Parece cuanto menos curioso que el mayor exportador de petróleo del mundo se haya embarcado en una misión cuyo objetivo es convertir la energía solar (un peligroso rival para el petróleo) en una de las fuentes más usadas del país. Esta es la estrategia de la monarquía que dirige Arabia Saudí para poder seguir financiando su gasto con los ingresos provenientes de la exportación de crudo.
Según la revista The Atlantic, el consumo de petróleo en Arabia está creciendo de una forma desenfrenada, alrededor de un 7% al año, el triple de lo que crece la población en el país asiático. A día de hoy, los saudíes consumen un cuarto del petróleo que producen, por lo que el resto pueden exportarlo, logrando así una gran fuente de ingresos con los que se cubre la mayor parte del gasto del país. Y es que en Arabia Saudí ningún tramo de IRPF supera el 0%, es decir, nadie tiene la obligación de pagar el impuesto que supone la mayor parte de los ingresos en los países desarrollados.
Esto podría cambiar si el ritmo de consumo interno se mantiene. Mientras que la producción de crudo crece ligeramente, los saudíes cada vez tienen coches más grandes y pesados. También hacen un uso cada vez mayor de la electricidad, que en Arabia Saudí se genera 'quemando petróleo', una práctica que ya han abandonado la gran mayoría de los países. Si este incremento del consumo prosigue su curso en el 2038 Arabia Saudí se habrá convertido en un importador neto de petróleo, es decir, no logrará producir suficiente petróleo para cubrir la demanda interna, acabando así con la mayor fuente de ingresos del Estado.
Para que esto no suceda, Arabia Saudí tiene que encontrar un camino para consumir menos petróleo. Parece que el sendero elegido es el de la energía solar, donde esta nación disfruta de una grandes ventajas competitivas, el sol brilla con mucha fuerza en la península arábiga y cuenta con grandes extensiones de desierto que parecen estar hechas a medidas para la instalación de placas solares.
La energía solar es cada vez más barata y eficientes. Por eso, la monarquía saudí se ha propuesto la implantación de 41 gigavatios de potencia de energía solar para el año 2040 (en un primer momento la fecha elegida fue 2032). Para alcanzar este meta, Aramco y la Compañía Saudí de Electricidad (ambas de propiedad estatal) tienen 10 proyectos relacionados con la energía solar que será realidad a corto plazo.
Y es que según The Atlantic Arabia Saudí deja de ingresar 56 dólares por cada barril de petróleo que venden dentro del país. Mientras que el precio del barril para los importadores es de 60 dólares, si el que demanda el barril es un residente en la península arábiga es de 4 dólares. El petróleo está fuertemente subsidiado en Arabia.
El príncipe Turki Bin Mohammed Bin Nasser Bin Abdulaziz Al-Saud, más conocido como Turki, explica que "tienen un gran interés en fomentar la energía solar. Pronto estaremos expandiendo este tipo de energía de forma exponencial por el reino". Esta es la estrategia de los gobernantes saudíes para reducir el consumo interno de petróleo y poder dedicar mayor parte de la producción a la exportación.
Arabia Saudí quiere comenzar a utilizar la energía solar para todo. Muestra de ello es el contrato que ha firmado la andaluza Abengoa. La empresa española ha sido seleccionada para desarrollar en Arabia Saudí de forma conjunta la primera planta desaladora del mundo a gran escala y que operará a partir de energía solar, un proyecto valorado en unos 130 millones de dólares (112,3 millones de euros al cambio actual), informó la compañía.
La instalación producirá 60.000 m3 de agua diariamente, con la que se abastecerá a la región de Al Khafji, al noroeste de Arabia Saudí, garantizando así el suministro de agua durante todo el año. La energía solar desplazará al petróleo en el reino para que Arabia Saudí siga siendo el 'rey del petróleo'.