Por ANJLI RAVAL.
Arabia Saudita asegura que está funcionando su estrategia de apretar las tuercas a los productores de hidrocarburos no convencionales. Con estas declaraciones, el principal exportador de crudo del mundo intenta consolidarse como la potencia dominante en el mercado de petróleo mundial.
En abril, la producción del Reino aumentó a un máximo histórico de 10,3 millones de barriles diarios (b/d) y no hay indicios de que el país vaya a anunciar cambios en la reunión del cártel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se llevará a cabo el mes que viene.
"No hay dudas. La caída precio de los últimos meses alejó a los inversores del petróleo caro, incluyendo el shale estadounidense, el offshore profundo y el petróleo pesado". aseguró a Financial Times un funcionario saudita en Riad, lo que ofrece una extraña idea de lo que piensa el reino sobre su estrategia petrolera.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) acaba de publicar datos que respaldan la posición de Arabia Saudita. La AIE anunció que la cantidad de plataformas operativas en EE.UU. se redujo un 60% en respuesta a la caída de los precios del crudo. También advirtió que resultaría prematuro decir que la OPEP ha "ganado la batalla por los cuotas del mercado".
Además aseguró que la oferta de crudo a nivel global está creciendo, incluso desde países como Brasil y de miembros de la OPEP como Irán e Irak. Arabia Saudita espera poder mantener su dominio en el mercado energético mundial, a pesar del crecimiento de alternativas a los combustibles fósiles y de la competencia proveniente de otros países productores de crudo dentro y fuera de la OPEP. Arabia Saudita tiene la intención de seguir siendo el primer productor de energía del mundo, declaró un funcionario.
Las autoridades hablan públicamente seis meses después de que la OPEP, con Arabia Saudita a la cabeza, tomara la decisión de mantener los niveles de producción a pesar del aumento de la oferta de países como EE.UU., una medida totalmente opuesta a la que había tomado en otras ocasiones en las que optó por recortar la producción para sostener los precios. La decisión provocó una nueva caída del precio del crudo, lo que afectó negativamente a los países exportadores más pobres y obligó a las empresas energéticas a reducir el gasto, la producción y los empleos.
Las autoridades sauditas explicaron más tarde que se diseñó esa política para presionar a los productores que necesitan un precio del petróleo más alto para que su negocio sea rentable, como ocurre con los productores de hidrocarburos no convencionales de Estados Unidos y las empresas que operan en los yacimientos en alta mar en Brasil. Suponían que ésas serían las primeras en quebrar cuando los precios empezaron a caer en picada.
Ya creen las expectativas de que el mercado empiece a ajustarse a mediados de este año lo que la AIE identificó como una de las razones del reciente repunte en el precio del crudo. Después de que el Brent, de referencia a nivel internacional, se derrumbó de u$s 115 en junio de 2014 a u$s 45 en enero de este año, ahora vuelve a subir a u$s 68. El funcionario de Arabia Saudita aseguró que el precio del petróleo había "alcanzado un piso" y que "no parece que vaya a volver a subir".
Pero los productores de shale norteamericanos aseguran que es muy pronto para afirmar si Arabia Saudita logró presionarlos. La industria petrolera estadounidenses se desaceleró pero EOG Resources, el mayor productor de shale oil de Estados Unidos, hace poco pronosticó un crecimiento de la producción de "dos dígitos" si la referencia de Estados Unidos West Texas International sube a u$s 65 el barril o más. Actualmente cotiza a u$s 61.
El funcionario saudita admitió que es probable que se generen "mayores eficiencias" a medida que los productores de shale norteamericanos y de otros países se vayan ajustando a los precios más bajos. También aseguró que el impacto del rebote en las cotizaciones todavía es "desconocido" y que "aún no hay ninguna claridad en cuanto a cómo será la curva de abastecimiento norteamericana y cuáles serán los impulsores".
Los comentarios provenientes de Riad surgieron mientras el sector petrolero saudita enfrenta una profunda incertidumbre tras los fuertes cambios que sufrió la conducción del ministerio de Petróleo y la compañía energética estatal Saudi Aramco a pedido del Rey Salman, que ascendió al trono en enero de este año.
Algunos observadores del sector petrolero de Arabia Sauita sostienen que el ascenso del Rey Salman aumentó la presión sobre el veterano ministro de petróleo Ali Al Naimi y sobre los defensores de su estrategia de producción de crudo apuntada a ratificar su posición.