La obra de ampliación del gasoducto cordillerano que permitirá conectar el servicio domiciliario a cientos de familias de esta ciudad y otras vecinas tiene ya un avance del 80% y estaría disponible en no más de tres meses.
A mediados de mayo pasado -cuando trascendió que el incremento de capacidad no alcanzará para cubrir toda la demanda-, la información oficial fue que la conclusión de la obra llevaría "entre 45 y 60 días".
Ayer el secretario de Desarrollo Humano del municipio, Horacio Fernández, señaló que los trabajos continúan al ritmo previsto y no hay una fecha definida para habilitar las nuevas conexiones, pero aseguró que será "antes del final del invierno".
La saturación del servicio de gas natural aqueja a miles de potenciales usuarios barilochenses, que desde hace dos años chocan con la negativa de la empresa Camuzzi a otorgar nuevas "factibilidades". Por esa razón deben recurrir a alternativas más caras, como la electricidad, la leña y el gas envasado.
La inquietud se multiplica en días como ayer, que registró fuertes heladas con una temperatura menor a los 6 grados bajo cero.
Fernández señaló que en la actualidad hay dos puntos donde las empresas contratistas del gasoducto trabajan con intensidad: uno en el barrio Las Chacras y otro sobre la ruta Luis Piedra Buena (acceso este a la ciudad) a la altura de Modesta Victoria.
Dijo también que "esta semana o la otra a más tardar" ingresará desde Nación otra remesa de 40 millones de pesos para pagar las últimas certificaciones de obra. Refirió que la continuidad de los desembolsos era "una buena señal", que aleja el riesgo de nuevos atrasos. Estimó que "algunos tramos alcanzaron un nivel de ejecución del 80%".
En principio, la puesta en servicio de la ampliación del gasoducto alcanzará para servir en esta ciudad a 3.000 nuevos clientes. Fernández dijo desconocer cuántos figuran en el listado de espera, pero admitió que la carencia de gas no quedará resuelta sin nuevas obras.