Por Cristian Navazo
Durante 2014 la inversión extranjera directa (IED) en la Argentina tuvo una baja del 41%, al alcanzar 6612 millones de dólares, el nivel más bajo recibido desde 2009. La razón principal fue la nacionalización de YPF, que se produjo en 2012, pero que se resolvió el año pasado.
El Gobierno pagó 5000 millones de dólares a Repsol como compensación por la expropiación del 51% del paquete accionario. Luego, la empresa española vendió el 12% que aún poseía. Como la mayoría de las acciones volvieron a manos argentinas, en la práctica esto supuso una entrada negativa en la balanza de pagos.
De acuerdo con el reciente informe sobre IED de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), “al margen de esta operación, la inversión extranjera directa en el país se habría mantenido en un nivel similar al de años anteriores”. La mayoría de las entradas correspondieron a utilidades reinvertidas, que llegaron a 7365 millones de dólares.
A la nacionalización del paquete accionario que tenía Repsol se le debe sumar la compra por parte de YPF de los activos de la norteamericana Apache, por 852 millones de dólares.
La CEPAL destacó que la composición sectorial de la IED en la Argentina se distribuye de forma homogénea entre los recursos naturales, las manufacturas y los servicios, y puso énfasis en el desarrollo de Vaca Muerta.
El shale neuquino ya concentra buena parte de las inversiones extranjeras que llegaron al país el año pasado y se estima que requerirá desembolsos por 15.000 millones de dólares al año.
El estudio de la CEPAL destacó los cambios normativos en el sector de los hidrocarburos que, a fines del año pasado, quedaron plasmados en la reforma de la Ley de Hidrocarburos, y que buscan atraer dólares. Menciona las “ventajas especiales para las empresas petroleras que estuvieran dispuestas a invertir más de 1000 millones de dólares. A raíz de ello, la estadounidense Chevron firmó un acuerdo con YPF para invertir 1600 millones de dólares con el fin de explorar la formación de Vaca Muerta”.
También mencionó el interés de la compañía rusa Gazprom de realizar inversiones por mil millones de dólares y los 550 millones que destinará la malaya Petronas, que ya empezó a perforar el primer pozo del piloto exploratorio en sociedad con YPF (operadora) en La Amarga Chica.
Además, indicó que “la anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell y la francesa Total anunciaron una inversión de 550 millones de dólares junto con la compañía local Gas y Petróleo del Neuquén en otro yacimiento”.
Un relevamiento de la consultora Tendencias Económicas constató que las principales radicaciones de empresas extranjeras e inversiones anunciadas en el país durante el primer cuatrimestre de este año, totalizaron más de 31.300 millones de dólares.
El grueso de ese monto corresponde al sector Energía y Combustibles (casi 24 mil millones de dólares), entre los que se destacan el acuerdo con China para la construcción de dos centrales nucleares.
También se mencionan los 6 mil millones que invertirán grupos chinos con Electroingeniería para construir dos represas de Santa Cruz, y Chihuido I en Neuquén, por 1840 millones de dólares, obra financiada por la Federación Rusa y que se pondría en marcha en septiembre.
Producción o especulación
Si bien el cepo cambiario y los límites al giro de dividendos puede desincentivar a los inversores, las cifras de las IED deben ser tomadas con recaudo. A nivel mundial, entre 2010 y 2012 los paraísos fiscales como Islas Vírgenes e Islas Caimán lideraron el ranking mundial. Según explica el columnista económico de E&P Humberto Zambón, “más que inversiones productivas se trata de capital de origen dudoso que busca anonimato y evadir impuestos”.
“Por otro lado, muchas de las inversiones directas computadas como tales por la estadísticas internacionales no son más que transferencias de empresas: desde el punto de vista económico no son inversiones, ya que no aumentan la capacidad productiva, sino que representan una extranjerización de la economía, que en el futuro empeora la balanza de pagos del país receptor por el envío de utilidades en el exterior. En los ’90, especialmente al comienzo de las privatizaciones, cerca del 90% de las inversiones recibidas por nuestro país tenían esta característica”, agrega Zambón.
Por caso, el año pasado en Chile la IED aumentó un 14%, pero no debido a nuevas inversiones, sino a las extranjerizaciones de empresas nacionales: la española Gas Natural Fenosa compró a la Compañía General de Electricidad, la estadounidense Abbott Laboratories obtuvo CFR Pharmaceuticals y la brasileña Itaú adquirió la mayoría de Corpbanca.
