El 2008 fue de los años bisiestos que traen 29 días en febrero. Ese día, la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) aprobó, por Ordenanza Nº 350, su Plan de Estudios de la Carrera de Ingenieria de Minas.
Para ello, adecuó e innovó en currículas y contenidos, incorporando y modificando asignaturas como Introducción a la Minería, Técnicas de Computación Aplicadas a la Minería y Máquinas Mineras. La carrera se estructuró en 10 cuatrimestres de cursado regular, dos de Práctica Supervisadas y un Trabajo Final Integrador. La carga horaria se fijó en 4.315 horas, a la vez que se otorgaron 200 horas de crédito horario para el Trabajo Final.
La UNLaR definió entonces que el objeto de su carrera de Ingeniería de Minas “es formar un profesional en el Área de Ingeniería, capaz de desempeñarse con idoneidad en las actividades de ingeniería aplicada a la exploración, explotación, tratamiento, comercialización de yacimientos minerales en un marco de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente”.
Según la ordenanza mencionada, el graduado de Ingeniero de Minas “es el profesional de la ingeniería que, por su formación tiene capacidad de planificar, implementar, desarrollar, analizar y optimizar el campo tecnológico en toda su perspectiva, con el fin de aprovechar la producción proveniente de los recursos naturales, específicamente del sector de los minerales, generando productos, aplicando técnicas de tratamiento, analizando su infraestructura, los aspectos técnicos y económicos de la producción dentro del concepto de desarrollo sustentable, con el compromiso de su formación continua y permanente”.
El Ingeniero de Minas graduado en la UNLaR debe “integrar las habilidades propias de la ingeniería, con los métodos de la matemática, los conocimientos de la química y la física, además de la informática, además de utilizar conocimientos especializados de las ciencias aplicadas”.
Y el perfil ocupacional apunta a “estar adecuadamente capacitado y calificado para desempeñar su papel en la planificación, preparación, formulación, organización, gestión, ejecución, dirección y evaluación de las áreas fundamentales del conocimiento y la actividad profesional de las siguientes áreas: investigación, docencia y extensión, exploración, explotación y tratamiento de minerales, desarrollo industrial y minero, medio ambiente y desarrollo sustentable.
El título otorgado por la UnLaR tiene, según reza la ordenanza, estas Incumbencias Profesionales. A) Estudio, factibilidad, proyecto, dirección, inspección, construcción, operación y mantenimiento de: Al) Obras de exploración y explotación de yacimientos minerales de todo tipo. A2) Plantas de beneficios de dichas materias. A3) Movimientos de rocas por medios de explosivos y maquinarias de obras civiles. B) Estudios, tareas y asesoramientos relacionados con: Bl) Mecánica de rocas. B2) Trabajos topográficos y geodésicos que fuere necesario ejecutar para la correcta materialización de las obras a que se refiere el párrafo A). B3) Trabajos profesionales relacionados con la ubicación y ponderación de yacimientos. B4) Mensuras mineras de yacimientos, concesiones de exploración y cateo, y de explotación. B5) Planeamiento del uso y administración de los recursos mineros. B6) Asuntos de ingeniería legal, de economía y financieros relacionados con los incisos anteriores. B7) Arbitrajes, pericias y tasaciones relacionadas con los mismos. 88) Policía minera, higiene, seguridad industrial y contaminación ambiental, Ingeniería de Restauración, Cierre de Minas y Monitoreo Post Cierre.
Dicho todo esto, y a la luz del duro juicio emitido sobre el carácter contaminante y pernicioso de la minería, por la alta casa de estudios a instancias de su Rectorado y Consejo Superior esta semana, una actitud coherente sería el cierre inmediato de Ingeniería de Minas.
Como bien señala el prestigioso científico Ricardo Alonso, hoy no existe la megaminería o la microminería, sino una sola y posible minería moderna, realizada con los estándares de tecnología y calidad propios del siglo XXI.
Al momento de escribirse estas líneas, ni las cámaras empresarias mineras, ni los colegios profesionales, ni las autoridades mineras provinciales y nacionales (incluidos SEGEMAR y OFEMI), ni las propia UTE YMAD-Alumbrera habían salido a replicar los fuertes juicios a la industria minera expresados por la UNLaR.
Mientras tanto, la UNLaR, para ejercitar su coherencia, debería clausurar su usina de Ingeniería de Minas, para evitar que sus graduados sigan dañando al medio ambiente, siguiendo su línea argumental.
Señor Director:
El pasado martes 30 de junio nuestra universidad decidió rechazar los Fondos Mineros de YMAD en nuestra Universidad.
Le pido su apoyo para mostrar nuestro total repudio a esta decisión del Consejo Superior y la posición de alumnos y docentes de nuestra carrera.
Junto a mis pares queremos hacerlo publico en Mining Press, a través de la declaración ¿Está bien o mal rechazar fondos mineros?, de un destacado docente de nuestra carrera, para que se escuche nuestra voz, ya que somos minoría en esta ola de desinformación hacia la Minería.
Paralelamente hemos decidido presentar dos notas, una en nombre de la carrera al Consejo Directivo del Dpto. de Cs.Aplicadas, con la ayuda de nuestro Decano, y otra Rector y otra en nombre del Movimiento Estudiantil Universitario de las Ingenierías.
Agradeciendo su publicación, le saluda atentamente,
Adrián Córdoba. alumno avanzado de la carrera de Ingeniería de Minas de la Universidad Nacional de La Rioja.
(Por Eduardo Delgado, Profesor Titular en la UNLaR) En primer lugar la Universidad debe ser un ámbito de debate permanente donde se prime la libertad de pensamiento, de expresión y de investigación y donde las decisiones en el marco de la autarquía y autonomía de las UUNN, se manifiesten a partir de datos, estudios, investigaciones, de base científica, técnica y de rigor académico y científico y no desde puntos de vistas dogmáticos o fundamentalistas.
