China y Rusia necesitan convertirse en pilares de un puente entre el oeste de Europa y el Este asiático, crear la Gran Ruta del Petróleo y el Gas, opina el periodista y experto ruso en estudios orientales Vsévolod Ovchínnikov, quien suscribe un artículo en el diario oficioso Rossiyskaya Gazeta.
El fulminante ascenso de China a una posición de liderazgo en la economía mundial empuja a replantearse la importancia del 'vector oriental' en las relaciones comerciales y económicas de Rusia, escribe el articulista, convencido de que es hora de superar la 'orientación instintiva' al Occidente que Moscú ha heredado del pasado.
"Aprovechar en beneficio de Rusia el dinamismo del nuevo líder mundial, enganchar el vagón siberiano al cada vez más veloz expreso chino es nuestro objetivo clave en este siglo", destaca Ovchínnikov.
El sector energético, a juicio del experto, es el más prometedor para la cooperación entre Rusia y China que es el segundo consumidor mundial de energía.
La segunda prioridad, derivada de la posición geográfica de Rusia, es relanzar el ferrocarril Transiberiano usando la experiencia japonesa en materia de trenes de alta velocidad. Este puente transcontinental entre Europa y Asia, indica el autor, sería mucho más ventajoso que el transporte marítimo a través del canal de Suez.