Los inversores han demostrando en la sesión bursátil de este lunes el pánico que les produce el enquistamiento que las negociacionesentre Grecia, las instituciones y sus acreedores han sufrido este fin de semana. En el caso del Ibex 35, las ventas masivas han provocando que se desplome más de un 4,5%, hasta los 10.853 puntos, en la que ha sido la peor sesión de la Bolsa española desde agosto de 2012. Todos los valores del selectivo han cerrado en rojo y entre la banca, que ha sido el sector más perjudicado, las caídas han llegado incluso a superar el 6%, como ha sido el caso de Banco Popular o Banco Santander. (Evolución del Ibex en las tres últimas sesiones. Fuente: Bloomberg)
En el mercado de renta fija las ventas han sido algo más contenidas aunque eso no ha evitado el fuerte repunte de la rentabilidad del bono español a 10 años, que ha cerrado en el 2,3%. A ello hay que unir que los inversores han buscado refugio en Alemania, lo que ha hecho que el bund haya relajado sensiblemente su rentabilidad. La consecuencia de estos dos movimientos es que la prima de riesgo española se ha disparado más de 35 puntos y supera ya los 155.
En el resto de plazas europeas el rojo ha sido también el color predominante, con caídas que el Italia han superado el 5%. De esta manera, el mercado vuelve a demostrar que los países periféricos de la Eurozona siguen generando temor en momentos de tensión. Aun así, el Dax alemán y el Cac de Francia pierden más de tres puntos porcentuales.
En este contexto de ventas masivas generalizadas el mercado ha descontado "casi al 100%" que mañana se producirá un impago por parte de Grecia al FMI, tal y como señala Burkhard Varnholt, CIO de Julius Baer. Por su parte, Hans Redeker, estratega de Morgan Stanley, afirma que la salida de Grecia del euro se ha convertido en su escenario central y en el de muchos otros inversores.
En el país heleno, mientras tanto, las Bolsas permanecerán cerradas, al menos, durante todo esta semana en lo que supone una decisión sin precedentes en la Eurozona. De esta manera, el Gobierno de Alexis Tsipras quiere evitar las fuertes caídas que sin duda se producirían si hoy hubiese sesión bursátil.
Sin embargo, lo que sí permanece abierto es el mercado de deuda y aquí los inversores han cerrado posiciones con fuerza. Las elevadas ventas han provocado que la prima de riesgo helena se haya disparado 435 puntos, hasta llegar a los 1.425 enteros y marcar máximos de diciembre de 2012.
El Sistema financiero internacional tiene hoy sus ojos puestos en Grecia.
El fracaso de las negociaciones entre la economía más golpeada de la UE y la denominada "troika" –la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- dejó a Grecia al borde del abismo económico, ad portas de que el martes venza un nuevo pago de su deuda por €1.600 millones.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció un referéndum para decidir si Grecia acepta la oferta de rescate que le ofrecen los acreedores extranjeros.
Con Grecia ad portas de caer en default, el primer ministro griego Alexis Tsipras dijo que los bancos e instituciones financieras del país permanecerán cerrados y se impondrá un control de capitales.
¿Qué es y cómo funciona el control de capitales? BBC Mundo responde las preguntas básicas para entenderlo.
El control de capitales, conocido en América Latina como "corralito", luego de la crisis argentina de 2001, busca controlar el flujo de efectivo obligando a los bancos de un país a imponer medidas estrictas sobre los retiros diarios y en las transferencias internacionales.
Cabe destacar que en Grecia no hay señales de que el efectivo para retiros de dinero se vaya a acabar pronto.
Otras medidas que puede imponer un control de capitales es limitar las transacciones en moneda extranjera.
En el caso de Grecia, esto es para prevenir el escape de euros de los bancos griegos hacia bancos internacionales, o hacia una divisa distinta o simplemente evitar que los guarden debajo del colchón.
Hasta el fin de semana, el gobierno griego había asegurado que no impondría este tipo de restricciones.
Sin embargo, luego de que el BCE anunciara que congelará su aporte de emergencia para los bancos griegos, el gobierno quedó con pocas opciones y el domingo anunció las medidas de control de capital.
A pesar de que el BCE no cortó los aportes, anunció que los mantendría en el nivel establecido el viernes, que fijó como cantidad máxima de préstamos de emergencia en €90.000 millones.
Esto a través del programa de provisión urgente de liquidez.
Todas las instituciones bancarias –griegas y sedes de bancos extranjeros en Grecia- permanecerán cerradas hasta el 6 de julio.
Esto significa, en la práctica, que el monto de dinero que cada persona puede sacar de los cajeros automáticos será limitado a €60 (unos US$66) diarios.
Los griegos podrán utilizar transacciones en internet para trámites como el pago de cuentas o transferencias de dinero a cuentas griegas, pero no podrán mover dinero a cuentas en el extranjero.
La medida responde al anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de que no incrementará su fondo de emergencia para los bancos griegos, y los préstamos se mantendrán en los montos anunciados el viernes.
