"¡No te voy a permitir que me acuses de ese modo!", le gritó la auditora del Frente para la Victoria, Vilma Castillo a su par radical, Alejandro Nieva, en la AGN, y desató tal escándalo que tuvieron que vaciar la sala. A puerta cerrada, los cuatro referentes K se trenzaron en una discusión con los tres radicales. Después del cuarto intermedio, la mayoría kirchnerista aprobó su informe en el que disipó supuestas irregularidades en la compra de trenes que hizo el Gobierno entre enero 2004 y diciembre de 2012.
El clima se caldeó en la AGN cuando Nieva acusó a Castillo, al frente de la gerencia de Entes Reguladores, de "demorar" los informes críticos a la Nación por sus vínculos con la Casa Rosada. "De tan oficialista que sos el año pasado sólo se aprobaron dos informes de tu gerencia", le advirtió el radical. Castillo reaccionó a los gritos y su colega del kirchnerismo, Javier Fernández, tuvo que ordenar el desalojo de la sala repleta de asistentes.
El informe sobre la compra de trenes a China (que afecta principalmente a los ex secretarios Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi) trajo sus roces un mes antes. Luego de congelar la auditoría crítica de Fútbol para Todos, el kirchnerismo demoró el tratamiento del expediente ferroviario y asignó la gerencia de Entes Reguladores a Jorge Forlano, ex auditor del Ministerio de Planificación.
Con este clima, la AGN puso ayer sobre la mesa un duro informe sobre la compra de trenes del Gobierno a China entre enero de 2004 y diciembre de 2012, que alcanza los primeros seis meses de la gestión del precandidato presidencial, Florencio Randazzo. El texto que realizaron los técnicos de la AGN denuncia corrupción, sobreprecios y negligencia en la compra de 279 coches de subte, 160 locomotoras Diesel para la Línea San Martín y 220 coches y locomotoras larga distancia. Este sólo tuvo el apoyo de los radicales Leandro Despouy, Horacio Pernasetti y Nieva.
Con mayoría propia, los kirchneristas Fernández, Castillo, Vicente Brusca y Oscar Lamberto, modificaron el texto que realizaron los técnicos y disiparon las denuncias.
A pesar del revés, el radical Despouy anunció que enviará a la Justicia el informe crítico para que investiguen tres puntos, que el kirchnerismo desmintió.
n El informe original denunció que en las negociaciones con China "se constató la intervención de un representante sin atribuciones legales y en manifiesta oposición de intereses". El kirchnerismo modificó este punto y se limitó a hablar de "un representante sin atribuciones legales".
n El texto de los técnicos advierte que la Ciudad, en 2013, compró trenes a un precio 21% inferior que la Nación en 2008. En diálogo con El Cronista, el auditor Brusca sostuvo que esto es "tendencioso" y explicó que la Nación pagó más porque solicitó obras de diseño y usó material de Alstom, a diferencia de la Ciudad.
n El informe crítico advierte sobre dos órdenes de pago (por $12 millones en total) que "quedaron sin regularizar al final del ejercicio". "Desaparecieron", insinuó un auditor del radicalismo. Mientras que el texto aprobado por el kirchnerismo habla sólo de órdenes de pago "sin imputación presupuestaria".
La mayoría oficialista de la Auditoría General de la Nación (AGN) sepultó ayer un informe técnico del organismo que revelaba presuntas irregularidades y sobrecostos en la compra de material ferroviario a China. En un informe paralelo, los cuatro auditores del oficialismo relativizaron estas advertencias y, por el contrario, elogiaron la actual política ferroviaria del Gobierno.
"Es un informe malo", despotricó el auditor Vicente Brusca al referirse al trabajo técnico que había elaborado el organismo de control. La auditoría en cuestión investigó tres contratos que el Gobierno firmó con empresas de la República Popular China entre 2004 y 2012 para la compra de material rodante. Las conclusiones fueron lapidarias y así las hizo suyas la oposición, representada por el presidente de la AGN, Leandro Despouy, y los radicales Alejandro Nieva y Horacio Pernasetti. Pero el oficialismo, integrado por los auditores Brusca, Vilma Castillo, Oscar Lamberto y Javier Fernández, fue más y, en una maniobra inédita, presentó un informe propio con la pretensión de diluir los lineamientos más críticos de la auditoría.
"Sólo formulamos correcciones en los copetes de las conclusiones. Lo demás se mantiene igual al informe de Auditoría, incluidas las recomendaciones", intentó relativizar Lamberto durante el debate, que fue tan intenso que por momentos llegó a los gritos. "El de ustedes es un informe lavado que busca debilitar los señalamientos de la auditoría", retrucaron Pernasetti y Nieva.
