Con sumo interés está viendo la noruega Statkraft la posibilidad de elevar su participación en el mercado hidroeléctrico nacional. En abril tomaron el control de Pilmaiquén, que a través de Rucatayo tiene una capacidad de 56,7 MW, pero siguen apostando por tener una posición más relevante en el mercado nacional.
También participan de un joint venture con la australiana Pacific Hydro: Tinguiririca Energía, que opera las centrales de pasada La Higuera (155 MW) y La Confluencia (164 MW) en la Región de O'Higgins.
Ante el anuncio de que el fondo IFM se desprenderá de su brazo de generación que, además de Chile, tiene presencia en Brasil y Australia, el gerente general de Statkraft en el país, Marco Antonio Vargas, dice que analizan ejercer la opción preferente que tienen sobre la participación de la oceánica en esta sociedad, que es del 50%. "Obviamente, somos un comprador natural del 50% de esas centrales.Tenemos intensiones de participar en ese proceso de venta que va a llevar a cabo Pacific Hydro y evaluar esos activos", dice.
El ejecutivo comenta que tienen la percepción de que si bien IFM Investor tiene la intención de vender sus operaciones en Australia, Brasil y Chile como un paquete, les podría resultar difícil encontrar una empresa que tenga una estrategia donde calce comprarlos juntos. Según su opinión, en el mejor de los casos podrían vender Australia por un lado y Chile-Brasil por el otro y, en el peor, los tres paquetes por separado. "Por todo lo que conocemos esos proyectos y por el hecho que ya estamos ahí, somos el comprador natural, así que claramente vamos a evaluar y a buscar oportunidades de poder hacerlo, porque eso nos daría una base de desarrollo bastante interesante en Chile", asegura.
Añade que si se quedaran con la totalidad de Tinguiririca Energía, la noruega sumaría a nivel local una capacidad instalada cercana a 450 MW, "que es una base relevante". "No nos interesa ser un gigante, pero sí lograr un tamaño que nos ayude a tener economías de escala en cuanto a poder operar las centrales, a poder desarrollar cosas y en ese sentido, todas las ideas que tenemos en este minuto van esa dirección", dice.
Desarrollar proyectos
Vargas explica que para la compañía Chile es un mercado interesante que buscan seguir potenciando, aunque no tienen un presupuesto definido para destinarle al país, porque compiten con otros mercados importantes como Brasil o India. De todos modos, están dispuestos a analizar posibilidades que se presenten para crecer.
Además, agrega que tras la compra de Pilmaiquén tendrán bastantes cosas para "entretenerse", porque además de Rucatayo, que ya opera, esta firma tiene dos iniciativas más para desarrollar: Los Lagos (53 MW) y Osorno (54,3 MW), ubicadas entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos.
"La prioridad es desarrollar esos proyectos, porque vimos que se han hecho bien las cosas en temas medioambientales, de comunidades y son iniciativas poco invasivas".
En ese sentido, aclara que estos dos proyectos están en un nivel de desarrollo técnico similar y ya cuentan con permisos, por lo que están realizando la evaluación para ver cuál comenzará primero su construcción. "Dentro de los próximos 12 meses uno de los dos va a empezar. Los dos están relativamente parejos en avance, tienen todos los permisos, más que nada es un tema de evaluación técnica de cuál vamos a comenzar primero", dice.
Aunque en principio enfrentarán estas inversiones con caja de la compañía, no descarta que más adelante puedan levantar financiamiento en el mercado. Previo a eso deben terminar la evaluación de la estrategia comercial de Pilmaiquén, ya que actualmente Rucatayo vende toda su producción en el mercado spot y según Vargas una alternativa sería contratar parte de su energía con clientes regulados o libres.Esto para disminuir el riesgo de la operación y asegurar flujos, lo que ayudaría también en caso de necesitar financiamiento.
La historia de Statkraft en Chile no ha estado exenta de momentos complicados. En 2004 arribó en sociedad con su connacional Norfund, a través de SN Power, y en el joint venture junto a Pacific Hydro.Primero por las dificultades técnicas que hubo durante la construcción de La Higuera y La Confluencia, lo que derivó en conflictos con el contratista y en un retraso en la entrada en operación que, a su vez obligó a los socios a asumir importantes sobrecostos. Luego, enfrentaron la reorganización en el país, que implicó desprenderse de activos como el parque eólico Totoral o el proyecto Maqueo, tras lo cual vino el alejamiento de Norfund, lo que llevó a muchos a pensar que Starkraft finalmente dejaría el país.
Sin embargo, Vargas reconoce que nunca estuvo entre sus intenciones irse, sino que esto fue un ajuste y una etapa de aprendizaje. Hoy están enfocados en proyectos hidroeléctricos, aunque al ser consultado sobre una diversificación hacia otras tecnologías, no cierra la puerta a proyectos solares o eólicos para compatibilizar el objetivo de tener un flujo estable de ingresos a lo largo de todo el año equilibrando con la variabilidad de los caudales en las centrales de pasada que conformarán su portafolio.
"La percepción sobre Chile es muy positiva"
El gerente general de la operación de Statkraft en Chile explica que a nivel corporativo de la empresa hay una buena opinión del país como destino de inversión. En especial, porque a través de la Agenda de Energía y otras medidas, como la reforma al Código de Aguas, se están tomando las medidas para solucionar los problemas del sector.
"Claramente hubo un período donde se pararon los proyectos porque había mucha incertidumbre, la judicialización provocó un temor de que si voy a desarrollar un proyecto voy a estar tres o cuatro años resolviendo demandas de algún tipo, entonces si tengo otras oportunidades, tal vez voy a invertir en otra parte", explica.
Ahora, dice, hay un mapa de las medidas, las que considera positivas, y se está avanzando. "Ha habido varias señales positivas para el sector de que las cosas se están tratando de activar y mover. No todos los problemas están resueltos, pero hay una agenda proactiva para resolverlos porque no son simples", agrega.
En especial apoyan la idea de la reforma al agua. Dice que muchas veces buscaron derechos para desarrollar proyectos y no encontraron precios razonables, porque hay mucha especulación.
"La reforma creemos que es positiva porque permitirá que los derechos de agua vayan a quienes sí van a desarrollar los proyectos", dice. "Se están generando las condiciones para que nuevos actores puedan entrar", agrega.