Una sola área petrolera, tres negocios distintos. Los proyectos presentados a la Provincia por YPF, PAE y Wintershall encierran sustanciales diferencias en su armado financiero y productivo, algo curioso teniendo en cuenta que se trata del mismo pedazo de tierra sobre Vaca Muerta.
Lo que resulta evidente es que las expectativas que tienen las empresas sobre la formación estrella neuquina no son las mismas. YPF, por caso, cree que su Tasa Interna de Retorno (TIR) será del 14,38% en los 35 años de la concesión sobre su pedazo de Bandurria, ubicado al sur del yacimiento.
PAE espera que su porción del centro le otorgue una TIR del 16,1%, mientras que los alemanes de Wintershall, subsidiaria del grupo BASF, le piden al proyecto una tasa del 17,1%.
Las diferentes expectativas de las empresas pueden explicarse por sus estrategias financieras y el costo de conseguir los dólares para los proyectos.
Pero hay otro indicador que da cuenta de diferencias radicales en las expectativas: la producción acumulada de los pozos. Buena parte del éxito de los proyectos shale depende de la delimitación del "pozo tipo". Lo que se busca, entre otras cosas, es calcular cuánto producirá una perforación a lo largo de la concesión de 35 años.
Según los datos aportados por la Provincia, la que más expectativa tiene sobre sus pozos es Wintershall, que espera cosechar unos 885.000 barriles equivalentes de petróleo (BOE) por cada unidad. PAE, en cambio, cree que obtendrá 816.000 BOE por pozo.
La cifra para YPF es mucho más baja. La firma de bandera calcula que cada pozo le dará unos 587.000 BOE en promedio. Se trata de una cifra algo más alta que la calculada inicialmente para Loma Campana, lo que habla del mayor recorrido en la curva de aprendizaje.
También da cuenta de una mirada a todas luces más cauta, aunque también aquí puede haber matices como la cantidad de pozos verticales y horizontales prevista y la cantidad de fracturas en cada uno de ellos. La cuenta es sencilla: a más recorrido y más fractura, más se produce pero más altos son los costos. Encontrar un equilibrio entre esas variables es un desafío para las empresas.
Hay una tercera diferencia notoria entre los tres proyectos: el costo promedio de los pozos.
Siempre según los números provinciales, Wintershall es la que espera gastar más en sus perforaciones, unos 17,4 millones de dólares por pozo en la etapa de desarrollo.
El pozo promedio para PAE costará unos 16,8 millones de dólares, algo menos que los de la firma alemana.
YPF, en tanto, espera redondear un promedio de 12,8 millones de dólares. Es el monto idéntico al que gasta en Loma Campana para una perforación horizontal, una tecnología que ya afianzó y que por los bajos costos marginales parece ser el camino más rentable para sacar el jugo de la dura piedra de Vaca Muerta.
Los tres proyectos fueron presentados al gobierno provincial para conseguir la aprobación de una concesión no convencional de 35 años. El Ejecutivo, a través de la Subsecretaría de Hidrocarburos, fiscaliza entre otras cosas la viabilidad económica de los proyectos.
Según los tres decretos de aprobación, los números "presentan racionalidad económica", lo que fue motivo suficiente para dar luz verde.
Claro que las empresas deberán primero encarar sus etapas pilotos, para las cuales tienen cinco años. En esos plazos las inversiones son menores, aunque de mayor riesgo. En cualquier caso, las empresas tienen un tiempo perentorio para desarrollar sus inversiones y mantener latente la posibilidad de una concesión de 35 años.