Son áreas petroleras. Hay una demanda judicial por incumplimientos. La maniobra del socio K para mantener el negocio. Dudas por el rol del gobernador. 

El negocio petrolero genera promesas de ingresos millonarios para Lázaro Báez, pero, a la vez, un frente de posibles problemas judiciales. El empresario kirchnerista está cerca de perder las áreas de exploración que ganó a través de una polémica licitación en Santa Cruz. La documentación y respuestas dadas por las dos petroleras de su propiedad, Epsur y Misahar Argentina, resultan insuficientes para evitar que la Provincia revoque las concesiones.

Mientras en Chubut una empresa de camiones de Báez podría quedarse con el transporte de la arena silícea desde dicha provincia hacia Vaca Muerta, en Santa Cruz, donde monopolizó la obra pública desde 2003, la falta de cumplimiento en los planes de inversión podría ser el principal argumento para que le retiren las concesiones.

A la fecha, el sumario administrativo que inició el Instituto de Energía santacruceño se encuentra en etapa final. Las respuestas de las operadoras propiedad de Báez y que hasta el año pasado eran dirigidas por su hijo Martín no alcanzan para justificar las irregularidades.

De todos modos, Báez buscará que no se le escape el negocio petrolero en su provincia. Después del fallido intento de asociarse a la empresa Bridas para que sean los inversores, ahora el empresario K quiere “ceder” las áreas a la firma Basur Desarrollos Energéticos. Pero para avanzar con esta negociación, el “zar de la construcción” necesita conseguir una prórroga por parte del Instituto de Energía.

Por ahora, pese a llevar siete años sin cumplir con los planes de inversiones y a la promesa del gobernador Daniel Peralta de que “no importa qué apellido tienen, si no invierten se les quita las áreas”, Báez sólo tuvo que pagar una multa de 40 mil dólares al Estado provincial y tiene en suspenso otra de 760 mil dólares.

El diputado nacional y candidato a gobernador Eduardo Costa (UCR) pidió a sus pares santacruceños en el Congreso que “revean la entrega del 50% de las áreas, el 50% del territorio de la provincia a Báez, empresario sin experiencia en el negocio petrolero, y que no invirtió un peso en exploración, que no invirtió para poder sacar petróleo, petróleo que necesita la Argentina y trabajo que necesitan hoy muchos jóvenes”, expresó. Su pareja Mariana Zuvic, titular del ARI-CC de Santa Cruz, denunció recientemente que la Provincia “va a perdonar una vez más a Báez para que siga con el negocio porque en esas áreas hay garantizado petróleo no convencional”, aseguró.

Con Epsur, Báez adquirió las áreas Meseta Cerón Chico, Río Guenguel y Paso Fuhr, con el compromiso de perforar tres pozos en los tres primeros años. Los trabajos prometidos no se realizaron. Desde la petrolera argumentaron que "se perforó un pozo", por un costo de US$ 13 millones.

Con Misahar, la familia Báez hizo un compromiso de perforación de tres pozos en los primeros años en el área de Tapi Aike que tampoco se realizaron. El yacimiento El Turbio y Turbio Este no registró actividad ni promesas de inversión actualizadas. Las áreas son marginales y requieren de mucho trabajo para conocer su potencialidad, por ahora sólo son áreas de exploración. Báez ofertó por todas las áreas una suma de $80.727.000.