Vaca Muerta guarda secretos que poco a poco van develando los ingenieros. Una de las informaciones más cuidadas está vinculada con las respuestas que la formación shale tiene a la estimulación hidráulica. La inyección de agua y arenas a altísima presión, en distintas etapas, constituye la idea general, pero no explica los detalles que terminarán definiendo el éxito o el fracaso de un pozo.
El agente sostén, arenas y cerámicos, es el componente fundamental para la fractura. Es lo que permite mejorar la permeabilidad de la roca generadora para que el hidrocarburo, contenido en ella, pueda liberarse y ser extraído. En la actualidad y pese a que YPF tiene 360 pozos en el yacimiento Loma Campana –el único proyecto no convencional fuera de EE. UU.– y ya está consolidada como la segunda área productiva del país, los ajustes sobre este insumo siguen siendo decisivos.
La politización que se dio en torno a la cantera de arenas para fracking que YPF adquirió en Chubut, en la zona de 28 de Julio, habría complicado tanto la cuestión estratégica empresaria que por ahora no se avanzó más en el tema.
Sin embargo, la producción de petróleo no para y desde la compañía nacional reconocieron que ya se encuentran fracturando con un porcentaje cercano al 50% de arena nacional cuando en términos generales se utiliza un 30%.
El dato importa desde lo económico y técnico. Para fractura en una perforación no convencional se utiliza –en distintos momentos y de menor a mayor granulación– un 75% de arenas y un 25% cerámicos. La reducción de insumos importados tiene un impacto central en la disminución de costos para la rentabilización de un proyecto, como el shale, que va en busca de un petróleo caro, alojado a más de 2.500 metros de profundidad.
La escala, como llaman al desarrollo masivo los ingenieros de producción, es la que pone en perspectiva la economicidad de Vaca Muerta. La cuenta dice que uno de cada tres dólares por perforación se lo lleva la estimulación hidráulica. Y sobre ese costo, el agente sostén es el que se anota con una gran porción ya que, en promedio, se necesitan 3.000 toneladas para unas 15 etapas de fractura, algo que representa el 15% del valor total de un pozo.
Arenas y cerámicos
Las arenas utilizadas se dividen en naturales y resinadas. El resto de lo que en conjunto se llama agente sostén son cerámicos, manufacturados, que aportan la mayor resistencia en el proceso de fractura. A diferencia de los reservorios de Estados Unidos, cuna del shale, la presión de Vaca Muerta no permite recortar los porcentajes en el uso de cerámicos, un insumo que si bien se estudia en el país para su producción masiva, hasta el momento no se encontraron canteras de calidad para obtener la materia prima a costos razonables.
Además del precio para importar el agente sostén, existe otro factor que YPF busca mejorar con la puesta en marcha de una cantera nacional: el volumen y el tiempo de entrega. Las arenas y cerámicos importados llegan a tardar hasta cuatro meses desde que se realiza la compra y principalmente llegan desde China, Brasil y Estados Unidos.
Chubut postergada
Si bien YPF está desarrollando una cantera en Chubut y tiene pensado una planta de acopio para Añelo, por el momento sólo utiliza arenas extraídas de Entre Ríos, pero por ahora el volumen nacional no alcanza a cubrir toda la demanda.
Las noticias para el desarrollo de arenas nacionales son dos, una buena y una mala. La buena es que técnicamente tienen la calidad que el shale requiere. La mala, que existe un vacío legal sobre este tipo de explotación minera porque se requiere de grandes desarrollos de infraestructura.
En la provincia, la falta de una política clara respecto a los recursos mineros, viene dilatando varios proyectos. Los debates son tan diversos que rayan desde la intención de analizar que beneficio dejará la explotación en la zona, pasando por la metodología de transporte e inconveniencias que podría generar el caudal de material a desplazar, hasta el impacto ambiental y en la salud de la población. Demasiados temas posiblemente para resolver y consensuar en una etapa previa a las definiciones políticas que se avecinan.
Sin embargo, el recurso está en la provincia y la demanda está en el país. Todo indica que tarde o temprano se deberá contar con una definición del Estado al respecto.
