A una semana de que se den a conocer los resultados financieros trimestrales de la compañía, el próximo 30 de julio, Shell se muestra confiada en los beneficios de la histórica fusión con BG, valorada en 70.000 millones de dólares. La compañía anglo-holandesa ha declarado en una reunión con analistas e inversores en Wimblendon el pasado fin de semana, que los ahorros fruto de la fusión serán multimillonarios. Según la postura defendida por el director financiero de Shell, Simon Henry, éstos le permitirán afrontar la difícil situación de los mercados afectados por la caída de los precios y el gran desembolso que supone la adquisición de BG, que se completará a principios de 2016.
Por un lado, Shell espera que las sinergias entre ambas empresas aporten una reducción de los costos en torno a los 5.000 millones de dólares. “Un múltiplo de 1.000 millones de dólares anuales de ahorro a través de la integración de las oficinas centrales y otros recortes de gasto”, publica Financial Times. Esto duplica la cifra que se dio a conocer en abril, que lo situaba en los 2.500 millones. El crecimiento en tamaño de la compañía permitirá al conglomerado evitar duplicidades, abarcar más mercados y afrontar con más facilidad los negocios clave.
En concreto, la compañía confía en poder compartir el conocimiento sobre áreas como las aguas ultraprofundas y el comercio de gas natural, pero también tendrá que tener en cuenta sus costes derivados, opinan los analistas. Y es que Shell entrará en la cuenca brasileña de Santos, que contiene importantes reservas de hidrocarburos situadas en aguas ultraprofundas, gracias a la presencia de BG en la zona. Shell pronostica que para el 2020, las operaciones en aguas profundas reportarán a la compañía un flujo de caja de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares.Además, la integración de BG permitirá a Shell el acceso a importantes recursos de gas natural no explotados todavía en el este de África, así como a un enorme proyecto de gas natural licuado en Australia. De hecho, BG es el mayor exportador de Gas Natural Licuado a Estados Unidos, lo que convertiría a Shell en líder del sector tras la compra, con un 20 por ciento de la cuota de mercado, según Bloomberg.
Con estos datos sobre la mesa, nadie pone en duda que la absorción, una de las mayores que se recuerda en la última década, supondrá muchos beneficios para Shell. Aparte de los ya citados, la compra de BG aumentará un 25 por ciento sus reservas de crudo y gas y llegará a alcanzar un 20 por ciento más de producción, pero no todos lo ven con tanto optimismo. Tras un desplome del 13 por ciento en las acciones de Shell en estos meses y una caída de los beneficios por los bajos precios del barril, es probable que el presidente ejecutivo de Shell, Ben van Burden, aproveche la presentación de resultados para anunciar un recorte sustancial de la inversión de capital de la compañía para este año, ajustándola a la caída de los precios.
La reducción podría ser de “varios miles de millones de dólares, frente al gasto previamente anunciado de 33.000 millones”, recoge Financial Times, lo que supondrá el aplazamiento de varios proyectos aún por detallar. Todo apunta a que afectarán al área de exploración, en la que se encuentran los campos en América Latina. Que los planes de Shell lleguen a buen puerto depende también de los precios del gas, ya que en Europa y Asia están cayendo y Estados Unidos va por el camino de ser autosuficiente.