Por Jeb Blount
La petrolera brasileña Petrobras anunció el lunes que cortó su plan de gasto de largo plazo a su nivel más bajo en ocho años, mientras la nueva administración toma medidas para reducir la mayor carga de deuda de la industria y restaurar la confianza de los inversores luego de un devastador escándalo de corrupción.
Petróleo Brasileiro SA, como es conocida formalmente la compañía, invertirá 130.300 millones de dólares en el período 2015-2019, dijo la empresa en un comunicado. El gasto de capital es un 41 por ciento menos que los 221.000 millones de dólares de su plan para 2014-2018.
La petrolera redujo además su panorama para la producción mundial de petróleo y de gas natural a 2020 en casi un tercio, a 3,7 millones de barriles de petróleo y de gas natural equivalente por día (boepd) desde la proyección de hace un año de 5,3 millones de boepd.
El plan de inversión, el más bajo de la compañía desde 2008, es la primera gran admisión de que los programas de gasto y expansión impuesto por dos gobiernos sucesivos del izquierdista Partido de los Trabajadores durante la última década no eran realistas, especialmente de cara al desplome de los precios mundiales del petróleo.
"El plan fue hecho con audacia", dijo a periodistas el presidente ejecutivo, Aldemir Bendine, en la sede central de la compañía en Río de Janeiro en la noche del lunes. "Nuestro principal objetivo es reducir el endeudamiento de la empresa", agregó.
A pesar de que recortó más de 90.000 millones de dólares al gasto, Petrobras no espera reducir su deuda de 120.000 millones de dólares a niveles que considera satisfactorios por al menos seis años.
La deuda neta, o el total de deuda menos efectivo es ahora un 52 por ciento del capital neto y cerca de cuatro veces el flujo de caja. Se espera que caiga bajo un 35 por ciento y 2,5 veces el flujo de caja sólo en 2020.
"Otras grandes petroleras están enfrentando los mismos factores económicos", dijo Bendine. "Estamos en peor forma que otras de las grandes debido a que comenzamos a lidiar con eso más tarde", agregó.
Bendine dijo, sin embargo, que la opción de una nueva emisión de acciones, situación que podría volverse necesaria si Petrobras tuviese problemas para pagar su deuda, "ha sido totalmente rechazada".
Si bien el plan ofrece un alivio potencial para Petrobras, pospone nuevamente las esperanzas del Gobierno de convertir los campos petroleros de alto potencial ubicados frente a las costas de Río de Janeiro en una bonanza política. En el 2011, Petrobras decía al mundo que produciría 6,42 barriles de petróleo por día para el 2020, casi un 74 por ciento más que su meta de hoy.
Desde el descubrimiento hace casi una década, la presidenta brasileña Dilma Rousseff, quien era ministra de Energía en ese entonces, había prometido usar las ganancias de la venta de los nuevos hallazgos en aguas profundas para construir escuelas y hospitales, ayudando a Brasil a entrar al mundo desarrollado.
Esas esperanzas han disminuido debido a que un enorme escándalo de sobornos ha convertido a Petrobras en un sinónimo de corrupción política y transformó a la compañía en un pasivo para Rousseff, quien no se ha visto directamente implicada en el caso, pero fue presidenta ejecutiva de la empresa durante varios años cruciales.
Como consecuencia del escándalo, Petrobras se vio obligada a amortizar cerca de 17.000 millones de dólares en activos este año. De esa cifra, cerca de 2.000 millones fueron amortizados como resultado directo de la trama de sobornos y arreglo de precios.
Bajo el nuevo plan, cerca de un 83 por ciento, o 108.600 millones de dólares, serán para exploración y producción.
Los mayores recortes se producen en las áreas de refino y distribución, en las que el presupuesto se bajó un 67 por ciento a 12.800 millones de dólares.
Las acciones preferentes de Petrobras, las más cotizadas de la petrolera, subían un 2,2 por ciento en la bolsa de Sao Paulo, tras una caída de 2 por ciento en la apertura de la sesión.