Bill Gates planea duplicar su inversión personal en tecnologías limpias innovadoras a US$2.000 millones en los cinco próximos años, con el fin de "cambiar la tendencia" en la lucha contra el cambio climático.
El filántropo multimillonario explicó que ya había invertido unos US$1.000 millones en docenas de compañías en una primera fase -en sectores como el almacenamiento de las baterías, la energía nuclear de próxima generación y la captura del CO2 del aire- con la esperanza de que desarrollen tecnologías "revolucionarias".
Gates, al que Forbes clasifica como la persona más rica del mundo con una fortuna de casi US$80.000 millones, señaló que había invertido de forma directa en unas 15 compañías y de forma indirecta en otras 30, a través de los fondos de capital riesgo Khosla Ventures y Kleiner Perkins. "En los próximos cinco años, hay muchas posibilidades de que esa cifra se duplique", apunta en una entrevista con Financial Times.
El cofundador de Microsoft calificó de "fantástico" que Naciones Unidas, gobiernos nacionales, y defensores del medio ambiente hubieran despertado la conciencia sobre el cambio climático y estuviesen dando pasos para contrarrestarlo. Sin embargo, expuso que las tecnologías actuales sólo podían reducir las emisiones de CO2 a un coste económico "más que astronómico". "La única forma de llegar a este escenario altamente positivo es mediante una gran innovación", señala. "La innovación es la que realmente cambia la tendencia".
Gates instó a los gobiernos a desviar más recursos de la subvención de la energía renovable a la investigación básica. En la actualidad, las ayudas gubernamentales ascienden a más de US$100.000 millones, y sólo se destinan US$6.000 millones al I+D en energía renovable, apuntó. "La mayoría de la gente con la que hablásemos diría que debería duplicarse o triplicarse la suma invertida en I+D en renovables".
Gates rechazó el llamamiento de los grupos defensores del medio ambiente para que los accionistas se deshagan de sus participaciones en petroleras y gasistas, argumentando que esto tendría poco impacto, e instó en su lugar a efectuar inversiones de "alto riesgo" en nuevas tecnologías.
Explicó que en su forma actual, las renovables distaban mucho de poder cubrir el crecimiento previsto del consumo de energía para 2030. Puso como ejemplo la energía solar: "La energía solar sólo sirve durante el día, sólo funciona mejor en las regiones donde hace calor. No tenemos paneles perfectos. No tenemos un sistema de almacenamiento.
"No existe una tecnología de baterías que nos permita obtener toda la energía de fuentes renovables y usar el almacenamiento de las baterías para afrontar, no sólo el ciclo de 24 horas, sino también largos periodos de tiempo en los que el cielo esté nublado y no haya sol ni viento.
"La energía necesita fiabilidad. Hay que conseguir algo que funcione de forma fiable".
Otro problema es que muchos proveedores de energía no tienen los incentivos adecuados para asumir riesgos y desarrollar nuevas tecnologías en el mismo sentido, por ejemplo, que la industria farmacéutica. "Se supone que tienen que suministrar energía a un coste determinado. ¿Serían recompensados si consiguieran un avance tecnológico? No mucho".
Así, los gobiernos deberían invertir decenas de miles de millones de dólares en investigación y desarrollo en fuentes renovables en los próximos años, tres veces el nivel actual, para identificar fuentes de energía fiables "sin emisiones" que puedan explotarse con escala, apuntó Gates.
"Al existir tanta incertidumbre y tantos caminos distintos, debería ocurrir como en el Proyecto Manhattan y el Proyecto Apolo, en el sentido de que el gobierno debería destinar una inversión cuantiosa a I+D".
Entre la tecnología más prometedora para Gates, se incluye el "reciclaje nuclear", sector en el que ha invertido varios cientos de millones de dólares. Su mayor compromiso único fue para con la empresa estadounidense TerraPower.
"La energía nuclear actual falla en costes, seguridad, proliferación, residuos y escasez de combustible, por lo que cualquier tecnología que llegue tiene que dar respuesta a todas esas cosas". Los reactores de TerraPower no estarían alimentados por uranio enriquecido, que es la materia prima usada por los reactores tradicionales, sino por uranio empobrecido, el residuo de las centrales actuales.
El uranio empobrecido es una materia prima muy accesible que puede convertirse en energía. Las plantas que usan este combustible, llamadas Reactores de Onda Progresiva, podrían ser una solución para deshacerse de los residuos nucleares. Hace falta una pequeña cantidad de uranio enriquecido para arrancarlos, pero entonces funcionarían con residuos, con lo que fabricarían y consumirían su propio suministro.
En teoría, podrían funcionar durante décadas sin repostar, lo que los convertiría en una alternativa más barata y segura a los reactores actuales.
Otra tecnología prometedora es la energía "solar química". Gates sacó a colación el trabajo que está realizando el profesor Nate Lewis, del Instituto de Tecnología de California, que ha desarrollado un sistema de fotosíntesis artificial basado en el proceso químico que se produce en las hojas. Esto podría dar lugar a dispositivos que empleen la luz del sol.
"Necesitamos algo que funcione de forma fiable y la energía solar química, al crear hidrocarburos líquidos, ofrece uno de los pocos elementos de almacenamiento de energía que funcionan con escala, y que tienen unas 10 veces la energía de cualquier batería".
La energía eólica a altas altitudes era la tercera tecnología potencial. Emplearía la energía kinésica de cometas, globos cometa e incluso turbinas voladoras, anclados al suelo mediante un sistema de cables y ataduras.
Esta tecnología aprovecharía la energía de la corriente que rodea el planeta a altitudes de 6.000 metros. "Es muy difícil capturar esa energía", advierte Gates. "Es el capitalismo clásico. Hay algunas compañías valientes. Me gustaría que los gobiernos ayudasen a esos chicos porque existe una posibilidad del 10% de que sea la solución mágica".
Finalmente, una de las compañías que ha financiado, Carbon Engineering, toma el aire que respiramos y extrae de él el dióxido de carbono. Esto representa una alternativa a la captura y almacenamiento de CO2, donde el gas es separado de las emisiones de las centrales eléctricas y de almacenado bajo tierra.
Como último paso, Gates comparó la búsqueda de tecnologías renovables con los primeros días de la industria tecnológica, y vaticinó que algunos inversores ganarían mucho dinero respaldando a compañías que un día serán triunfadoras.
"Si llegase y os hablase del software a finales de los años 70, os diría: 'Alguien va a ganar mucho dinero. Ahora hay una tonelada de empresas de software cuyos nombres nunca serán recordados... Si por casualidad hubierais escogido a Microsoft, Apple o Google, habríais ganado mucho dinero".