Con una revisión acabada de los seis proyectos estructurales que conforman actualmente la cartera de la Corporación, el Presidente Ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, concretó su participación en la Exponor 2015 que se lleva a cabo en Antofagasta.
Lo anterior, en el marco del Seminario denominado "Proyectos de inversión en minería en Chile", donde el público asistente conoció los desafíos presentes y futuros de la principal empresa minera del Estado.
Nelson Pizarro recordó dos hitos -como la celebración de los 110 años de El Teniente y los 100 años de Chuquicamata-, para contextualizar la realidad de una Corporación que tiene justamente en estas dos divisiones sus principales proyectos de desarrollo, Chuquicamata Subterránea y Nuevo Nivel Mina, iniciativas que presentan niveles de avance del orden del 17 y 32 por ciento, respectivamente.
Si bien Nelson Pizarro se mostró cauteloso ante los grandes desafíos que tiene Codelco por delante, manifestó su optimismo por las reservas de cobre que existe en las divisiones. "La buena noticia es que tenemos una base extraordinaria, con 20 mil millones de toneladas de mineral de reserva, que contienen 100 millones de toneladas de reserva de cobre fino. Esto quiere decir que tenemos reservas para sustentar nuestras operaciones por los próximos 70 años", explicó.
No obstante, Pizarro agregó que estas cifras no servirán de nada si es que no se logra mejorar en una materia fundamental como es la seguridad en las operaciones. "Hay un problema pendiente y es que aún tenemos fatalidad. Lo único que cabe en un tema en el que hemos insistido y hemos tocado tantas teclas, es seguir perseverando y mover a la supervisión a terreno", enfatizó.
Este lunes, la Presidenta Michelle Bachelet podría arribar a la Región de Antofagasta para participar de la celebración de los 100 años de la División Chuquicamata de Codelco. De concretarse el viaje, la Mandataria llegará a la operación minera que ostenta el rajo abierto más grande del mundo, en un momento calificado por la cuprera y sindicatos como “histórico”.
Eso, porque hace pocos días el directorio de la estatal, encabezado por Oscar Landerretche, dio luz verde a un acuerdo entre la administración y los trabajadores alcanzado en la mesa de convergencia técnica impulsada por el presidente ejecutivo de la estatal, Nelson Pizarro. Se trata del desarrollo de un proyecto de transición entre el fin de la explotación de la actual mina a rajo abierto a una operación subterránea.
Codelco estima que la iniciativa, que implica el desarrollo de las denominadas fases 46 y 49, inicie su construcción este año y demande una inversión de US$ 466 millones.
“Se trata de sustentar la alternativa más rentable para la transición mina rajo abierto a mina subterránea, maximizando los excedentes del período 2015-2020, y recuperando la competitividad del negocio divisional”, dijo Codelco.
La estatal añadió que, según estudios, el desarrollo de la fase 46 permitirá explotar 30 millones de toneladas de mineral de alta ley (1,05%) en el fondo del rajo, incorporando 177 mil toneladas de cobre y casi 12 mil de molibdeno. La empresa también señaló que existen compromisos por parte de los trabajadores y la administración, relacionados con lograr ciertos rendimientos y profundización de las fases.
“Hay compromisos de productividad, tiempos efectivos de trabajo, mejoras de disponibilidad y prácticas laborales, que hacen viable lograr esa mayor profundización en la explotación del rajo”, dijo el vicepresidente de Operaciones Norte de Codelco, Octavio Araneda.
Dudas sobre la operación
Actualmente, Codelco ejecuta el proyecto estructural Chuquicamata Subterráneo, de US$ 4.200 millones, consistente en la ya mencionada transformación del rajo abierto en una operación subterránea.
Frente a esta iniciativa, habían algunas dudas relacionadas con la fecha de puesta en marcha, estimada para 2019, y las implicancias en términos de empleo que se darían durante la transición, ya que la menor disponibilidad de mineral en el actual rajo, podía significar un menor número de trabajadores.
Pero esas no eran las únicas dudas en torno a este proyecto. Con el acuerdo entre la administración y los sindicatos surgieron otras desde el sector empresarial privado, el cual venía mirando con distancia la posibilidad de desarrollar las fases 46 y 49. De hecho, fuentes ligadas a la industria minera ven el acuerdo entre Codelco y sus sindicatos como una cesión a la presión de los trabajadores. Al respecto, plantean que el acuerdo genera un mal precedente, ya que trabajadores de otras operaciones podrían aspirar a lo mismo en el futuro.
La crítica de la industria no sólo tiene que ver con la injerencia de los sindicatos. También, dicen desde el empresariado, con la capacidad que tiene la estatal de rentabilizar las fases 46 y 49.
