Una copiosa nevada precipita desde el jueves en alta montaña y otro tanto sucede en el sur provincial. En Malargüe nieva desde el viernes a la tarde nieva y la circulación en algunas rutas -como la 40 Sur, 40 Norte, la 222 y la 143- demanda extrema precaución.
En tanto, la acumulación nívea en Las Leñas llevó a los operadores a alertar a los esquiadores por "riesgos de avalanchas", según informó ayer Winter Channel, un circuito cerrado de TV que trasmite para el complejo de hoteles de ese centro de esquí y advertía acerca de un riesgo grado IV en horas de la tarde.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que las nevadas continuarán sobre la cordillera en Neuquén, Mendoza, San Juan y La Rioja durante este sábado; y a partir de hoy el fenómeno se extenderá hasta la cordillera de Catamarca. La situación continuará el lunes y se acumulará gran cantidad de nieve en la cordillera, anticiparon.
Debido a las intensas lluvias y nevadas en alta montaña, Gendarmería Nacional informó que la ruta internacional Nº 7 está transitable hasta Uspallata para turismo interno con portación obligatoria de cadenas que deberán ser colocadas de ser necesario.
Desde Uspallata hasta la boca del Túnel Internacional se encuentra intransitable para todo tipo de vehículos. El viento blanco, las fuertes nevadas y las bajas temperaturas hacen que la visibilidad sea muy reducida para transitar por esta zona. Al mismo tiempo se informó que el túnel internacional Cristo Redentor se mantendría cerrado hasta este lunes.
La imposibilidad de mantener el Corredor Bioceánico despejado hace que la población civil que reside en Polvaredas, Punta de Vacas, Puente de Inca y Villa las Cuevas, se encuentre aislada por vía terrestre y muchos hayan decidido bajar a la ciudad hasta que amaine el temporal.
Una máquina de Vialidad despeja la Ruta Nacional N° 7
Debido a las nevadas que se registran en Alta Montaña, las más intensas en más de diez años, el tránsito está habilitado solo hasta Puente de Inca y con portación obligatoria de cadenas, informaron desde la Red de Estaciones Meteorológicas de Vialidad Nacional.
En tanto, el tránsito está inhabilitado para todo tipo de vehículos desde Puente del Inca hasta la boca del túnel internacional Cristo Redentor. El Paso se encuentra cerrado.
Desde Vialidad le piden extrema precaución a los conductores de vehículos que circulen por la Ruta Nacional N°7 ya que hay maquinarias y personal despejando la calzada. También recordaron que “durante toda la temporada invernal deben circular por el Corredor Andino con portación obligatoria de cadenas en sus vehículos, para ser utilizadas en caso de ser requeridas".
Marcelo Dapas, titular de Defensa Civil, dijo que la apertura del Túnel Internacional “va para varios días” porque una vez que pase este temporal hay que trabajar en tareas de limpieza y despeje, por lo cualpidió a los empresarios “que no manden más camiones porque no permitiremos más acopio de rodados en las playas de estacionamiento. Ponen a los trabajadores en una situación incómoda”.Actualmente hay cerca de mil camioneros esperando la apertura del Paso para cruzar a Chile.
Ningún mendocino puede decir esta vez que los pronósticos de los meteorólogos fueron desacertados en cuanto a la nevada que caería en alta montaña. La tormenta, que es la más grande de los últimos diez años, presenta un panorama auspicioso tanto para los centros de esquí como para el verano en el que, probablemente, tengamos más agua.
Luego de dos días de copiosas, constantes e intensas nevadas en la cordillera, la acumulación de nieve alcanza casi los dos metros.
Marcelo Dapás, director de Defensa Civil, explicó que se repiten las actividades desde que empezó la tormenta. “Asistimos a cuidadores en Uspallata y se está trabajando en el despeje de la ruta, de manera tal que cuando se termine la tormenta haya menos nieve que correr en el camino y se pueda llegar a las distintas localidades a las que hoy no hay acceso”, sostuvo Dapás y aclaró que sólo están trabajando las máquinas de Vialidad Nacional.
Afirmó que quienes han quedado “atrapados” en las viviendas y refugios en alta montaña serán “rescatados” cuando termine de nevar. “Hay algunas personas que se han puesto un poco nerviosas, pero hay que esperar a que pase la tormenta. Hay gendarmes, soldados, gente de Vialidad trabajando. No es una situación de emergencia”, recalcó.
