Mañana la presidenta Cristina Fernández llegará a Mendoza y ya no hay dudas de que a dos semanas de las elecciones generales en la provincia hará anuncios. Más allá de la expectativa de distintos sectores de la economía local, se sabe que uno de ellos estará vinculado a la golpeada Impsa y también a novedades en materia hidrocarburífera.

Después de meses e infinidad de reuniones con el gobierno provincial y también de la Nación, la multinacional mendocina será parte del discurso presidencial.

Y allí estará, personalmente, el mismo Enrique Pescarmona para escuchar una novedad largamente esperada que anticipó Los Andes en su edición dominical: el arranque del proyecto hidroeléctrico Los Blancos, del que Impsa participará como proveedora de equipos para Cartellone, concesionario de la obra presupuestada en $ 5.000 millones.

Así lo daban por hecho ayer en el seno de la compañía y a dos semanas de empezar a gestarse el anuncio. Es que a mediados de mayo, Pescarmona, que ayer se mostraba entusiasmado, se reunió con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Economía, Axel Kiciloff, los primeros en darle certeza de Los Blancos.

“El acuerdo con Cartellone está vigente y, según nos informaron desde el Gobierno provincial, entendemos que ahora se encaminará el proyecto”, admitieron fuentes de Impsa tras un encuentro puertas adentro por ese tema.

En principio, Cristina Fernández sólo será portadora de esa buena nueva para Impsa. Ayer al menos estaba descartada que la mandataria se refiera a la compra del 25% que la empresa tiene en Cemppsa, la UTE que también conforma con Cartellone para administrar el dique Potrerillos, y que el gobernador Pérez había anunciado con bombos y platillos en diciembre pasado.

Mucho menos se espera que CFK toque temas políticamente antipáticos: las licitaciones en las que, como la represa Néstor Kirchner en Santa Cruz, el grupo Pescarmona quedó marginado frente a oferentes chinos.

Ni tampoco el “salvataje” que en su momento se especulaba haría el Gobierno nacional ante el agujero financiero provocado por los U$S 170 millones impagos de Brasil del parque eólico Santa Catarina, y también la millonaria deuda de Venezuela por el proyecto Tocoma. 

No obstante, durante la reunión en Buenos Aires y luego de hablar de Los Blancos, tanto Kiciloff como Fernández le habrían reconocido a Pescarmona el “maltrato” al que lo había sometido la gestión de Dilma Rousseff. Y se refirieron a un nuevo intento por destrabar los fondos de Venezuela. 

¿También el petróleo?

Ayer, responsables de YPF se hallaban abocados a un relevamiento del upstream (perforación) y downstream (extracción y refino), para proporcionar datos que puedan nutrir el discurso de la presidenta en Mendoza.

Al respecto, hasta última hora no había más precisiones ni confirmación oficial. Miguel Ledda, de la Cámara de Servicios Petroleros, señaló que “con equipos dispuestos en perforaciones de petróleo convencional, siempre es posible alguna noticia relativa a la actividad no convencional”.

Desde el Ministerio de Energía, sumidos en la habitual estricta reserva que rodea la presencia de Fernández, evitaron referirse al tema. Aunque al cierre de esta edición el titular de la cartera, Marcos Zandomeni, mantenía una reunión con proveedores del sector.

“Hay formaciones de la cuenca Neuquina-Sur Mendocina que corresponden a Malargüe pero, hasta donde se sabe, sin ensayos comerciales aún”, acotó el subsecretario de Hidrocarburos, Pedro Sánchez.

Manzano Grande x-1, en el bloque Los Caldenes, de Río Negro,  cuya concesión YPF prorrogó hasta 2036, es el más reciente hallazgo difundido a fines de mayo. Y el segundo pozo del área de 115 Km2 que, con 3.057 metros de profundidad, promete 40 millones de barriles de petróleo.

Al respecto, Carlos Colo, gerente de Exploración, había reseñado la política exploratoria de la compañía al recordar que  en 2014 se había hecho otra perforación con 15 millones de barriles estimados.  

Para el upstream, el objetivo de YPF es, a través de su Plan Estratégico a 2017 elevar la producción a 100 mil barriles de petróleo/día procedentes del shale oil. En cuanto al down, la refinería de Luján es expuesta como la de “mayor conversión del país”, con una capacidad de refinación de 105.500 barriles de crudo.