El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Tía María ha sido objeto de duras críticas, no solo por parte de sus detractores, sino también de algunas autoridades locales y regionales.
Pese a que el Ministerio de Energía y Minas (MEM) se ha cansado de aclarar que lo aprobado es el segundo EIA y que la empresa levantó todas las observaciones de la UNOPS, no cesan los cuestionamientos.
En una entrevista brindada a Canal N, el jefe de proyectos de Tía María, José Vargas, echó luz sobre algunos de estos cuestionamientos.
Tía María es un proyecto de cobre por ende, no utilizará cianuro. “La lixiviación del cobre utiliza ácido sulfúrico comercial que no produce lluvia ácida. No cianuro como sostienen los grupos opositores”, explicó Vargas.
Darío Oviedo, director de Servicios Ambientales de Southern, agrega además que el cuerpo mineralizado de Tía María que se explotará por lixiviación, es un proceso que disuelve los óxidos con un PH máximo de 2.5 a 3, similar al jugo de limón o el de la Coca Cola.
Sobre el tema de los ya famosos puntos de monitoreo de aire., Vargas explicó que para la fiscalización hay que diferenciar entre el Límite Máximo Permisible (LPM) y los Estándares de Calidad Ambiental (ECA).
“Dentro de la operación minera se mide el LMP. Desde ese punto tenemos un plan de monitoreo y adicionalmente las normas de seguridad e higiene minera. En el caso de la aplicación de los ECAs, la ley es clara, se deben aplicar en zonas pobladas cercanas al proyecto. Por ello se ha instalado una central de monitoreo en Cocachacra y otra en La Ensenada. El proyecto cumple con lo que establece con la normatividad”, enfatizó.
Los detractores también sostienen que el proyecto no tiene un plan para evitar el drenaje de aguas ácidas a la capa subterránea. Sobre el tema el ejecutivo de Southern sostuvo que se han realizado estudios al desmonte para determinar si puede generar drenaje ácido y las pruebas han sido negativas.
“Si bien ha sido una de las observaciones en el primer EIA, y aunque eso no es probable, en el nuevo documento hemos incluido una capa impermeable basada en arcillas compactadas para garantizar el aislamiento”, dijo.
Otro de los temores está enfocado en la contaminación de las aguas subterráneas. Según Oviedo, los estudios realizados a los cuerpos de agua localizados reflejan que están estancadas más de 60 años, y tiene alto concentrado mineral. Además, dijo que “es un embolsamiento que no tiene conexión con ninguna otra fuente de agua”.
“Desde mucho antes de la implementación de los talleres para sociabilizar el EIA, se han hecho visitas guiadas al proyecto, en las que participaron 3.500 pobladores para que puedan entender que no contaminaremos el agua del valle del Tambo”, puntualizó.
Pese a la férrea defensa del segundo EIA por parte de todos los Ministerios nacionales, Yamila Osorio, PR de Arequipa, insiste en que un organismo externo lo revise.
Según fuentes arequipeñas, Osorio habría conseguido los fondos de la Unión Europea para financiar la revisión del Estudio de Impacto Ambiental.
Días atrás, la Ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, fue enfática al descartar la posibilidad de un tercer EIA. "Sería violentar el Estado de Derecho", dijo.