(Por Julio Turcumán) Esta semana el secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, se entusiasmó en anunciar que un acuerdo de Barrick con una empresa china ponía fuertes expectativas en el reinicio de obras de Pascua-Lama. Todo indica que está muy lejos de la realidad y le suma esperanzas a un proyecto que lamentablemente en los últimos años sólo le trajo frustraciones a los sanjuaninos.
Desde la Cámara Minera de San Juan y desde los medios de comunicación chilenos vienen remarcando los graves problemas que tiene el proyecto binacional y que se llevó puestas a sucesivas gerencias chilenas para sacar a flote este mega emprendimiento.
Todos recalcan que la nueva multa que debe imponerles la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) de Chile, en el más optimista de los casos, no bajaría de los 300 millones de dólares. Un condicionante que con el actual precio de los metales haría inviable a cualquier proyecto minero en el mundo.
La verdad es que Barrick, a raíz de una deuda descomunal, se viene desprendiendo de varias minas para hacerse de fondos con los que pueda afrontar esos pagos ya que además le prometió a sus accionistas un ahorro de 3 mil millones de dólares sólo en el 2015.
Pero de ahí a afirmar que como una empresa china se quedó con el 50% de la mina Porguera, en Papúa Nueva Guinea (Barrick tiene 26 minas en el mundo), y que por eso es esperable que sean socios de Barrick en Pascua-Lama, es un sueño que sólo cabe en la mente de Mayoral, quien últimamente se esfuerza en ver Disney Channel cuando habla de la minería argentina.
Pero hay más: Todos los medios chilenos se hicieron eco esta semana de que Barrick decidió reingresar Pascua-Lama al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), lo que implicaría someter todas sus obras de manejo hídrico al escrutinio de los organismos públicos trasandinos. Ese proceso en el mejor de los casos le llevaría 5 años y un respaldo financiero que hoy no luce Barrick en sus balances.
Someter a evaluación ambiental nuevamente a Pascua-Lama del lado chileno implicaría sentarse a negociar con todos los grupos de interés que desde hace 10 años vienen pidiendo el cierre del proyecto. Algo que nunca supo manejar la compañía canadiense. Sin contar la lluvia de demandas que tendrían en puerta por la inoperancia en la construcción de canales de agua del lado chileno.
Con todos estos antecedentes, ¿serán los chinos capaces de buscar a Barrick como socio para invertir en Pascua-Lama?
Las preguntas hoy no tienen respuestas porque en Barrick se esfuerzan por no decir nada cada vez que les preguntan sobre Pascua-Lama. Mucho más cuando se les consulta con la docena de nuevas infracciones que les encontró la SMA Chilena hace un par de semanas.
Es más, en el último comunicado de resultados financieros ya ni mencionan a Pascua-Lama como un activo del que vale la pena dar información. Mal que les pese, recordamos que el año pasado tuvieron que anunciar que mandaron a pérdida 5.000 millones de dólares invertidos en el proyecto.
La única verdad es la realidad, como diría el general: el desacierto empresario en la toma de decisiones sobre este proyecto impactó e impacta muy fuerte en San Juan. Hay cientos de empresas de proveedores que siguen este proceso esperando retomar la actividad. Pero eso no justifica hacer declaraciones que confundan o mucho menos generen falsas expectativas en medio de la situación que hoy vive la provincia.
Las declaraciones de Mayoral cayeron muy mal hasta en el entorno íntimo del gobernador José Luis Gioja, quien ordenó a sus funcionarios no hablar del tema. No quieren armar más polémicas con el funcionario de Julio De Vido, por eso callaron, no por aprobarlas. Era más sencillo salir a respaldar esos dichos, por el impacto positivo que genera pero prefirieron callar. Mayoral ha logrado un récord más que extraño en San Juan: no lo quiere ninguno de los actores de la actividad que, supuestamente, maneja.
La Unión Industrial Argentina dio a conocer el reporte de su Centro de Estudios Económicos que cubre el mes de marzo y el primer trimestre de 2015. Contra marzo del año anterior la industria registró una contracción del 1%, a su vez marzo tuvo una caída del 2,3% respecto de febrero y la baja acumulada del primer trimestre fue del 2,2%. La situación no se presentó homogénea sino todo lo contrario: el 42% tuvo una producción menor y el 58% una mayor, pero este crecimiento mayoritario no alcanzó para compensar la estadística por la profundidad de la pérdida de las automotrices, metales básicos, sustancias y productos químicos, textiles, papel y cartón.
