Grecia necesita una reestructuración integral de su deuda por parte de la eurozona y fondos de rescate adicionales por un total superior a 60.000 millones de euros hasta 2018 si se quiere devolver la salud al país, señaló el jueves el Fondo Monetario Internacional.
Las proyecciones del FMI, publicadas en una revisión de la deuda de Grecia, se conocen antes del referendo que celebrará el domingo en el país y que probablemente determinará si Atenas cumplirá las exigencias de los acreedores a cambio de la entrega de la financiación de emergencia que el país necesita para evitar una casación de pagos, el caos financiero y su salida de la eurozona.
Por su parte, una fuente del gobierno alemán dijo el jueves que Grecia tendría por delante largas y duras negociaciones sobre un nuevo rescate incluso si los ciudadanos rechazan la línea dura de su gobierno en el referendo del domingo, advirtió el jueves
Estos comentarios contradicen las promesas del primer ministro griego, Alexis Tsipras, y el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, de que el punto muerto en las conversaciones se resolvería rápidamente después del referendo y que un ‘no’ a la austeridad otorgaría a Grecia una posición más fuerte en las negociaciones.
También suscita dudas sobre la capacidad de los negociadores de dotar a Grecia de una nueva red de seguridad financiera el 20 de julio, cuando debe devolver más de 3.000 millones de euros en bonos en manos del Banco Central Europeo o declarar otro impago multimillonario de su deuda.
“Tenemos que disipar esa opinión de que puede haber un acuerdo el próximo miércoles”, dijo la fuente del gobierno germano. “Incluso con la mejor voluntad del mundo, será un proceso largo y difícil”.
Tsipras dijo en un discurso televisado el miércoles que el rechazo en el referendo de las últimas condiciones de los acreedores a cambio de asistencia financiera garantizaría “un mejor acuerdo” que Grecia pretende firmar inmediatamente después del resultado de la votación del domingo. Varufakis dijo en una entrevista en televisión el mismo día que el lunes por la mañana el país debe encontrar un acuerdo “dentro del marco del Eurogrupo”.
Sin embargo, Berlín argumenta que el impago de Grecia esta semana del préstamo del FMI y el rápido deterioro de su economía y sus finanzas públicas han cambiado la base para las negociaciones, lo que hace que el acuerdo, en caso de que se pueda alcanzar, sea improbable hasta bien entrado el verano.
Una complicación es el desconocimiento del impacto económico y fiscal sobre Grecia de los cinco meses de punto muerto y del cierre forzoso de los bancos esta semana, así como los diferentes atrasos que el Estado griego acumula en los últimos meses, dijo una fuente alemana.
Todo ello precisaría una revisión exhaustiva de las necesidades financieras de Grecia. Si estas superan la cantidad que Grecia solicitó esta semana --posiblemente por un amplio margen--, los acreedores podrían tener que imponer ajustes presupuestarios más exigentes que los contemplados en el programa de rescate anterior con el fin de estabilizar la deuda helena.
El desplome de la confianza entre los negociadores griegos y sus acreedores --principalmente, otros miembros de la eurozona, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo-- en las últimas semanas complicará más las cosas.