En los últimos 12 años priorizamos el consumo por sobre el ahorro, y el gasto por sobre la inversión, y así se hipotecó el futuro”, dice Juan José Aranguren, el presidente de Shell que en junio abandona ese cargo, luego de 36 años en la compañía.
La visita de Aranguren en el almuerzo de Análisis de Coyuntura que ayer realizó la Bolsa de Comercio despertó particular interés.
Ha sido uno de los empresarios más nombrados en los últimos años por la firme posición que mantuvo ante el Gobierno nacional frente a disposiciones que afectaban a la compañía, por lo que fue blanco de ataques. Ayer, le tocó hablar luego de una cálida presentación realizada por el titular de la Bolsa, Horacio Parga.
Aranguren suena como uno de los hombres a quien apuntaría Macri para comandar la política energética del país en caso de llegar a la Presidencia. Él, se limita a decir que hace tiempo trabaja con equipos técnicos en el tema energético, que es su pasión y su especialidad y que tendría interés en colaborar si fuera convocado.
Si la cuestión en torno a la energía es continuidad o cambio, Aranguren va por el cambio. “Nuestra matriz energética está dominada en un 87 por ciento por energía no renovable. Tenemos que repensarla y recuperar a la energía como motor de desarrollo del país”, dice.
Y van algunas de sus definiciones:
* Para cualquiera que administre el país, aun si es la misma que la actual, es fundamental resolver esto porque hoy importamos el 11 por ciento de la matriz energética primaria, en un país que tiene recursos.
* Hay que generar condiciones para transformar esos recursos en reservas, aumentar la producción y evitar tener que pagarle al exterior lo que tenemos aquí, eso sería pagar trabajo argentino.
* Necesitamos volver a ganar la batalla de la energía, como alguna vez ya lo logramos.
* Si de comparar se trata, desde nuestro año pico de producción de petróleo, en 1998, cuando estábamos arriba de Brasil a la actualidad, caímos 35 por ciento y Brasil subió 400 por ciento. Su política energética estuvo dominada por la coherencia.
* Despilfarramos la energía, en petróleo mantenemos 12 años de reservas pero mucha es de mala calidad, y en gas, sólo siete años de reservas.
* Enarsa, como cualquier empresa, tiene que estar sometida a auditorías contables, considero que le corresponden las generales de la ley.
* Esos aumentos de uno o 1,5 por ciento que mes a mes tiene el precio de los combustibles tienen que ver con las pequeñas devaluaciones que va teniendo el dólar. Por lo tanto, es esperable que todos los meses sigan ocurriendo estos movimientos en los precios.
* YPF se endeudó a una tasa cercana al nueve por ciento, la empresa estatal de hidrocarburos de Uruguay tomó deuda a 10 años, al 4,5.
* Clima de negocios y seguridad jurídica no son palabras horribles como dice el ministro de Economía, sino que son absolutamente necesarias para atraer capitales.
* La organización de todo el sector energético en Argentina está basada en un decreto (que modificó cinco leyes) y que es el de la expropiación de YPF.
* Este no es un tema técnico, sino de sentido común, para tener energía hacen falta reglas, no se puede jugar un partido de fútbol si no hay referí.
54 causas y 82 multas
Todo terminado. En las 54 causas penales promovidas por el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno en contra de Shell y su presidente, el empresario fue sobreseído.
82 multas. De las 82 multas contra la empresa, 38 están terminadas luego de recorrer todas las instancias, hasta la Corte Suprema y en ninguna tuvieron que pagar las multas. Otras prescribieron porque no tuvieron sustancia para avanzar.
Boicot. El año del boicot contra Shell, la empresa sufrió una baja del 20% en el mercado interno, pero terminó ganando más dinero porque exportó el excedente. “Las que sí fueron perjudicadas con ese boicot irracional fueron las Pyme, las estaciones de servicio, a las que, por supuesto, les dimos soporte”, dice Aranguren.
Juan José Aranguren fue, durante años, uno de los blancos “predilectos” de los ataques del Gobierno nacional.
Al punto de que en 2005, el expresidente Néstor Kirchner instó a los argentinos a boicotear la compañía y no comprar en Shell. Luego vino la andanada de multas y causas judiciales. El tema causa particular interés entre quienes están frente al empresario.
¿Cómo se sintió? le preguntaron. “No me sentí perseguido, sí expuesto. Nosotros decidimos privilegiar lo correcto por sobre lo conveniente. Nunca aceptamos nada fuera de la ley. La obligación de un dirigente es cumplir con las obligaciones y defender sus derechos. Eso fue lo que hicimos”.
Y las preguntas siguieron: ¿Se sintió solo? “Y..., la verdad es que de 2005 a 2007 estábamos un poco solos, algunos prefieren vivir en una zona de confort y a veces la sociedad argentina es egoísta. Yo creo que todos somos responsables de generar las condiciones para tener una actividad económica en la que se respeten y cumplan las reglas por las cuales uno decide invertir o vivir en un país. Cuando aparecen reglas no constitucionales, o no legítimas, nuestra obligación es decirlo y tratar de transformarlo”.
En relación a los motivos que lo transformaron en blanco de los ataques oficiales, Aranguren sostiene que fue consecuencia de que el Gobierno, a través de Enarsa, la empresa energética estatal que había creado por entonces, quiso comprar la filial de Shell en Argentina y la compañía dijo no. “No aceptamos y se vinieron el boicot, las multas, las denuncias con causas penales, una semana sin refinería”.
Hace pocos días, Aranguren hizo una declaración en un programa radial sobre este tema y el ministro de Planificación Julio De Vido salió al cruce: “No sabía que Aranguren tenía la capacidad de adivinar el pensamiento de otras personas” dijo cuando defendió a Kirchner.
Aranguren ayer comentó que el martes le envió un carta a De Vido en la que le recuerda que él mismo sabe que esto fue así. En la misiva, hasta le recuerda quiénes eran los emisarios que le habían mandado. “Es difícil cuando un funcionario miente, es difícil cuando el relato quiere transformar la realidad”, dice.
Aranguren cerró el tema al recordar que en 2003 en Argentina había cuatro empresas: “Exxon, que ya se fue, Petrobras, que la vendió a alguien que se dedica a las tragamonedas; Repsol, que fue expropiada, y Shell, que es la única que se mantiene igual hasta hoy”. Al decir esto, despertó un fuerte aplauso.