Las subas, que ocurrieron en los sectores metalmecánico, despachos de cemento y minerales no metalíferos fueron pequeñas comparadas con las bajas del sector automotriz, que descendió más del 15%. Como es natural, la situación tuvo su consecuencia tanto en la cantidad de horas trabajadas como en la de obreros ocupados. Las cifras negativas fueron del 1,1% y 1,9% respectivamente, es decir, se trabajó menos horas y con menos gente, una tendencia que se mantiene desde finales de 2013 y que aparenta querer acentuarse con las perspectivas de lo que queda del año.
Los consumos energéticos fueron dispares. Las industrias que demandan más de 300KW consumieron el 12,6% más y los usuarios del m.e.m., mercado mayorista, lo hicieron el 3,5% mientras que el consumo de gas cayó el 2,9%. La fuerte retracción del sector automotriz influye tanto en la cuenta final que, si se lo extrae del promedio, el resultado registraría un leve crecimiento del 0,5%. Tomando marzo contra marzo de 2014, las exportaciones vinculadas con la actividad industrial crecieron el 2,4% cerrando el monto de 3.767 millones de dólares, pero la contraparte es que el primer trimestre cerró con una disminución considerable, del 13,1% sumando 10.026 millones que se comparan con los 11.531 de 2014. Igual, el de marzo es un buen dato pero insuficiente para tomarlo como bisagra.
Los segmentos vinculados a la minería tiraron hacia arriba las exportaciones de manufacturas de origen industrial el 0,8% (MOI) pero, al igual que en el caso anterior, el trimestre tuvo un balance general negativo muy fuerte del 16,5% en un derrumbe del que no quedó nadie a salvo. Las importaciones de insumos cayeron el 4% cerrando el mes en 4.994 millones de dólares con un retroceso trimestral del 15,9% que arroja en el período una cuenta final de 13.227 millones.
La excepción fueron los bienes de capital que fueron ingresados al país con un alza del 7% en el trimestre, promedio afectado por una fuerte suba en marzo. Piezas y accesorios para bienes de capital cayeron el 22%. Como es sabido, buena parte de las exportaciones de nuestro país en general, de la industria en particular y de automotores en singular, van a parar a Brasil, país hermano cuya producción industrial propia se desbarrancó el 5% arrastrada hacia abajo también por el sector automotriz que cayó nada menos que el 12,7%. No es un problema de toda la región americana, dado que Estados Unidos aumentó su producción en el 2%.
Resumiendo, los números siguen dando mal pero aparecen algunos leves síntomas de recuperación. Su magnitud pequeña y el carácter heterogéneo de las señales no dejan lugar para alentar optimismo y las cosas se seguirán manejando con cautela. En San Juan lamentablemente no hay un seguimiento periódico y sistemático de indicadores del Sector Industrial. Los datos disponibles son los que surgen del Indec y los que recoge el Instituto de Estadísticas de la provincia. Son los que publicamos en el inicio de la serie de estas columnas en Diario de Cuyo. Genéricos, no muestran análisis por rama, a veces pecan por extemporáneos y es posible que las muestras de seguimiento estén construidas sobre la base del último censo económico del 2004, y la realidad del sector industrial ha variado significativamente desde esa fecha.
Los industriales han celebrado efusivamente el reciente anuncio del gobernador del lanzamiento de un censo específico para ese brazo económico, el cual podrá proveer información actualizada, una adecuada sectorización y un monitoreo sistemático, elementos indispensables para diseñar políticas. Es de esperar que haya una sincera colaboración de los interesados porque hubo ocasiones en el pasado en que muchas empresas fueron reticentes a mostrar sus datos por no tener confianza en el secreto estadístico. Sobre la base de estudios que desarrolló la Bolsa de Comercio se ha podido establecer que la industria sanjuanina es el principal proveedor de empleo registrado y que durante el año pasado, de gran remezón por el cierre de Pascua-Lama, tuvo la menor tasa de baja de empleos.
Eso fue el resultado de una combinación de esfuerzo y conveniencia, porque muchas empresas adhieren al concepto de Responsabilidad Social pero también entienden el alto costo que significa volver a tomar mano de obra que requiere a veces largos períodos de especialización. Finalmente podríamos afirmar, aunque con alguna precariedad hasta que se termine el Censo, que en situaciones de crisis, el sector industrial muestra una sensibilidad más estable que otros como la construcción, el comercio y algunos servicios.