La nacionalización de recursos y la obtención de la denominada "Licencia social para operar" son algunos de los principales riesgos que enfrenta la industria minera en el mundo, según el Reporte “Business risks in mining and metals 2015-2016” de EY (ex Ernst & Young).
“Las mineras están lidiando con una restructuración global sin precedentes”, dice EY. Y aquellas empresas que mejor gestionen los riesgos del negocio tendrán más posibilidades de sobrevivir.
En el reciente estudio, EY identifica a los tres riesgos más importantes para los mineros: crecimiento, productividad y acceso al capital.
En cuanto al crecimiento, el interruptor para el crecimiento es inminente y los activos todavía son relativamente baratos para una oportuna adquisición. Teniendo en cuenta el tiempo que lleva desarrollar nuevos proyectos, las empresas deben tomar ahora importantes decisiones de inversión para el crecimiento futuro.
María Javiera Contreras, socia de EY, explica que “este es el momento donde las mineras necesitan justamente invertir para aprovechar las oportunidades futuras".
El estudio indica que la productividad seguirá siendo el enfoque número uno de los CEOs durante 2015-2016. Aunque la mayoría de los mineros han iniciado acciones para recuperar la pérdida de productividad a cualquier costo durante los años de auge, la necesidad de mejoras sostenibles y duraderas de productividad sigue siendo vital para la supervivencia y la prosperidad.
“Las mineras deben mirar hacia una operación y estrategia flexible para poder adaptarse a los cambios del mercado”, explicó Contreras.
En cuanto al acceso a capital, las Juniors vienen enfrentando ciertas dificultades para acceder a los fondos. Esto provoca una disminución en la exploración minera y pone en riesgo la producción futura.
Como afirma EY, es una paradoja entre la re-inversión de largo plazo y crecimiento, tan esencial para la sostenibilidad del sector. Sin embargo los mercados de capitales públicos todavía están exigiendo lo contrario.
Mientras que muchos países están buscando activamente atraer inversiones mineras, con medidas tributarias y legales, el nacionalismo de los recursos sigue siendo un riesgo constante para las empresas mineras. Este riesgo ocupa el cuarto puesto del top ten.
Para EY existe una percepción global de que las mineras tienen que pagar lo que corresponde y los gobiernos piden cada vez más.
“Del mismo modo, mientras que la licencia social para operar se puede considerar parte de la rutina de hacer negocios para las mineras, la naturaleza de la amenaza continúa evolucionando y va en aumento”, explica el estudio y advierte que los proyectos se seguirán retrasando o serán dejados de lado por completo debido a conflictivos con la comunidad, ya que se evidencia que los gobiernos respaldan cada vez más a estas comunidades.
“Las comunidades se han puesto más exigentes. Si la relación con ellas se sigue como un trade off no se avanzará. Debe haber una visión conjunta, temprana y a largo plazo con la comunidad por parte de las mineras”, advierte Alejandra Medina, líder de Consultoría en Sostenibilidad de EY.
El precio de los metales y volatilidad de la moneda y los proyectos de capital se mantienen en el puesto seis del ranking de riesgos y continúa haciendo estragos en el negocio de la minería y metales. Las grandes fluctuaciones de los precios de los commodities y la volatilidad de la moneda lo que ha mantenido este riesgo en lo alto de la agenda.
Los proyectos de inversión también siguen siendo un alto riesgo. Pese a que se destinará menos capital a los proyectos, el desarrollo continúa debido a los largos plazos de entrega de los proyectos ya aprobados durante el súper ciclo. El estudio de EY demuestra que, además de una feroz competencia por el capital, los excesos presupuestarios masivos continúan plagando la realización de estos complejos proyectos multimillonarios. “Existe un imperativo de abordar las explosiones y sobrecostos”, advierte.
Acceso a la energía, seguridad cibernética e innovación ocupan las tres últimas posiciones del ranking, pero van en aumento y se han convertido en una amenaza para las mineras.
Si bien la caída de los precios del petróleo ha traído algo de alivio a las mineras, la naturaleza de alto consumo energético del sector hace que el acceso a la energía sea un tema clave a largo plazo.
“Asegurar el suministro sostenible de energía que sea rentable y fiable desde la concepción del proyecto, hará que las empresas expandan sus operaciones a zonas remotas con infraestructura energética subdesarrollada. La afluencia cada vez mayor de la población en estos países significa también una creciente competencia por la energía entre las empresas mineras y las comunidades.
El cyber-hacking en minería se ha extendido y sofisticado. La Encuesta Global de Seguridad de la Información 2014, elaborada también por EY, revelaba que el 65% de las empresas mineras han experimentado un aumento de las amenazas cibernéticas en los últimos 12 meses. Y esto puede costarles millones de dólares a las mineras en pérdidas de producción, amenazan la seguridad de los trabajadores y pueden causar un daño a la reputación corporativa.
Por último, la falta de innovación en el sector se convierte también en un riesgo. “La innovación será vital para la protección y el mantenimiento de los márgenes en el largo plazo, y será la clave para maximizar los ingresos en el futuro”, señala el estudio.