En el caso de Vaca Muerta, la llegada de inversiones será positiva en la medida que haya transferencia tecnológica (know-how) y permitan sustituir las costosas importaciones de hidrocarburos –fundamentalmente gas– que afronta hoy el país y produzcan saldos exportables e industrialización en origen.
Según un informe de la consultora Accenture, si el desarrollo de Vaca Muerta es exitoso, las exportaciones de petróleo y gas podrían alcanzar los u$s 660.000 millones durante los próximos 20 años. Hacia el 2028, Argentina podría producir 1,8 millones de bpd, desde los 550.000 actuales, mientras que la producción de gas se triplicaría para alcanzar los 317 millones de metros cúbicos diarios.
El año pasado la formación shale neuquina concentró el 70% de los desembolsos de las compañías petroleras en la provincia, es decir unos 3600 millones de dólares. En 2005, cuando aún no se hablaba de los yacimientos no convencionales en la provincia, las inversiones petroleras fueron de apenas 791 millones de dólares. Mientras que en 2014, incluyendo los yacimientos tradicionales, se superaron los 5000 millones de dólares.
Sin embargo, todas esas proyecciones hoy se mantienen en vilo a la luz de la crisis en la industria petrolera por el derrumbe de los precios internacionales del crudo, que hoy están muy por debajo de los niveles de rentabilidad del shale.
Cronista
por DOLORES AYERRA
Para el nuevo presidente global de la petrolera alemana, explotar el potencial de Vaca Muerta requiere levantar las trabas cambiarias y reducir costos de operación
El presidente de Wintershall Holding, Mario Mehren, fue contundente en el mensaje. La Argentina necesita generar condiciones mas favorables para que las compañías extranjeras quieran invertir en nuevos proyectos y así comenzar a revertir el declino que viene registrando en los últimos años de manera sostenida producción nacional de hidrocarburos, que es la principal causa del cepo cambiario y de la costosa factura de energía que que afronta el estado en torno a los u$s 10.000 millones anuales.
En el marco de la 26º World Gas Conference, que se está desarrollando esta semana en París, Francia, y en la que participan cerca de 250 empresas más importantes del la industria de todo el mundo, el nuevo director de la petrolera alemana a nivel global (asumió el mando este lunes) no utilizó eufemismos cuando le tocó hablar del mercado local, en el cual Wintershall opera desde hace 35 años. La firma está asociada en varios proyectos con empresas de la talla de Total, PAE y GP.
"Necesitamos acceso a los dólares". "El gobierno argentino se ha dado cuenta de que tenía que generar ciertos pasos para volver más atractivo en mercado pero se necesitan más. La situación es muy difícil con ciertas trabas que existen en torno a la moneda de cambio, por ejemplo. Cuando nosotros invertimos necesitamos a nuestros proveedores, los insumos que importamos. Y ellos no quieren pesos, quieren dólares", sostuvo Mehren a El Cronista.
Además de las trabas al acceso al dólar para las importaciones, Mehren habló de otras dificultades como la imposibilidad de girar utilidades a las casas matrices, los elevados costos generados a su vez por una deficiencia en las logística y servicios vinculados a la industria hidrocarburifera, sumado a la discontinuidad de marco regulatorio.
Reconoció que si bien la empresa continuó invirtiendo (entre 2013 y 2014 desembolsó en el país unos u$s 400 millones), hace dos años la petrolera está privada de girar dividendos. "No es tanto una cuestión de montos, si no de que las empresas no pueden disponer de su dinero como quieren y eso no es para nada atractivo, no tanto para las empresas que ya estamos en el país, sino para nuevos competidores".
Bajo la mirada de Mehren, Vaca Muerta, el megayacimiento que se extiende en la provincia de Neuquén y que es la gran promesa para que la Argentina logre recuperar el autoabasteciomiento energético, y en el que Wintershall también tiene presencia, solo será un éxito en la medida en que el Gobierno siga en la dirección que ha encarado. "Se necesitan bajar los costos de perforación. Hoy la perforación de un pozo en la Argentina es aproximadamente 3 veces más costosa que en Estados Unidos, que hace 10 años revolucionó al mercado con el shale".
El titular de Wintershall enfatizó que la caída del precio internacional del crudo no complica las inversiones locales. Destacó la necesidad de estabilidad en las reglas y ponderó de manera positiva la Ley de Hidrocarburos.
Si bien rescató algunas medidas, como el Plan Gas que elevó el precio que se paga por el nuevo gas producido en boca de pozo hasta u$s 7,5, Mehren aseguró que con eso no es suficiente.