El pedido de auditores independientes para certificar el plan de negocios y el proyecto ejecutivo, además de una verificación del impacto ambiental con una consultora internacional, son los puntos que exige el Banco para el Desarrollo y Asuntos Económicos Exteriores de Rusia para otorgar el crédito que financiará el 85 por ciento de la represa Chihuido I. Así lo reveló ayer una fuente vinculada a una de las empresas que forman parte del consorcio que se adjudicó el proyecto.
Como publicó este diario, la construcción de la represa está demorada, lo que pone en duda la fecha de septiembre como inicio de la obra, tal como se había anunciado de manera oficial. Entre las razones para que suceda esto, se encuentra un tema no menor y es que los rusos pretenden que la certificación del plan de negocios lo haga KPMG de Moscú, que es una red global de firmas que ofrece servicios de auditoría, fiscales y de asesoramiento.
También se pide que se certifique que el proyecto ejecutivo de la obra lo realice un “consultor independiente de prestigio” (el gobierno nacional quiere que esto quede a cargo de la Facultad de Ingeniería de La Plata) y, finalmente, una verificación sobre el impacto ambiental, que deberá hacerlo una consultora internacional.
“Estos tres trabajos son los que requieren un tiempo y recién cuando estén terminados el directorio del banco puede aprobar el contrato de financiamiento”, se precisó.
El Aprovechamiento Multipropósito Chihuido I consiste en la construcción de una central hidroeléctrica en el tramo medio del río Neuquén y tiene como principales propósitos la generación de energía eléctrica y la regulación de este río para el control de crecidas, la provisión de agua para consumo humano, el riego y el uso industrial.
La presa contará con cuatro turbinas, con una potencia instalada de 637 megavatios, lo que permitirá una energía media anual de 1750 GWh. El aporte de energía eléctrica que realizará al Sistema Argentino de Interconexión (SADI) permitirá al país un importante ahorro debido al cambio en la matriz energética, que disminuirá la generación de energía térmica, para incrementar la participación hidroeléctrica.
Para llevar adelante este proyecto, en diciembre último se adjudicó un consorcio de empresas argentino-español (las argentinas Helport -Grupo Eurnekian- Chediack; Panedile; Eleprint; Hidroeléctrica Ameghino, y la española Isolux Ingeniería), el cual formuló una propuesta licitatoria que, junto con la firma Inter RAO, propuso el financiamiento del banco ruso.
Chihuido es una de las obras más esperadas por la provincia de Neuquén, que vio cómo, en más de una oportunidad, el proyecto terminó en la nada. Siempre el escollo fue el financiamiento, donde la última experiencia fallida se había dado con el Banco de Desarrollo de Brasil. Ahora la situación es distinta, ya que están dadas todas las condiciones para que se concrete.