Se establecerá un comité especial para aprobar transacciones bancarias que se consideren extremadamente necesarias, de interés público o social, incluyendo gastos médicos o importaciones de medicinas.
Los pagos de pensiones no se verán afectados por los controles de capital.
Y cualquier cargo por interés que resulte del cierre bancario no se aplicará.
Las tarjetas de crédito y débito emitidas fuera de Grecia pueden usarse libremente en términos de monto.
Con lo que sí se toparán los extranjeros que visiten el país es con largas filas en las máquinas y, probablemente, con varios de ellos sin efectivo.
La crisis de 2013 en Chipre también empujó al gobierno a aplicar controles de capital.
Tras la severa crisis bancaria que sufrió la isla vecina a Grecia en 2013, un acuerdo de rescate logrado con la UE y el FMI impuso controles de capital similares. Sin embargo, los límites de retiro de dinero fueron mayores: €300 euros diarios por persona.
Para los chipriotas que viajaban al extranjero, el límite de dinero que podían sacar del país eran €1.000, mientras las transferencias o pagos fuera de Chipre vía tarjeta de débito o crédito no podían exceder los €5.000 por mes.
En términos de transacciones de negocios, estas podían realizarse por un máximo de €5.000 diarios y se creó un comité especial para revisar las transacciones entre €5.000 y €200.000. El mismo comité debía aprobar o rechazar todas las transacciones sobre €200.000 que se realizaran, caso a caso.
El cambio de cheques por efectivo fue prohibido.
No existe un periodo predeterminado.
Se asume que en una emergencia donde se impone este tipo de controles, estos se levantan una vez que la economía se estabiliza y el pánico por sacar efectivo pasa.
Mientras mayor sea el tiempo en que se aplica, mayor será el efecto en la economía.
Un control de capitales que imponga restricciones en los retiros de depósitos puede, por ejemplo, tener un efecto directo en sectores como el comercio (retail), el turismo y la actividad comercial e industrial del país como un todo.
En Chipre los controles se ejecutaron por un período largo. Las últimas restricciones fueron levantadas en abril de 2015, luego de más de dos años.
El BCE debe decidir si continuará apoyando a los bancos griegos y de qué forma.
Todos estos movimientos soplan en contra de los principios fundamentales pregonados por la UE y la eurozona respecto de que el dinero debe flotar libre a través del área de divisa común.
De hecho, una de las principales razones de la unión monetaria europea era precisamente asegurar el libre flujo de dinero.
En Chipre la Comisión Europea sólo permitió la introducción de controles porque había un riesgo significativo de una "completa desestabilización" del sector financiero.
La Comisión también le dio permiso a Grecia para imponer estos controles, diciendo que el caso justifica romper las reglas de la UE.
El Servicio Financiero de la Comisión dijo en un comunicado: "En las circunstancias actuales, la estabilidad del sistema financiero y bancario en Grecia constituye un interés público y de política pública que justifica la imposición temporal de restricciones a los flujos de capital".
Sin embargo, añadió que la libertad de movimiento de flujos debe ser restaurada lo antes posible.
Las bolsas de valores de Europa y Asia abrieron con grandes caídas el lunes, tras el anuncio del gobierno griego.
El FTSE 100 de Londres cayó casi un 2% en las primeras operaciones. En Asia, el índice Nikkei de Japón cayó casi un 3%.
En otras partes de Europa, las bolsas cayeron sobre un 3%, como la alemana Dax y la francesa CAC 40.
La bolsa de valores de Atenas estará cerrada, junto con los bancos.
Las bolsas europeas se desplomaron este lunes en la apertura después de que Grecia ordenara un corralito y por el temor de que el país salga de la zona euro.
En París, el CAC-40 perdió 4,7%. En Fráncfort el Dax cedió 4%. Londres abrió con pérdidas del 2% mientras que en Madrid el Ibex-35 de Madrid cedió más del 4% en los primeros intercambios. Milán cedió por su parte 2% mientras que Lisboa perdía más del 5%.
Fuentes gubernamentales informaron a medios internacionales como El País de España y The Guardian de Reino Unido que los bancos estarían cerrados lunes y martes, mientras que lo mismo sucedería con la Bolsa griega.
Las versiones sobre el monto de dinero que permitiría sacar el corralito varían. Los más pesimistas sostenían que podía ser de 60 euros por día, mientras que otros hablaban de 200. Tampoco estaba claro cuánto duraría esta medida o el resto de las iniciativas para controlar los capitales en el sistema financiero griego.
El fuerte tono de los anuncios de Atenas y la incertidumbre que provocó en las calles de Grecia -representada por largas filas frente a los cajeros automáticos- rápidamente se hizo sentir fuera de las fronteras del país heleno.
Los líderes de Francia y Alemania convocaron hoy reuniones de urgencia para mañana para discutir en sus países la situación de Grecia y su posible salida de la zona euro.