(Por Nicolas Gandini) La recesión de la economía, las altas temperaturas y la caída del precio internacional del petróleo le sirvieron un buen cóctel al Gobierno, que este año gastará muchos menos dólares que en 2014 para financiar las importaciones de combustibles.
En la antesala del invierno, la secretaría de Energía publicó los datos oficiales para el primer cuatrimestre de 2015. Las importaciones de combustibles se desplomaron: costaron US$ 1.579,5 millones, 56,5% menos que en el mismo período de 2014, cuando sumaron 3.592,5 millones de dólares. El descenso más marcado se registró en el caso del Gas Natural Licuado (LNG) que llega por barco. La factura del gas para las terminales de Escobar y Bahía Blanca pasó de 1.130 millones a US$ 534 millones, con una baja del 52,7%. La compra de LNG la realiza YPF y la financia Enarsa, la empresa estatal creada por Néstor Kirchner en 2004. “Los buques metaneros se pagan en la actualidad alrededor de US$ 7 por millón de BTU. El año pasado, el importe rondaba los 14 dólares”, explicaron desde una compañía de trading.
Alivio. Al margen del abrupto descenso de los precios, que obedece y está en línea con el derrumbe de la cotización internacional del petróleo –en junio de 2014 orillaba los US$ 110 y ayer cerró a 63,18 US$–, la baja de la factura energética responde también a que se compró menos cantidad de combustible. En el caso del gas licuado, este cuatrimestre fueron 1,18 millones de metros cúbicos de LNG, la mitad que el año pasado. Los envíos de gas desde Bolivia también decayeron: se pagó a YPFB –la petrolera estatal boliviana– US$ 576 millones, 26,9% menos que entre enero y abril de 2014. El precio de gas que ingresa a la Argentina por Salta está determinado por una canasta de derivados del petróleo. Su valor ronda hoy los US$ 7,80 contra los casi 11 dólares que se pagó el año pasado.
La cartera que dirige Mariana Matranga, una funcionaria alineada con el ministro de Economía, Axel Kicillof, también mide la evolución de las compras de combustibles líquidos. Se registró, en ese sentido, un derrumbe de las importaciones de gasoil para el parque vehicular, que pasaron de 833 millones a US$ 270 millones (-67,1%). Y por primera vez en varios años no fue necesario importar naftas. Eso marca a las claras cómo está el amesetamiento de la ventas de autos en los últimos 12 meses.
A su vez, si bien Energía no informa las estadísticas relativas a la compra de combustibles para generación eléctrica, las últimas operaciones de Cammesa van en la misma sintonía decreciente. Como resultado de las bajas temperaturas registradas en lo que va del año, la compañía que administra el mercado eléctrico, controlada por el Estado, lleva comprados apenas 450 mil metros cúbicos de gasoil para las centrales eléctricas. La semana que viene podría licitar un cargamento de 300 mil metros más.
Es, junto con Nicolás Arceo, uno de los dos alfiles incondicionales del ministro de Economía, Axel Kicillof, dentro de YPF. Como vicepresidente de Asuntos Jurídicos de la mayor empresa de la Argentina jugó un papel relevante en el proceso legal de reestatización de la petrolera y también de la nueva Ley de Hidrocarburos pensada para el desarrollo de Vaca Muerta (aprobada en octubre). En unos meses pasará a ocupar el cargo de fiscal general ante la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal y en lo Contencioso Administrativo Federal, según la designación publicada esta semana en el Boletín Oficial. Cuesta es cultor del perfil bajo. Es una de las patas del Gobierno en YPF, de una buena relación con el equipo de Miguel Galuccio. Con 40 años cumplidos es abogado graduado con diploma de honor de la UBA. Trabajó en Aerolíneas. Ahora atenderá, entre otras, una causa sensible para el Gobierno: Papel Prensa.