"Un operario que empieza a trabajar cobra $5.000, y con lo que pedimos de aumento, se va a quedar con $6.400", contó el líder del sindicato de la UOM que ayer no llegó a un acuerdo en paritarias y volvieron a amenazar con una huelga nacional de 36 horas.
El Gobierno y los gremios oficialistas intentarán encarrilar esta semana la ronda de paritarias con aumentos salariales en el rango del 26% al 28%, aunque la clave de los acuerdos serán las eventuales cuotas para saldar los ajustes. Ese tironeo será determinante en las dos discusiones principales: la de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM, el gremio industrial más importante) y la de Comercio (el más numeroso del sector privado). Los debates, en los que por primera vez los empresarios son poco más que espectadores, se llevarán adelante bajo la amenaza de medidas de fuerza.
La dinámica de las negociaciones en los sindicatos más afines al Gobierno impuso la lógica que había sugerido el ministro de Economía, Axel Kicillof, de alejar lo más posible del 30% los acuerdos salariales. Ayer, el funcionario admitió que la desaceleración de los últimos meses en la inflación debería ser acompañada por "acuerdos paritarios más bajos". Y si bien volvió a negar la imposición de un techo por parte del Ejecutivo, aseguró que no permitirá que las subas tengan como financiamiento aumentos de subsidios estatales o de precios al consumidor.
La mirada esta semana volverá a estar centrada en la UOM y en Comercio. El líder del gremio metalúrgico,Antonio Caló, que arrancó su paritaria con una demanda de suba del 32% para llevar el salario mínimo garantizado de la actividad de $ 6.400 a $ 8.500, había aceptado bajar su expectativa a casi el 30% luego de sugerencias en ese sentido del ministro de Trabajo, Carlos Tomada. El propio funcionario, sin embargo, debió volver sobre sus pasos para transmitir la posición imperante de Kicillof: los incrementos deberían ser inferiores al 25% para contar con la homologación oficial.
El mismo obstáculo encontró el mercantil Armando Cavalieri para acordar un 30% en dos cuotas de 15%, más dos pagos no remunerativos de $ 1.200, con la Cámara de Comercio. El jueves, en una reunión reservada que mantuvo con Kicillof, se ofreció para acordar una suba del 26% pero en un solo pago, además de las sumas fijas.
Aunque el ministro tomó nota, desde el sector empresarial advirtieron que esa modalidad de aumento no podría pagarse, y de hacerlo sería con el traslado inmediato de ese costo a los precios, algo que el funcionario reprobó ayer públicamente. Y aclararon que el impacto que más temen, en caso de un aumento en un pago, es el del aguinaldo de mitad de año.
En la misma reunión se encontraban Caló y otros dirigentes oficialistas, como Gerardo Martínez (albañiles, UOCRA), Andrés Rodríguez (estatales, UPCN) y Omar Viviani (taxistas). Los sindicalistas se manifestaron de acuerdo en firmar bajo los mismos parámetros que terminen por acordar Comercio y la UOM. El gremio metalúrgico volverá a reunirse con las cámaras de la actividad el miércoles, mientras que el mercantil tendrá contactos en el ámbito privado, como suele hacer en cada paritaria. El jueves, Cavalieri convocó a una movilización para repudiar el tope de Kicillof.
El ministro insistió ayer en desmentir cualquier limitación. En diálogo con radio América, les advirtió a los empresarios que "no den un aumento elevado si no lo pueden pagar de su billetera". Por primera vez admitió, sin embargo, su deseo de moderación en los reclamos: "Ante la desaceleración evidente de los precios, en la discusión paritaria los sindicatos deberían también acompañar eso con una reducción de lo que son los acuerdos paritarios o no, depende las negociaciones que tengan con sus patrones; si hay 10 puntos menos de inflación, algo parecido debería pasar por los salarios". Y agregó que los incrementos no deberán ser "a costillas del Estado (por los subsidios en el caso del transporte) ni del usuario".