LA PROPUESTA sobre la ampliación de giro de Enap ha generado variadas críticas. Se puede reconocer al menos tres fundamentales: sería mejor realizar correcciones al marco regulatorio que facilitaran a las empresas privadas -que ya tienen las competencias necesarias- desarrollar sus proyectos; la presencia de Enap en el mercado eléctrico podría distorsionar su funcionamiento y ahogar la competencia; y por último, esta empresa podría comprometer el patrimonio fiscal con decisiones inapropiadas resultantes de un gobierno corporativo débil.
Desafortunadamente poco aportan estas críticas a un debate profundo.
Por una parte, no reconocen que Enap, como empresa pública, tiene una función más amplia que una empresa tradicional, por lo cual ciertos objetivos públicos (fortalecer la competencia o aumentar la seguridad) son tan importantes como el objetivo de ganancia asociado a toda empresa. Por otra, no reflexionan sobre el rol de Enap en un plazo más largo (sostenibilidad) ni observan la realidad de la empresa y del mercado, tomando supuestos de funcionamiento como verdades.
Actualmente la generación eléctrica en Chile está en una situación compleja frente a la cual una empresa pública no puede ser indiferente. Esperar a que mejoras regulatorias -aunque valga la pena plantear y discutirlas- traigan los resultados esperados teniendo la capacidad de participar activamente en las soluciones sería irresponsable. Además, Enap tiene la posibilidad de facilitar el ingreso de proyectos y actores relevantes aportando su experiencia y conocimiento del mercado nacional. Esto no es una amenaza para las empresas existentes, sino una oportunidad de estimular la eficiencia y de generar mayor legitimidad social con un sector más competitivo.
Desde una perspectiva de sostenibilidad, la lógica de esta iniciativa es también fuerte. El futuro de Enap no está en la actividad que ha venido desarrollando desde mediados del siglo XX. Si bien deberá continuar por muchos años sus actividades actuales, la empresa debe mirar más allá, hacia un alejamiento progresivo de los hidrocarburos, que requiere innovación y visión de futuro.
Por último, la experiencia real de Enap en el desarrollo de proyectos relevantes (el GNL) ha sido exitosa aun en el marco del actual gobierno corporativo, por lo cual éste no es una amenaza evidente al éxito de esta iniciativa. Sin duda, un mejor gobierno corporativo será un aporte no sólo a la eficiencia, sino también a la transparencia. Sin embargo, esos aspectos cruciales de diseño no pueden ser barreras para el fondo de la estrategia de desarrollo.
Como se observa, no parece haber objeciones sustanciales a la iniciativa. Lo que se requiere es una discusión profunda, sostenida en un análisis integral, de la forma en que se llevará adelante la iniciativa, con tal de asegurar que lo que se establezca aporte el mayor valor posible al desarrollo nacional.