MARÍA JOSÉ ARIAS
Como muchos preveían, La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) hizo oídos sordos de socios como Venezuela, México o Noruega y decidió mantener su tope de producción en 30 M bpd.
Funcionarios y empresarios de las grandes petroleras invitadas para el meeting dejaron la capital austríaca con la sensación de que los acompañará un sube y baja en los próximos meses y la pregunta de cómo hará el mercado para consolidar una trepada hasta US$ 100 en lo que queda del año, como dijeron los saudíes, que hoy tienen abierto el grifo de sus pozos aplastando las pizarras.
El consenso entre los analistas es que, en el mejor de los casos, los precios podrían situarse en US$ 75/80. Lejos de la declamada meta pero el doble del piso de US$ 45 que destruyó humores hace un par de meses.
Los países más golpeados por el low price no han podido enhebrar con Rusia e Irán una estrategia común de armar un pool que recorte entregas (las petroleras de los dos países optaron, precisamente por el camino inverso), el otro sector que tiene para preocuparse es el de la fractura hidráulica en EE.UU. cuyas 500 empresas no dan con su curva de rentabilidad y están entregando activos a las grandes. Exxon, Chevron y otras se están haciendo cargo con poco capital de pozos deficitarios.
El shale estadounidense precisa de 2.500 pozos/año para garantizar la cota de 1.000.000 de barriles, mucho más de los 70 pozos que hacen falta en Arabia Saudita o Irán.
El bajón ha sacado de pista al 60% de los pozos, con lo cual buena parte de la faena saudí ya está hecha.
La OPEP se apegó a su estrategia de producción petrolera sin restricciones, buscando proteger su participación en el mercado y a frenar la producción del petróleo shale estadounidense muy costoso, en lugar de impulsar el precio del petróleo a través del recorte de la producción.
Gracias a la tecnología avanzada, el petróleo shale está teniendo un papel cada vez más importante en el mercado global, y comienza a reducir la participación de la OPEP, que representa cerca de una tercera parte del mercado mundial.
Se espera que la estrategia de un precio bajo del petróleo restrinja la producción de petróleo shale de Estados Unidos debido a la creciente presión por el costo de las máquinas de bombeo de petróleo shale estadounidense. Sin embargo, parece que el petróleo shale es más resistente que lo esperado y su producción no ha disminuido de manera significativa.
El cártel insiste en que no reducirá la producción sin una disminución coordinada de la producción con otros productores de petróleo no miembros de la OPEP, como Rusia y Estados Unidos. Mohammed Bin Saleh Al-Sada, ministro de Energía e Industria de Qatar y presidente alterno de la conferencia de la OPEP, que la decisión del cártel se ajusta a las dinámicas de las economías y mercados mundiales y que la organización está vigilando del desarrollo del mercado.
Con lo aprobado por la OPEP, el suministro mundial de petróleo será de alrededor de 94,10 millones bpd, cerca de 1,6 millones más que la demanda global.
El secretario general de la OPEP, Abdullah el-Badri, dijo a los reporteros que el cártel no tiene un precio establecido y que su principal desafío en el futuro es la situación económica.
La OPEP se rehusó a reducir su producción desde la reunión noviembre.
