La minera brasileña Vale abrió la búsqueda de inversores chinos y europeos para venderles su proyecto Potasio Río Colorado en esta provincia, después de haberlo paralizado hace más de dos años.
La compañía enviará entre el 15 y el 25 una misión que relevará los activos en la planta de la localidad mendocina de Malargüe y definirá una cotización atractiva para un eventual inversor que podría salir de capitales chinos o europeos.
Al frente de la misión estará el británico Ken Haddow, un ex Río Tinto, la minera inglesa que inició el proyecto minero de extracción de sales de potasio antes de vendérselo a la brasileña Vale, que lo cerró hace 29 meses.
El representante de Vale en el país, Eduardo Santana, comunicó a la Secretaría de Minería de la Nación y al Gobierno mendocino de Francisco "Paco" Pérez que el relevamiento será realizado este meses.
Luego, el 25 de junio la misión seguirá viaje a Neuquén, La Pampa y Bahía Blanca, para ponderar en una segunda etapa el resto de los activos de la firma que van desde 800 kilómetros de línea férrea para el transporte hasta la terminal de carga y el puerto bonaerense que se construyó y no tiene uso.
Tras su ida de Río Tinto, Haddow se ha ganado fama en el mundo de la minería como "cazador de inversores" por su expertise en el negocio, publicó el diario Los Andes de Mendoza.
El ministro de Energía mendocino, Marcos Zandomeni, dijo que "no hay una demanda mundial de potasio que haga posible la venta del proyecto tal como está", por lo que el propósito del relevamiento "sería armar algo factible de ser vendido y con capacidad de repago".
El yacimiento de Potasio Río Colorado (PRC) se encuentra en el departamento de Malargüe, al extremo Sur de la provincia de Mendoza y norte de la provincia de Neuquén.
El proyecto propone el uso del método de minería por disolución para traer el mineral a la superficie desde las capas de cloruro de potasio ubicadas a un kilómetro por debajo.
El débil precio del mineral de hierro sigue golpeado a Vale. En el 1T 2015 el gigante brasileño tuvo una pérdida neta de US$3.100 millones, lo que ha obligado a la minera a hacer un reajuste de gastos y desprenderse de algunos activos.
Vale anunció que en los próximos años bajará su gasto de inversión, destinando para este año US$9.000 millones –US$ 3.000 millones menos que en 2014- y US$7.000 millones en 2016. También recortará los gastos de capital a US$5.000 millones en 2017 y US$4.000 millones en 2018.
Además, Vale ha puesto a la venta diversos activos no estratégicos con lo que espera recaudar entre US$6.000 millones y US$7.000 millones
Este reajuste se debe a la menor demanda del mineral de hierro por parte de China y a la caída de su precio. Actualmente, el costo para producir una tonelada de mineral de hierro le cuesta a Vale entre US$ 37 y US$ 41.
En 2014, la producción china del mineral de hierro fue de 240 millones de toneladas. Murillo Ferreira, presidente de Vale, estimó que este año la producción caerá por debajo de las 200 millones de toneladas, pero confía en la recuperación de la industria siderúrgica china para la segunda mitad de año.
Miguel Ángel Flores Isuani
Al cabo de 29 meses de parálisis voluntaria del proyecto Potasio Río Colorado, la minera brasileña Vale parece dar las primeras señales concretas acerca del futuro del emprendimiento de sales de potasio, que involucran su venta. Para tomar la decisión final, decidió enviar una misión que desde el 15 al 25 de junio relevará activos en la planta de Malargüe y definirá una cotización atractiva para un eventual inversor que podría salir de capitales chinos o europeos.
Al frente de la misión estará el británico Ken Haddow, un ex Río Tinto, la minera inglesa que inició Potasio antes de vendérsela a Vale. Según lo comunicó Eduardo Santana, número 1 de Vale en Argentina, a la Secretaría de Minería de la Nación y al Gobierno de Mendoza, luego del 25 de junio seguirá viaje a Neuquén, La Pampa y Bahía Blanca, para ponderar en una segunda etapa el resto de los activos de la firma que van desde 800 kilómetros de línea férrea para el transporte hasta la terminal de carga y el puerto bonaerense que se construyó y no tiene uso.
Tras su ida de Río Tinto, Haddow se ha ganado fama en el mundo de la minería como "cazador de inversores” por su expertise en el negocio. Al respecto, acostumbrados a blindarse ante el requerimiento periodístico luego de suspender su actividad en Mendoza, desde las oficinas de Vale en Río de Janeiro fueron escuetos, pero sin negar la noticia: “No tenemos nada para comentar al respecto”.