El escenario en EEUU
Para dar una idea del furor por las arenas, basta observar al productor mayor. Se prevé por ejemplo que las empresas energéticas utilicen este año 25,5 millones de toneladas de arena, la cual bombean dentro de los pozos de petróleo y gas natural para ayudar a fracturar la roca y permitir que el combustible fluya hacia afuera. Desde 2011, el uso de la arena ha aumentado en Estados Unidos un 25%, según la firma consultora PacWest, que proyecta un alza adicional de 20% a lo largo de los próximos dos años.
En Wisconsin, que genera la arena blanca que tiene las condiciones perfectas para la fracturación hidráulica, más de 100 minas y plantas de procesamiento de arena han recibido permisos, frente a sólo cinco en 2010, estiman las autoridades del estado.
Y las acciones de las empresas que negocian arena se han disparado. Los títulos de Hi-Crush Partners LP, con sede en Houston, han crecido 56% desde que la empresa empezara a cotizar en bolsa en agosto de 2012. Las acciones de U.S. Silica Holdings Inc., con sede en el estado de Maryland, se han duplicado otorgándole un valor de mercado de US$1.900 millones.
Todos entusiasmados
Las ganancias que genera el nuevo “oro” que representan las arenas están derramando ganancias inesperadas. Los operadores de ferrocarriles están transportando vagones llenos de arena a campos de esquisto, incluida la cuenca Permian en Texas y Nuevo México; la formación Bakken, en Dakota del Norte, y Marcellus Shale, en Pensilvania.
Aunque pareciera que algunos de estos lugares tienen suficiente arena propia, muchas empresas de fracturación hidráulica prefieren la arena blanca de Wisconsin, que es más grande y se caracteriza por granos más redondos que tienen una mayor capacidad de mantener abiertas grietas mayores.
La empresa ferroviaria estadounidense Union Pacific Railroad transportó por ejemplo 94.000 vagones de arena para fracking en el primer semestre del año. Canadian National Railway Co. está invirtiendo US$68 millones a lo largo de tres años para modernizar y restaurar más de 160 kilómetros de vías férreas en Wisconsin para poder así expandir su transporte de arena desde ese estado.
U.S. Silica y BNSF Railroad están construyendo un centro de distribución de arena al sur de San Antonio, Texas, en la orilla de la formación rocosa Eagle Ford. U.S. Silica enviará cerca de 450.000 toneladas de arena cada año a ese centro desde Ottawa, Illinois, 135 kilómetros al sudoeste de Chicago, y Sparta, Wisconsin, unos 400 kilómetros al norte.
La demanda por la arena llegó a un nivel tan alto el año pasado que los precios llegaron a un promedio de US$75 por tonelada. Esto ha llevado a empresas que producen petróleo de esquisto como EOG Resources Inc. a ampliar sus operaciones en el negocio de la arena para mantener bajo control sus costos por pozo.
La cuestión ambiental
Aunque a nivel local los técnicos han venido insistiendo en lo inocuo del material, la experiencia dicta que hay inconvenientes y que hay que preverlos. Preparar la arena que se usa en la fracturación implica filtrarla para obtener los cristales del tamaño adecuado, separar los contaminantes, lavarla y secarla.
El auge de la arena ha generado preocupaciones sobre la seguridad de los trabajadores, así como oposición local debido a las nubes de polvo que se forman en el aire por los camiones pesados que transportan la arena de las minas a las plantas de procesamiento y centros de almacenamiento ferroviarios. Pattison Sand Co. en Clayton, Iowa, ha enfrentado un escrutinio particular.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. llama los gránulos finos liberados por la extracción de arena “sílice cristalizado respirable”, o polvo de sílice, el cual, asegura, está vinculado a la silicosis y el cáncer de pulmón. “Hay una tendencia a decir que es sólo polvo y la gente siempre ha estado expuesta al polvo”, dijo David Kriebel, un epidemiólogo de la Universidad de Massachusetts. “El sílice cristalizado es una sustancia extremadamente peligrosa. Cada pequeño pedazo que llega a los pulmones causa cicatrices”.
En el condado de Trempealeau, Wisconsin, donde se ha abierto una serie de nuevas minas de arena, las autoridades impusieron recientemente una prohibición de un año en la concesión de nuevos permisos. En Chubut el tema está estancado, pero a corto plazo será uno de los proyectos productivos que deberá considerarse por la trascendencia económica que podría acarrear.