Petrobras presentará una acción civil contra cinco contratistas y algunos ex ejecutivos que están involucrados en un gigantesco escándalo de corrupción y pedirá un resarcimiento de 1,300 millones de reales (433 millones de dólares), informó el viernes la petrolera estatal.
La compañía ya demandó a las constructoras Engevix y Mendes Junior y a algunos ex ejecutivos, y ahora deberá iniciar acciones contra otras tres empresas, informó su departamento de prensa.
La petrolera brasileña Petrobras registró pérdidas por 21,600 millones de reales (7,169 millones de dólares) en el año 2014 y apuntó una baja contable de 6,194 millones de reales (2,055 millones de dólares) relacionada con el escándalo de corrupción que azota a la compañía y que las autoridades han llamado Lava Jato.
Según la fiscalía, 16 empresas conformaban un "club" que amañaba licitaciones para adjudicarse las mayores obras contratadas por la estatal entre 2004 y 2014.
Petrobras, la mayor empresa de Brasil, informó recientemente que el esquema de corrupción, sobornos y sobreprecios develado hace más de un año le género pérdidas por 6,200 millones de reales (2,059 millones de dólares).
Las acciones civiles anunciadas este viernes, formuladas en coautoría con la fiscalía, buscan "garantizar el resarcimiento integral de los perjuicios sufridos por la empresa, incluso aquellas relacionadas con su reputación", agrega la nota.
Según detalla la petrolera, ya fueron iniciadas dos acciones por pagos indebidos en "contratos de las empresas Engevix y Mendes Júnior con la dirección de Abastecimiento", por un valor total de 452 millones de reales (unos 150 millones de dólares).
También anunció que ingresará "en las próximas semanas" con tres nuevas demandas contra las constructoras Camargo Correa, OAS y Galvao Engenharia, a las que reclama un resarcimiento de 826 millones de reales (275 millones de dólares).
Las cifras que Petrobras reclama contemplan "daños materiales y multas, además de un pedido de indemnización por daños morales, cuyo valor se cuantificará en el transcurso del proceso", explica el comunicado.
Petrobras era hasta hace poco sinónimo de futuro. Pero la revelación de una red que durante una década asoció a políticos, directivos de la estatal y empresarios de primer nivel para desviar fondos públicos con el objetivo de financiar a los partidos y engrosar fortunas personales echó por tierra esa alegoría.
La llamada "Operación Lava Jato" tiene bajo la lupa a 13 senadores, 22 diputados y 2 gobernadores, mientras que el ahora ex tesorero del Partido de los Trabajadores, que gobierna Brasil hace más de 12 años, está preso acusado de lavar dinero y recibir sobornos.
Esa maquinaria, que motivó la mayor investigación por corrupción en la historia del país, llegó a mover unos 4.000 millones de dólares, según la fiscalía.
La petrolera brasileña Petrobras anunció que acudió a los tribunales para exigir indemnizaciones a sus exdirectivos y a las empresas que son acusadas de causar perjuicios millonarios a la compañía estatal.
Hasta ahora la petrolera estatal ha puesto dos demandas contra las empresas Engevix y Mendes Junior y en las próximas semanas pretende abrir tres procesos contra las constructoras Camargo Corrêa, OAS y Galvão Engenharia, según un comunicado.
Petrobras demanda a estas cinco empresas el resarcimiento de 1.278 millones de reales (unos 440 millones de dólares), lo que incluye la devolución del dinero desviado, multas y una petición de indemnización por daños morales.
La empresa calculó que a lo largo de los últimos años, la corrupción le causó pérdidas de 6.200 millones de reales (unos 2.140 millones de dólares).
La investigación en Petrobras comenzó hace poco más de un año y desde entonces llevó a prisión a cinco exdirectores de la empresa y a una veintena de ejecutivos de importantes constructoras del país.
Según las investigaciones, un grupo de constructoras y otras proveedoras de servicios se repartieron ilegalmente los contratos con Petrobras, elevaron los precios artificialmente para beneficiarse y pagaron sobornos millonarios a los ejecutivos de la petrolera y a los políticos que colaboraban en las corruptelas.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor y mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva, fueron recibidos con el "cacerolazo" de unos cincuenta manifestantes durante una boda celebrada en San Pablo y en la que ambos eran padrinos de los novios, informó este domingo la prensa local.
Rousseff, Lula y otras figuras políticas participaron la noche del sábado en la boda del cardiólogoRoberto Kalil Filho, el mismo que estuvo al frente del equipo médico cuando la presidente y el ex mandatario fueron tratados de cáncer en el Hospital Sirio Libanés de la capital paulista.
En las afueras del salón de eventos del restaurante Leopolldo, en el que se celebró la fiesta de la boda, ubicado en el acomodado barrio de Itaim Bibí, unas 50 personas se agruparon con cacerolas y carteles para esperar la llegada de Rousseff y Lula, según relató el diario Folha de Sao Paulo.
La manifestación fue organizada por movimientos que piden la destitución de la jefa de Estado, como Acorda Brasil (Despierta Brasil), Movimento Brasil Livre, Avança Brasil y Brasil Melhory algunos vecinos del lugar se sumaron al "cacerolazo" desde las ventanas y balcones de sus apartamentos.
Además de la petición de salida de Rousseff y del descontento por el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, varios de los manifestantes protestaron también con carteles en contra de las relaciones del Gobierno brasileño con el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El senador y ex candidato opositor José Serra tampoco se salvó del "cacerolazo" y a su llegada se le reclamó por no defender en la cámara alta el pedido de destitución de la presidente, reelegida en octubre pasado en una disputada segunda vuelta contra el candidato socialdemócrata Aécio Neves para un segundo mandato hasta 2018.
En la fiesta estuvieron, entre otros, los ministros de Casa Civil (Presidencia), Aloizio Mercadante, y de Justicia, José Eduardo Cardozo, y el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, los tres del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Además participaron el presidente del Senado, Renan Calheiros, del aliado Partido del Movimiento Democrático Brasiñeño (PMDB), y el gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la misma formación política de los senadores y excandidatos Serra y Neves.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva fueron repudiados por manifestantes a la entrada de un casamiento al que asistieron en San Pablo, informaron ayer medios locales.
"Fora Dilma! Fora PT!", arengó un puñado de manifestantes que se reunieron fuera de un salón de fiestas en una zona acomodada de la metrópoli para repudiar con cacerolas y silbidos a la presidenta de Brasil.
"Lula, borracho, devuelve mi dinero", fue otro de los gritos que se oyó, según el diario O Estado de Sao Paulo. Los manifestantes dijeron pertenecer a grupos opositores como Movimiento Brasil Libre, Avanza Brasil y Brasil Mejor.
La convocatoria de "cacerolazos" contra la mandataria y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) durante sus apariciones públicas -especialmente en la TV- se ha vuelto frecuente en las últimas semanas. Con el PT acorralado por graves acusaciones de corrupción ligados a un fraude en la estatal Petrobras, y una economía estancada que registra también una inflación en alza, la presidenta Rousseff ha visto su popularidad desplomarse al 19%, según la encuesta de CNI/Ibope de abril.