Para los sindicatos, no obstante, este acuerdo era clave. Según dicen, de no concretarse las fases 46 y 49 unos 1.500 trabajadores de la operación habrían tenido que ser removidos de Codelco, principalmente pertenecientes al área mina (choferes, operadores y mantenedores).
En la administración de la estatal no ratificaron dicha cifra, pues dicen que la explotación del empalme está en una fase de análisis netamente de variables mineras.
Un gran esfuerzo deberá hacer Codelco para enfrentar las próximas regulaciones que se le avecinan, tanto en materia ambiental como laboral.
El costo más elevado de todos es el de la norma de emisiones. Tanto, que la empresa deberá materializar inversiones por US$1.120 millones sólo para hacer frente a esta nueva obligación.
A través del Decreto N° 28, publicado en 2013, el Ministerio de Medio Ambiente estableció límites a la emisión de material particulado (MP), dióxido de azufre (SO2), arsénico (As) y mercurio (Hg) para las fundiciones, pues “existe suficiente evidencia que comprueba los efectos adversos crónicos y agudos sobre la salud de las personas sobre el medio ambiente”, se señala en el documento legal.
Para Codelco, el mayor operador de fundiciones del país, esto significará inversiones cuantiosas, que se suman a otras que la empresa desarrollará en el corto plazo y que suman un total de US$1.800 millones, según consta en un documento oficial de la compañía.
“Estas inversiones permitirán dar cumplimiento a la Norma de Emisiones en todas las fundiciones de Codelco, partiendo por la fundición Ventanas en 2016. Las fundiciones Caletones, Potrerillos y Chuquicamata están desarrollando actualmente los estudios de ingeniería y esfuerzos inversionales para dar cumplimiento hacia fines de 2018”, se señala.
La fundición de El Teniente será la que mayor cantidad de recursos requerirá, completando una inversión de US$651 millones entre 2015 y 2018. En segundo lugar figura Chuquicamata (US$600 millones) y luego Salvador, con US$390 millones. Ventanas recibirá inversiones por US$178 millones.
Para la corporación que preside Oscar Landerretche y que gerencia Nelson Pizarro se trata de un tema clave, pues Codelco vende, a diferencia de la mayoría de sus competidores privados, principalmente cátodos de cobre, los que se obtienen mayormente en fundiciones. A pesar de que los altos costos de la energía dificultan esta actividad, a lo que se suman las nuevas obligaciones legales.
En la Memoria 2014 de Codelco, la empresa puso de manifiesto la importancia que tiene para su desarrollo futuro esta actividad. “Hoy nos enfrentamos a importantes desafíos en términos de preparar nuestras fundiciones para cumplir con una estricta normativa en materia de emisiones y en continuar, a través de la innovación, reduciendo el consumo de recursos y diseñando y desarrollando proyectos de la manera más eficiente posible”, señala el anuario de la cuprera.
Codelco también se verá impactada por el costo del sobretiempo o de “Jornada Pasiva”, considerado en la reforma laboral y que si se aplica a todos sus trabajadores, propios y de terceros, costaría otros US$253 millones, aunque se trata de montos anuales.
Glaciares
Otro foco de preocupación para la corporación es la discusión sobre la ley de Glaciares, respecto de la cual la minera presentó sus puntos de vista ante la comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados.
A través de su directora de Asuntos Regulatorios, María Francisca Domínguez, la estatal planteó que el proyecto de ley “en su estado actual impone importantes desafíos para Codelco”, entre los que se cuentan la necesidad de desarrollar nuevas líneas de base para todos sus proyectos y exploraciones, para incorporar esta variable, eventuales mayores costos y tiempos asociados al diseño y evaluación de proyectos y mayor nivel de exigencia y estándares ambientales para la aprobación de los proyectos.
“Estamos convencidos que la actividad industrial puede desarrollarse mitigando, reparando y/o compensando los impactos en los glaciares y en los servicios ambientales que prestan”, señaló la ejecutiva.
Entre los motivos de preocupación, la estatal planteó que la legislación en discusión, a pesar de que el veto sustitutivo añadido mejora bastante su contenido, “no establece un tiempo mínimo de permanencia que permita distinguir un glaciar de otras formas de agua en estado sólido; no es claro el supuesto que se pretende regular con las masas de agua en estado sólido que, flotando y separadas del glaciar, por efectos climáticos circunstanciales puedan adherirse a éste” y, finalmente, que toda actividad de exploración en o en el entorno de un glaciar deberá ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), independientemente de que las actividades de exploración no tengan impactos ambientales significativos. “Esto impone una carga relevante al desarrollo de la actividad (tiempo, recursos), sin un claro beneficio ambiental equivalente”, se agregó.