Entre sus observaciones, el informe técnico advirtió sobre un presunto sobrecosto del orden de 21% en la compra de vagones de subterráneos a la empresa china Citic. Cada coche costó para el gobierno nacional casi dos millones de dólares, según figura en el informe. Pero en un contrato posterior con el mismo proveedor, pero con la empresa Subterráneos de Buenos Aires SE, cada coche costó 1.581.000 dólares, advirtieron los técnicos.
"Se constató una contratación posterior a la analizada por Citic para la adquisición de material de análogas características, al mismo proveedor, a un precio 21 por ciento inferior", señalaron los técnicos de la Auditoría. El oficialismo, en efecto, corrigió este copete y le bajó el tono en su informe de mayoría: "Existió una contratación posterior a la analizada por Citic, efectuada por Subterráneos de Buenos Aires SE, constatándose un precio inferior por coche, por el cual esta Auditoría no ha podido determinar su posible comparabilidad".
Esta diferencia de precios está siendo investigado en la Justicia. Sobre el final del debate de ayer, Despouy logró convencer al oficialismo de remitir ambos informes -el que elaboraron los técnicos de la AGN y el que presentó ayer el oficialismo- al juzgado correspondiente.
Otro punto llamativo del informe técnico es el que advierte sobre la extraña participación de un negociador en las contrataciones. En el punto 4.15, señala: "En la negociación de los contratos referido a la adquisición de material rodante para la ex línea San Martín se constató la intervención de un representante sin atribuciones legales y en manifiesta oposición de intereses". Según fuentes de la AGN, se trataría de un empresario que se supo presentar como representante de las empresas chinas y, al mismo tiempo, como delegado del gobierno argentino.
Sobre este punto, el oficialismo sostuvo: "En la negociación de los contratos (?) se constató la intervención de un representante sin atribuciones legales".
El informe técnico de la AGN detectó, además, la utilización generalizada de órdenes de pago sin imputación presupuestaria en lo que respecta a pagos de anticipos, primas de seguro y comisiones, la mayoría de las cuales quedaron sin regularizar al finalizar el ejercicio. Asimismo, señaló que los análisis de razonabilidad de precios del material rodante relacionado con los contratos de CNR y CSR (empresas chinas) resultan parciales e incluyen valores tomados como referencia sin su debido sustento.
Pero para el oficialismo lo relevante no son las irregularidades del pasado, sino las supuestas bondades del presente, y así lo explicitó en su informe de mayoría. "Hay que poner las cosas en su contexto. Este gobierno realizó la inversión más fabulosa en el sistema ferroviario en los últimos 50 años", elogió Brusca..
El kirchnerismo impuso esta tarde su mayoría dentro de la Auditoría General de la Nación y logró suavizar un informe muy crítico sobre la gestión ferroviaria en los últimos años y especialmente sobre la compra de material rodante a China. Pese algunas diferencias iniciales, los cuatro auditores K cerraron filas y votaron un informe paralelo.
El relevamiento abarca el período que va desde enero de 2004 hasta diciembre de 2012, donde el área de Transporte pasó por las manos de Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y Florencio Randazzo (asumió en junio de 2012). Se analizaron tres contratos con China para sumar vagones a la red de subtes, a la ex línea San Martín y para los trenes de larga distancia.
El informe original, elaborado por los cuadros técnicos de la AGN y avalado por los radicales Leandro Despouy, Alejandro Nieva y Horacio Pernasetti, denunciaba sobreprecios de hasta un 21% en los vagones del subte. Pero los K lograron modificar la letra del texto definitivo, que ya no habla de sobreprecios y asegura que las compras analizadas no se pueden comparar.
También se eliminó del informe final la misteriosa desaparición de expedientes relacionados a la tramitación de dos pagos realizados por la adquisición de los coches para la Línea A.
Otro cambio sustancial se refiere a las atribuciones del ministerio del Interior y Transporte: el informe original cuestionaba la competencia de esa cartera para suscribir la V Addenda al acuerdo con la empresa CSR por los trenes del San Martín. La observación tampoco pasó el filtro de los K.
Otros aspectos fueron "suavizados" por los auditores K. El informe original denunciaba, por ejemplo, la compra de 220 coches y 20 locomotoras de larga distancia "sin un plan de explotación ferroviaria específico". Eso generó la necesidad de realizar modificaciones técnicas al material rodante, lo que fue consignado por informes de la SIGEN y la CNRT. Sin embargo, en la versión final sólo se consignó que "no se ha podido verificar la existencia de la distribución prevista de coches y locomotoras previstas para el servicio de larga distancia".
"Se le cambió el sentido a la mayoría de las observaciones que tenía el informe original", se quejó anoche ante Clarín el auditor Nieva.
Pese a las modificaciones en la redacción del proyecto, hay irregularidades que se mantienen como la participación de un intermediador, "sin mandato ni autorización legal", entre el Estado y China, para la firma del contrato de los vagones de la línea San Martín.