El aumento en la producción industrial registrado en los últimos 17 años se centró básicamente en mejoras de productividad mediante inversión de tecnología, ya que sólo un tercio de las manufacturas incrementó el empleo y las horas trabajadas entre 1997 y 2014.
El Instituto de Estudios Laborales y Sociales (Idelas) de la Universidad UCES analizó los datos de la última Encuesta Industrial Mensual del Indec correspondiente al tercer trimestre del año pasado y detectó que sobre 21 grandes sectores industriales, sólo 7 registraron niveles de ocupación superiores a los que tenían en 1997, año base de la encuesta por ser el último año de crecimiento antes de que se iniciara la anterior recesión.
"Ello desnuda los efectos de las leyes laborales y tributarias que desalientan el crecimiento por la vía del trabajo personal, aunque no incentivan la inversión en capital", destacó el informe.
Los rubros más expansivos en términos de empleo fueron los dedicados a elaboración de sustancias y productos químico, con un crecimiento del 32%; fabricantes de maquinarias y equipos (26%); autos y remolques (24%); refinerías de petróleo (21%); caucho y plástico (18%); máquinas y aparatos eléctricos (9%) y alimentos y bebidas (5%).
A su vez, en el caso de las horas obrero trabajadas el escenario fue aún peor: sólo en 5 sectores aumentaron significativamente. Ocurrió en refinerías de petróleo, sustancias y productos químicos, máquinas y equipos, autos, remolques y caucho plástico y metales comunes. "Tanto en empleo como en intensidad laboral, a nivel agregado la Encuesta Mensual Industrial dio cuenta de sendas caídas respecto de 17 años atrás de 2,8% y 8,3% respectivamente, pese a que durante ese período la producción manufacturera creció casi 80%", según el informe de Idelas-UCES.
Inversión en máquinas
La contrapartida de estas caídas fue el aumento de la productividad laboral, a partir de la inversión en tecnología de punta. Pero añade el documento "ese movimiento fue insuficiente para posibilitar dar el salto de competitividad internacional como consecuencia de políticas internas que optaron por privilegiar el consumo y desalentar las exportaciones".
A su vez, en el último año, la estadística de la encuesta mostró una caída generalizada de la productividad laboral respecto del ritmo expansivo que mantuvieron los salarios, ajustados por la Inflación Congreso. Las mermas más intensas se produjeron durante la crisis de 2009 y luego a partir de 2012, cuando la industria comenzó a sufrir las consecuencias del cepo cambiario y el sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), que afectó la programación de la producción por tratarse de un esquema poco previsible de autorización de las compras al exterior, incluso de insumos indispensables.
Entre el tercer trimestre de 2014 y el mismo período de 2013 los indicadores de producción e intensidad laboral mostraron caídas de 1,5% y 1,9% respectivamente, pese a que la productividad media del trabajo aumentó 3,2%. "De ahí se desprende que de no haber mediado inversiones básicas en equipo y tecnología por parte de las empresas, la destrucción de empleos y baja de la generación de la riqueza por parte del sector manufacturero habría sido aún más aguda", manifestó el instituto.