LOS ALTOS precios del cobre durante los últimos años permitieron importantes aportes de Codelco a los ingresos fiscales y disimularon sus debilidades. A pesar de reformas a su estructura de gobierno societario, la compañía no superó sus graves ineficiencias, ni desarrolló una mayor efectividad para enfrentar las fuertes presiones a que vive sometida. Las debilidades que derivan de su carácter puramente estatal, tanto en términos de injerencia de influencias ajenas a la empresa, de especial vulnerabilidad para enfrentar presiones sindicales, como de restricciones para atraer los mejores ejecutivos en el mercado, hacen que la empresa más relevante del Estado de Chile esté muy distante de la excelencia que correspondería a una entidad con la calidad de los activos que administra, y sea motivo permanente de preocupación por su desempeño insuficiente.
Según el diagnóstico que suscita amplio acuerdo entre analistas y observadores menos ideologizados, los sueldos de los ejecutivos principales de Codelco son sustancialmente inferiores a los de empresas mineras privadas comparables, con la consecuente incapacidad de atraer los ejecutivos de más alto rendimiento. En cuanto a los trabajadores de Codelco -que tienen sueldos iguales o mejores que sus pares en empresas privadas- es también muy claro que ellos derivan de remuneraciones de contratos colectivos donde los bonos se determinan por antigüedad, permanencia, o consideraciones que no guardan relación con mejoramientos de productividad, como es la práctica en la minería privada comparable, mientras sus beneficios en educación de hijos, salud, vacaciones y vivienda, entre otros, están lejos de la realidad del país y muy por sobre lo que se observa en la minería dentro o fuera de Chile.
Con el deterioro en los precios del cobre se ha hecho más evidente la incapacidad estructural de la empresa para seguir aportando al Estado en proporción a su dimensión y potencialidades. Codelco entregó aportes al Fisco por US$ 209 millones el primer trimestre de 2015, equivalentes al 1,6% de los ingresos fiscales de ese período. Hay dudas sobre aportes por US$ 2.039 millones en el año, según lo estimado por la Dirección de Presupuestos, lo que corresponde a 3,6% de los ingresos fiscales proyectados. Esfumados los precios insostenibles del cobre, que llevaron el aporte de Codelco a representar hasta el 23% de los ingresos fiscales en 2007, la realidad de hoy deja en evidencia la urgencia de correcciones de fondo.
Hasta ahora, lejos de enfrentar las debilidades de Codelco en el nivel estructural en que estas se generan, el Ejecutivo ha optado por aprobar fuertes capitalizaciones de la empresa y comprometer significativas retenciones de utilidades durante el período del actual gobierno, descartando cualquier reforma relevante. La fundamental, y urgente, es permitir la incorporación de capital privado a la propiedad de Codelco. Ello permitiría definir los lineamientos para el desarrollo de Codelco, así como confrontar las presiones de los distintos grupos de interés que hoy limitan su gestión, con mayor claridad, rigurosidad y decisión, con los consiguientes mayores beneficios para sus accionistas, entre estos el Estado de Chile.