Un proyecto a medida
Santana lleva poco más de un año en el cargo en remplazo de Sergio Freites. Mientras Freites tuvo que implementar la suspensión del proyecto, a Santana le tocó, además de desplazar a Techint del mantenimiento del predio en Malargüe (tenía un contrato de 2 años a cambio de $ 40 millones), conservarlo en el “freezer” dentro de lo que exige el Código Minero argentino, hasta ahora, con un plan de reingeniería pre-venta en marcha, a la vista de los plazos para la caducidad del emprendimiento.
A criterio del Ejecutivo mendocino, ese rediseño del proyecto, que en su momento planteaba alcanzar una producción de 4,3 millones de toneladas de cloruro de potasio o potasa, usado como fertilizante, y ahora (no confirmado hasta ayer) podría reducirse al 30%, tiene que ver con las condiciones desfavorables que arrastra el mineral en los mercados internacionales y con dificultades financieras que provocó la pérdida de rentabilidad a Vale.
“No hay una demanda mundial de potasio que haga posible la venta del proyecto tal como está. Por eso se entiende que, como lo planteó Vale, el propósito del relevamiento sea armar algo factible de ser vendido y con capacidad de repago”, señaló al respecto el ministro de Energía provincial, Marcos Zandomeni.
En tal sentido, el propio secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, había admitido a la agencia internacional de noticias Reuters que la producción sería a una escala menor, de 1,3 millones de toneladas. Y que “para ponerlo más rápido en marcha, lo natural es que se redimensione su capacidad productiva inicial”.
El martes 9, funcionarios de la Dirección de Minería provincial y la delegación Mendoza del Segemar (Servicio Geológico Minero Argentino), de la Secretaría de Minería de la Nación, realizaron una inspección ocular a la planta de Potasio en Malargüe.
“Las hacemos en conjunto para constatar que estén los equipos y en qué condiciones, conforme la ley que promueve inversiones. Y mientras la situación siga en stand-by como hasta ahora”, consignó Cayetano Fusari, jefe de la delegación nacional en Mendoza.
Mientras se prepara el terreno, algunos indicios apuntan al desembarco de capitales chinos y a una definición “antes de octubre”, como consignó Mayoral, para quien Vale negocia, por su parte, con inversores europeos.
Los Andes intentó infructuosamente corroborarlo con el funcionario pero fuentes sindicales de la Uocra (Unión Obrera de la Construcción) reseñaron una visita realizada en 2014 y una versión que tomó color tras la gira de la presidenta Cristina Fernández a China.
Por eso, la posibilidad de una reactivación “con o sin Vale”, como había esgrimido en su momento el propio gobernador Francisco Pérez, genera expectativas en la Uocra en torno a los 3 mil puestos de trabajo perdidos. Para el secretario gremial, Miguel Ponce, “de 60 compañeros que hacían mantenimiento quedaron sólo 40. Nos quedamos con el compromiso de que se priorice a los ex empleados de Vale y subcontratistas. De nuestra parte está la voluntad de que así sea pero si aparece un inversor, que no tenga obstáculos para avanzar”.
La empresa brasileña había comprometido inversiones por más de 2.000 millones de dólares desde Mendoza, y llegó a ejecutar U$S 1.200 millones. Antes de suspender la obra, dejó entrever que buscaba exenciones impositivas para abaratar costos, aunque la ley de Inversiones Mineras (24.196) prevé, por ejemplo, deducir 100% de gastos, de Ganancias.
El no del Gobierno nacional y la curva descendente del precio internacional del potasio, precipitó la decisión de frenar la obra que, de acuerdo a sus cálculos, se había ejecutado en un 45%.
El Código Minero, de no mediar otras causas, prevé que un proyecto minero caduca al cabo de 4 años de inactividad, algo que para el caso de Potasio Río Colorado se cumpliría a principios de 2017 si antes no registra movimiento o una obra de infraestructura que retrotraiga el plazo a fojas cero.
En el medio, Vale propuso un proyecto constructivo que, para el Gobierno mendocino, perseguía ese fin. Para Zandomeni, “el Código es claro: el proyecto debe reactivarse en menos de dos años para no considerarse caído. Hay obras que pueden renovar los tiempos, pero no fue el caso”.
La referencia del ministro es acerca de la instalación de caños de protección catódica (una suerte de descarga a tierra si se compara con la instalación eléctrica de un domicilio). Una iniciativa que recibió el sello de “aprobado” y puede empezar a ejecutarse, pero sólo en carácter de “obra de mantenimiento”.