Los fondos de private equity que en su momento obtuvieron ganancias de las operaciones de hidrocarburos de esquisto en América del Norte están a la caza de nuevas gangas en yacimientos de petróleo y gas en el resto del mundo.
Con abundante efectivo después de recaudar fondos recientemente, los grupos buscan activos cuyos dueños hayan sido perjudicados por la precipitada caída de los precios del crudo, desde el Mar del Norte a Nigeria y de Sudamérica al sudeste asiático. El éxito que tuvieron en Norteamérica —donde la perforación petrolera no convencional ha dado lugar a un auge— ha incrementado la demanda por parte de inversionistas como fondos de pensiones, fondos patrimoniales y aseguradoras.
“La caída del precio del petróleo nos ha dado oportunidades de comprar activos más grandes y empresas más grandes”, dice Marcel van Poecke, director gerente de Carlyle International Energy Partners (CIEP). “Los próximos dos años obviamente son un muy buen período de inversión”, afirma.
La actividad se produce luego de una pronunciada caída de los precios del crudo desde los máximos de mediados del año pasado, de alrededor de US$114 por barril, a mínimos de menos de US$50 en enero, lo que abarató considerablemente los activos en todos lados. Como los precios de sus acciones cayeron con la cotización del petróleo, las empresas más pequeñas han tenido problemas para refinanciar deuda y levantar el capital que tanto necesitan para seguir perforando, lo que genera una oportunidad para que se abalancen las firmas de inversión de capital.
“El efectivo es rey. Los mercados de acciones están cerrados para las empresas de petróleo y gas”, señala Darren Spalding, abogado especializado en energía y socio de la firma Bracewell & Giuliani.
Van Poecke integra la ola de jefes de fondos de private equity que buscan hacer negocios fuera de América del Norte. Carlyle dijo en marzo que los inversionistas habían destinado US$2.500 millones a su primer fondo internacional de energía, la mayor recaudación inicial de su historia, otorgándole al grupo más de US$10.000 millones.
CIEP ahora está en busca de activos de exploración y producción en el Mar del Norte, y está bombeando en yacimientos en Nigeria o el sudeste asiático, indica Van Poecke. También evalúa empresas de servicios para campos petroleros que han sufrido por el derrumbe de los precios, señala.
Sam Laidlaw, ex presidente ejecutivo de la energética británica Centrica CNA.LN +2.03% PLC, ha sido designado para encabezar un nuevo vehículo de inversión en hidrocarburos de US$5.000 millones respaldado por las firmas de private equity Carlyle Group CG -0.07% y CVC Capital Partners. El fondo, Neptune Oil & Gas Ltd., se centrará en oportunidades a gran escala en el Mar del Norte, África del Norte y el Sudeste Asiático.
En enero, KKR KKR -0.52% nombró a Haroun van Hövell como director de su equipo de energía, parte de los planes para consolidar ese grupo fuera de EE.UU. Mustafa Siddiqui, de Blackstone, se trasladó de Nueva York a Londres el año pasado para encabezar las actividades energéticas de la firma en Europa, Medio Oriente y África. Blackstone tiene alrededor de US$8.000 millones para gastar en negocios energéticos en todo el mundo.
Blackstone Energy Partners y Blue Water Energy ya han invertido US$500 millones en Siccar Point Energy, una nueva petrolera con sede en el Reino Unido enfocada en el Mar del Norte y que busca establecer una importante presencia en la región conforme petroleras más grandes, como la francesa Total SA TOT +1.39% y la anglo-holandesa Royal Dutch Shell RDSB.LN +0.03% PLC, buscan reducir sus propiedades en esa zona.
Siddiqui y Van Hövell prefirieron no hacer comentarios para este artículo. Laidlaw no respondió a pedidos de comentarios.
Las iniciativas se producen conforme la propuesta compra de BG Group BG.LN +0.47% PLC por parte de Shell por US$70.000 millones les da a los compradores y vendedores una vara para medir otros acuerdos, indicaron banqueros y abogados.
Los negocios respaldados por el sector de private equity en petróleo y gas fuera de América del Norte crecieron más del doble en valor en 2014 frente a 2013, a US$11.400 millones, según el proveedor de datos Preqin. Este año, al 17 de junio, el valor de transacciones fuera de América del Norte es de US$3.600 millones.
En lo que va del año, las firmas de private equity que administran fondos de compras y recursos naturales que se centran en inversiones en hidrocarburos fuera de América del Norte han levantado US$2.500 millones, según Preqin, más del doble que la cantidad recaudada en 2013, antes de la caída del petróleo.
Las firmas tienen la mira puesta en particular en el Mar del Norte, una región con pozos antiguos y una producción menguante, donde el descenso de los precios del crudo ha abaratado los activos. También han buscado oportunidades en África occidental, donde el petróleo que en su momento era exportado a EE.UU. ha sido desplazado por el crudo de esquisto, y también en Sudamérica, África oriental y Asia, donde la caída de los precios también ha creado oportunidades de hacerse con el control de proyectos más pequeños.
En mayo, fondos asesorados por Helios Investment Partners acordaron invertir US$100 millones por una participación de 12,4% en Africa Oil Corp. AOI.T -2.12% , que cotiza en Canadá y tiene activos en Kenia, Etiopía y Somalia.
Simon Eyers, director gerente de Warburg Pincus, una pionera de la inversión en el sector energético, dice que la firma recaudó hace poco US$4.000 millones para un fondo global de energía, que cerró en octubre del año pasado, y que se centrará en exploración y producción en todo el mundo así como en electricidad, servicios y minería.
Sin embargo, el éxito del sector de private equity en la esfera energética internacional no siempre ha sido sencillo.
White Rose Energy Ventures LLP, que era respaldada parcialmente por Riverstone y otros socios, no logró hallar crudo cerca de la costa de Angola luego de perforar dos pozos en aguas profundas el año pasado, con un costo de más de US$300 millones, lo que ilustra los riesgos de la exploración petrolera internacional. Riverstone no quiso hacer comentarios.