaleza y la calidad académica del conferencista.
Para entonces, Darwin ya había publicado lo sustancial de su obra y un niño de once años, Florentino Ameghino, iba a deslumbrar al mundo unas décadas más tarde con sus impresionantes hallazgos de mamíferos fósiles pampeanos.
Strobel venía cargado de pergaminos. Era un políglota que manejaba fluidamente nueve lenguas y escribió más de 200 trabajos científicos especialmente en italiano y alemán, dos lenguas maternas por su origen en una región del norte de Italia, cerca de Austria; y también en francés, inglés y español. Era de aquellos clásicos sabios enciclopedistas del siglo XIX que abarcaban amplios campos del conocimiento.
En su obra destacan la zoología, la botánica, la etnografía, la arqueología y la geología, incluyendo la paleontología.
Así vemos en sus textos una gran cantidad de trabajos relacionados con moluscos actuales y fósiles, tanto los que estudió en Europa como los que pudo coleccionar en nuestro país. La malacología era una de sus principales especialidades y en este sentido fundó una revista en Italia dedicada al tema la cual todavía existe. También estudió la flora de su patria y países vecinos.
Precisamente un trabajo que salió el año de su muerte en 1895 se refiere a la flora y a la etnografía de Argentina. Es interesante que trabajara y publicara hasta el último año de su vida, sin haberse retirado a pesar de una edad avanzada para entonces.
Su primer trabajo lo publicó en 1844, con lo cual estuvo activo por más de 50 años.
Por sus aportes es unos de los padres fundadores de la malacología italiana. Realizó también estudios en batracios modernos, especialmente casos de malformaciones en ranas. Se interesó en los numerosos hallazgos fósiles de la región de Parma, especialmente las colecciones atesoradas en museos y en la universidad. Dio a conocer estudios sobre las cavernas y los restos óseos allí encontrados de osos. Estudió ballenas fósiles. Y prestó especial atención al hombre, especialmente al hombre prehistórico. Tiene numerosos trabajos sobre arqueología y varios de ellos sobre Argentina. Tengamos presente que durante los tres años que permaneció en nuestro país viajó desde Buenos Aires hasta la Cordillera de los Andes en Mendoza y también visitó el norte de la Patagonia. Estos viajes le sirvieron para recolectar plantas, animales, rocas y fósiles que luego estudió en Italia a su regreso. Mucha información sobre Strobel fue recopilada en un magnífico libro publicado en italiano por el Museo de Historia Natural de la Universidad de Parma al cumplirse en 1995 el centenario de su fallecimiento. Uno de los impulsores del libro fue su bisnieto, Victor von Strobel, bibliotecario italiano y especialista en la obra de su ilustre antepasado.
En el libro se recogen fotos y retratos del propio Strobel, fotos familiares, fotos tomadas por Strobel en sus viajes por Argentina, fotos de la urna que contiene sus cenizas (curiosamente se hizo cremar, algo que no era común entonces), fotos de un monumento a su memoria, entre otras ilustraciones. Es interesante comentar que a raíz de sus viajes por el territorio argentino le sobró una buena suma de dinero que quiso devolver al Estado pero la burocracia se lo impedía. Fue entonces que decidió donar esa plata para que con ella se constituyera un premio que fuera entregado por la Universidad de Buenos Aires a quien se destacara en los estudios de ciencias naturales. El premio se entregó durante algún tiempo y luego se discontinuó. Unas dos décadas atrás la UBA volvió a retomar dicho premio, valioso tanto por su reputación como por su antigedad.
El 7 de julio de 2015, al cumplirse el 150 aniversario de la primera clase de Pellegrino Strobel, el premio le fue entregado al Dr. Víctor A. Ramos, el geólogo argentino más prestigioso a nivel internacional y además especialista en la obra de Strobel. La clase magistral este año estuvo a cargo de Marcio Pimentel, geocronólogo de la Universidad de Brasilia, quién disertó sobre los métodos isotópicos más recientes para obtener la edad precisa de rocas de cientos o miles de millones de años de antigedad.
El acto académico en el Aula Magna contó con autoridades de la Universidad de Buenos Aires, geólogos de distintas provincias argentinas y visitantes ilustres de las universidades americanas de Cornell y Harvard. El suscripto participó invitado al acto como exconferencista Strobel. Sobre la vida y obra de Víctor Ramos se refirió su colega y discípulo Dr. Ernesto Cristallini, quien mencionó algunos de los hitos mayores de su biografía, entre ellos los más acreditados premios argentinos, el premio de la ciencia de México entregado en un acto encabezado por numerosos presidentes latinoamericanos, más de 400 trabajos científicos en revistas, libros y capítulos de libros nacionales y extranjeros, más de 50 tesis doctorales y un centenar de tesis profesionales dirigidas a lo largo y ancho del país; a lo que hay que sumar su pertenencia a la mayoría de las academias nacionales de ciencias y de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos, su título de profesor Jack Oliver de la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York), profesor emérito y Gran Maestro de la Universidad de Buenos Aires, Investigador Superior del Conicet, entre otros múltiples galardones y distinciones nacionales y extranjeras. Es el mayor experto sobre la geología de los Andes y casi no hay trabajo científico sobre el tema que no lo mencione en su bibliografía.
Por su extraordinaria tarea científica y docente, el Dr. Víctor Ramos es sin dudas la cristalización del premio que con justicia pensara Strobel un siglo y medio atrás.
*Geólogo