Dicho esto, en la UNLaR se presenta un debate sobre la aceptación o no de los fondos provenientes de las explotaciones mineras de las minas de Farallon Negro y Bajo la Alumbrera de Catamarca, de acuerdo a lo establecido en la Ley Nacional N° 14.771, que en su artículo 18 establece la distribución a las UUNN. Del total de las utilidades actualmente solo el 20% pertenecen a YMAD. De ese 20% YMAD está obligada a repartir el 60% a la Provincia de Catamarca, el 20% a la UNT, y el otro 20% a las Universidades Nacionales. Donde la mayoría de ellas, salvo excepciones (Rio IV, Cuyo, La Plata, Lujan, Entre Ríos, Córdoba y alguna otra) han aceptado dichos fondos y les han dado destinos diversos.
Debemos destacar que del fruto de la explotación de los minerales de Bajo La Alumbrera y Farallón Negro, el gravamen impositivo es, por una parte el impuesto a las ganancias y retenciones a las exportaciones como principales que son recaudados por la AFIP y que luego el estado nacional coparticipa a las provincias. Además de las Regalías mineras, que son fondos cobrados por el Estado Provincial y que son coparticipados a los municipios, según lo establece una ley de la provincia de Catamarca. Por lo dicho estos fondos tienen el mismo origen que los fondos que conforman lo que la Provincia de La Rioja recibe en conceptos de coparticipación federal y que son el sustento en gran parte de la provincia de La Rioja.
Rechazar unos implicaría de manera implícita en rechazar los otros. Cuando el argumento de quienes quieren rechazar estos fondos mineros es porque la empresa que explota estos recursos tienen denuncias por contaminación ambiental, cosa que hasta el momento, las autoridades que realizan dichos controles no han comprobado ningún tipo de contaminación ambiental en la zona de las minas ni en sus alrededores. Estudios de investigación sobre indicadores ambientales, indicadores sociales, reflejan todo lo contrario, hay mejoras socioeconómicas en la región, y no hay indicios de contaminación ambiental.
Por otra parte es importante señalar que nuestra UNLaR cuenta con dos carreras relacionadas directamente con la minería, que son Geología e Ingenieria de Minas, una carrera emblemática de más de 36 años de antigüedad, con 3 acreditaciones consecutivas por parte de la CONEAU, y donde los alumnos de ambas carreras deben realizar prácticas supervisadas en establecimientos mineros en actividad y Farallón Negro y Bajo la Alumbrera son lugares donde nuestros alumnos concurren todos los años a completar su formación profesional y que forma parte de la Currícula de la carrera.
Que la UNLaR se declare en contra de los fondos mineros rechazando los mismos, será un mensaje con consecuencias negativas impredecibles, porque detrás de ésta resolución los mensajes subliminares serán: la UNLaR está en contra del explotación minera, la UNLaR acepta que las mineras contaminan, la UNLaR admite que la minería es sinónimo de muerte y tantos mensajes, totalmente negativos para nuestra carrera, basados en una falacia total, todos sin ningún sustento técnico, científico ni basado en investigaciones serias, solo en suposiciones de carácter dogmático o fundamentalista, lejos de los preceptos que deben caracterizar a una UUNN.
Una consecuencia directa negativa será la disolución del convenio YMAD-UNLaR para las practicas supervisadas, en las minas de la compañía minera y el reflejo y efectos que se darán en el resto de las minas del país, por lo tanto sería muy grave para ambas carreras Geología e Ingenieria de Minas que la UNLaR tome una decisión de rechazo a dichos fondos mineros.
Por otro lado la UNLaR cuenta con laboratorios y equipos para la enseñanza, que hoy necesitan de mantenimiento y reparaciones permanentes, para su conservación y uso para los cuales fueron adquiridos. Hoy al UNLaR no cuenta con los fondos suficientes para afrontar dichos gastos. Y sin esos equipos en pleno funcionamiento la calidad académica no será la pretendida y exigida por los organismos de control académico (CONEAU).
Para concluir con este relato de Porque se deben aceptar los fondos mineros, vamos a comparar una UUNN que hizo el rechazo recientemente, la Universidad de Cuyo, esta universidad esta enclavada en una de la provincias mas ricas del país, con indicadores socioeconómicos, muy por encima de los de nuestra provincia, explotación petrolera, agrícola, ganadera, etc etc, además de contar con un presupuesto de mas de 1.500 millones de pesos, siendo el de la UNLaR menos de un tercio de ese presupuesto, $ 439. Millones. Los fondos mineros anuales que reciben las UUNN, y que tanto nos hacen falta a nuestras carreras, son de alrededor 1,2 a 1, 4 millones de $ por año, para el presupuesto de la Universidad de Cuyo no llega al uno por mil en cambio para nosotros es de alrededor del 2 %.
Ante esta dimensión, no podemos comparar dos universidades, una puede darse el lujo y tener la soberbia de rechazar los fondos que quieran si políticamente lo creen pero la UNLaR, con un déficit para este 2015 de casi 60 millones de $, sin argumentos sólidos en base a estudios e investigaciones serias de base técnica, y tecnológica, no son argumentos válidos para rechazar dichos fondos, todo lo contrario.
Finalmente por lo expresado Utsupra y en base a estos fundamentos es que solicitamos al Honorable Consejo Superior de la UNLaR, debatir de manera seria, responsable y tener en cuenta todos los aspectos y escuchar todas las opiniones, para tomar una decisión basado en principios universitarios de la razón, el estudio, la investigación científica, y datos concretos y objetivos.