También en este sentido, Jorge Pérez Polo, director comercial de Los Puquios, dijo que si bien ha habido deslizamientos de nieve, lo importante es que todas las personas están a resguardo. “Hacer hoy –por ayer– un análisis de los derrumbes es desacertado porque nadie lo ha podido ver para medirlo. Es lo normal dentro de lo que es un evento de esta intensidad”, comentó y dijo que hubo una avalancha en Polvaredas, pero “no se puede ver nada a más de 100 metros”.
“A la gente le recomendamos que hasta el domingo 16 no haga planes ni vaya, porque la calma de este temporal va a estar a partir del miércoles o jueves de la semana que viene. Que a la euforia la dejen para después del miércoles”, dijo.
Pérez Polo calculó que ya hay unos dos metros de nieve desde el nivel del piso.
Gonzalo Valdemoros, gerente comercial de Los Penitentes, señaló que ellos aún no deciden si comenzarán a trabajar este fin de semana o el próximo.
“Sin duda que estas nevadas son beneficiosas, están aumentando las reservas hídricas que tenemos en la cordillera. Va a ser el agua de primavera y verano, y luego de esta crisis hídrica que venimos viviendo es un buen síntoma”, afirmó Ricardo Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), dependiente del Conicet.
Sin embargo, aclaró que sería bueno que nevara dos o más veces con esta magnitud. “Posiblemente estemos cercanos a los niveles medios. De todos modos, es posible que tengamos más nevadas y es algo realmente auspicioso”, comentó el especialista. Villalba recordó que la última nevada que podría considerarse como “la del siglo” fue en 2005.
Las intensas nevadas que han caído en los últimos días en la zona cordillerana de Mendoza han traído alegría para el aprovechamiento turístico, pero también para las cuencas hídricas, ya que pueden marcar el inicio del fin de la crisis que padece la provincia desde hace cinco años.
Tanto es así que el Departamento General de Irrigación (DGI) informó que "con nevadas como las del fin de semana pasado, alcanzamos el 50 por ciento que necesitamos para un año medio"
Sin embargo, aún reina la cautela y la expectativa por lo que sucederá en las siguientes semanas, ya que estas nevadas no alcanzan para sortear la Emergencia Hídrica que está activa en Mendoza desde hace cinco años.
Juan Andrés Pina, Director de Gestión Hídrica del DGI, explicó a MDZ que "el evento de las nevadas de los últimos días fue muy importante, como situación aislada. La cantidad de nieve caída ha sido mucha, pero eso no significa que ya estemos en un año hídrico bueno ni que estemos fuera de la crisis hídrica".
"Nuestras estimaciones basadas en los análisis de nuestras estaciones en Alta Montaña indican que la cantidad de nieve que ha caído sería aproximadamente el 50 por ciento de la nieve que cae en un año medio promedio. Cuando estamos por debajo de ese promedio, tenemos una situación de crisis hídrica como en los últimos cinco años", añadió.
De hecho, Pina señaló que este año se presentaba, hasta hace poco, con delicadisimo panorama: "Cabe tener en cuenta que en los años buenos, nieva desde fines de abril hasta agosto. En este caso, recién nevó a mitad de julio. Es decir, hasta la semana pasada veníamos bastante mal".
A su vez, el funcionario de Irrigación indicó que "si no vuelve a nevar, estamos en condición de repetir la crisis hídrica; por eso esperamos que siga nevando para revertir la situación. Si tuviéramos dos o tres eventos más como el actual, sin dudas sería un buen año".
Por otra parte, Pina indicó que "es muy difícil medir una cantidad de nieve para determinar si será un año bueno, porque depende del tipo de nevada. Lo medimos de otra manera: cuánta agua representa la nieve que cayó, lo cual tiene que ver las características de la nieve en sí".
Además, el ingeniero detalló que, en los últimos años, el derrame de agua en el río Mendoza es de 1.000-1.050 hectómetros, cuando en un año normal el promedio es de 1.400-1.500 hectómetros. Esto representa una reducción entre el 30 y 35 por ciento,que en determinadas ocasiones ha alcanzado una disminución del 40 por ciento, lo que significa un fuerte impacto de la escasez de agua en el Oasis Norte.
Finalmente, Pina recordó que las tareas de Irrigación están orientadas hacia "acciones tendientes a aumentar la capacidad de gestión y la eficiencia en el manejo del recurso hídrico en distintos niveles".
