(POR FABIÁN RUOCCO*)
Los monos aulladores se llaman acertadamente así por su comportamiento. Todas las mañanas, al despuntar el sol, los machos dominantes se dirigen a la periferia de su territorio y aúllan a los monos aulladores que ocupan los territorios adyacentes, quienes, a su vez les aúllan a ellos. Esta suerte de competición de aullidos restablece lo que el destacado ecólogo Robert Adrey llamó "imperativo teritorial", puesto que, en estos monos, como ocurre en una amplia variedad de especies de todo el mundo, tanto de vida aérea como marina o terrestre, la defensa de un territorio permite a los machos dominantes alcanzar dos objetivos fundamentales: controlar los recursos naturales y atraer a las hembras reproductoras.
De forma similar, cuando vemos que los líderes empresariales, los políticos, los ambientalistas, los inversores, las organizaciones gremiales hacen afirmaciones en diferentes grados de "aúllo" sobre la minería actual en la Argentina, su potencialidad y su desarrollo futuro, más para defender sus propios intereses "territoriales" que para un beneficio general y colectivo, nos volvemos a formular preguntas a partir del encuentro realizado en San Juan.
Los sistemas políticos humanos son estructuras culturales simbólicas que superan a la primatología, tanto geográficas como tribales. No obstante, la mayoría de las políticas mineras se incorporan a esta realidad de manera concurrente.
En la visión sobre sectorial Minera Argentina se transita como en dos mundos que se aúllan recíprocamente. Uno es el natural concreto, cuya realidad le ha tocado descubrir, aprender, dominar, y un mayor numero de veces, aceptar. El otro es el creado por la misma dialéctica sectorial, por sus sueños, intereses, prejuicios y deseos, que responde a su necesidad de creer en la existencia de posibilidades superiores a las actuales comparándose con Canadá, EE.UU, y/o Australia. Este es el mundo simbólico minero Argentino. Para algunos está todo bien y hay que festejar, y para otros está todo mal y hay que rectificar. Los supuestos de tal visión son ficciones y sus promesas están muy alejadas de la situación observable en los hechos. Ahora bien, en el medio existe una zona gris donde las estructuras simbólicas caminan en un punto ciego o de falsos diagnósticos, en los cuales resulta muy dificultoso descubrir cual es la verdad del asunto.
En este contexto, los miembros del CEDyAT continúan con su trabajo analítco respecto de lo que sucede en la sectorial minera nacional. Dado que tiene, entre sus responsabilidades, la de pensar el país en el marco del escenario mundial para contribuir a elevar la calidad de vida del conjunto de la población y consolidar la democracia. Esta tarea es particularmente crítica y urgente en momentos como los actuales, signados por el año electoral. En cumplimiento de esa responsabilidad ineludible, docentes e investigadores convocan a la reflexión común para aportar a un análisis acerca de la naturaleza de los problemas centrales de la economía argentina y formular propuestas que permitan movilizar el formidable potencial minero con que cuenta nuestro país.
Porque, en la minería Argentina parecería que todo existe en un doble plano: el de lo real y el de lo simbólico. La correspondencia entre estos dos mundos para el próximo gobierno dependerá de la forma simbólica en que interprete el nuevo equipo de gestión (sea Ministro de Minería, Secretario y/o Subsecretario) la realidad concreta que ha percibido.
La verdad, la percepción y la reproducción no siempre se corresponde con la significación de la realidad como tal. Esto es lo que venimos observando en estas tres últimas décadas de nuestra joven democracia. Los problemas del sector son estructurales pero las soluciones son rápidas y con cambios factibles si hay voluntad para hacerlos, como es aliviar la presión impositiva para hacer viable el negocio minero.
Esto es así, porque la realidad concreta es la que existe independientemente de nuestra conciencia y nuestra voluntad. Pero la simbólica es la que sirve para expresar la concreta por medio de instrumentos de mediación que son los símbolos, los signos y señales. La significación que la realidad representa para nosotros es el resultado de la forma en que en que la hemos percibido. La percepción es nuestra conexión con la realidad, entendida esta como entorno físico, como mundo de los objetos.
Nuestra percepción es selectiva, escoge aquello que es significativo para nosotros. La percepción es un proceso global y por lo general inconsciente, no es el ojo el que ve, sino el hombre, no es el oido que oye, sino el hombre. El ojo que observa tiene toda una serie de valores aprendidos a través de imágenes anteriores, conocimientos y valores que son parte del ser humano, no del órgano visual como tal. De igual manera ocurre con los discursos percibidos a través de estos días del encuentro de gobernadores en la Provincia de San Juan.
No hay ninguna experiencia de crecimiento económico por fuera de la economía de mercado, bien lo sabemos. Además la experiencia de la Unión Soviética fracaso. Por eso el Estado tiene que crear las condiciones para el real desarrollo empresarial en la minería como motor de las economías regionales.Junto con ello, hay muchas redes de actores no gubernamentales de distintas vertientes, orígenes, ideologías y culturas, movimientos sociales, religiosos y académicos que están buscando respuestas y cambios alternativos a la minería. Esta realidad compleja muchas veces presiona también a toda la sectorial desde zonas donde ni los políticos ni las empresas controlan las diferentes variables y motivaciones.
¿Será el candidato presidenciable del FpV quien registre, elija e identifique una ruta particular a seguir entre todos los que la OFEMI, la Cámara de Empresarios, el Ministerio de Planificación Federal, y las Asociaciones Profesionales emitieron?
Sin embargo, hay especialmente avances evolutivos en la práctica democrática minera que han "auto - acorralados" a los políticos y a los empresarios en el último encuentro en la provincia Sanjuanina.
El primero de ellos es que la propia crisis modificó los términos del problema. Es decir, el derrumbe de varios proyectos mineros (Pascua Lama, Potasio Río Colorado, etc.) y las ideas que sustentaban el concepto de prohibición de la minería (actualmente son siete las provincias cuyas legislaciones apoyan la No Minería) arrastró consigo al sistema anterior y provocó como respuesta de la economía una serie de hechos que modificaron los escenarios de las provincias mineras y aquellas cuyo potencial sigue siendo eso, un potencial, pero sin visas de desarrollo real.
El segundo se produjo al dejar el síndrome del avestruz o miedo a la verdad que era característico ante las diversas coyunturas. El avestruz, cuando está en peligro y siente miedo, esconde la cabeza, como si al no ver la amenaza, ésta desapareciera. El concepto de verdad viene asociado desde tiempos inmemoriales con la noción de lo peligroso. Por eso resulta muy positivo la presentación de las diversas posiciones realizadas durante el encuentro. Eso permitirá adelantarse al futuro y poder planificar con reglas claras.
Porque en definitiva, lo que también dice nuestra experiencia y la experiencia internacional es que los países con minería crecen desde adentro hacia fuera, construyendo su propia realidad nacional, integrando sus actores, elevando los niveles de educación, consolidando las instituciones, brindando seguridad jurídica real, teniendo liderazgos con estrategias de cooperación en el propio espacio, por lo tanto ampliando las fronteras del trabajo y las posibilidades para el conjunto de la sociedad. Desde ese umbral se puede entonces salir a buscar las inversiones internacionales.
Estamos probablemente en presencia de una nueva etapa del desarrollo histórico del país y de la economía argentina con el cambio presidencial a partir de diciembre del 2015. Un orden democrático en que la orientación del desarrollo plasme la voluntad de la mayoría y haga posible la concurrencia de todos los actores, también responde al valor de la igualdad, por eso hay que saber aprovecharla sino quedaremos atrapados en la lógica de los monos aulladores.
* Presidente del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica - CEDyAT
