Con inquietud observa desde el Senado un sector de la Democracia Cristiana algunos de los cambios a la reforma laboral impulsados en la Cámara de Diputados. Si hasta el 13 de abril, día en que ingresaron 819 indicaciones al proyecto, las negociaciones se desarrollaron entre el gobierno y legisladores oficialistas de ambas corporaciones, en las últimas semanas el diálogo se radicó en la Cámara Baja.
Ahí, diputados de la Nueva Mayoría (PS, PPD, DC, PC) presionan al Ejecutivo para que envíe nuevas indicaciones o, al menos, patrocine algunas de las ya presentadas por los parlamentarios. Entre ellas, indexar el piso mínimo de la negociación colectiva a la inflación, avanzar en la negociación ramal, acotar la definición de servicios mínimos para garantizar el derecho a huelga y modificar o eliminar los pactos de adaptabilidad.
“Hay que evitar un escalamiento conceptual en torno a la reforma laboral. Ha habido voces, iniciativas, indicaciones de parlamentarios de la Nueva Mayoría en la Cámara de Diputados que van más allá de lo que dice el programa de gobierno. Por ejemplo, la negociación inter empresa, que no está en el proyecto inicial. Uno podrá tener una opinión en un sentido u otro, pero no podemos darnos gustitos de escalar conceptualmente un tema cuyos principios están claramente definidos”, advirtió el senador DC Ignacio Walker.
Si bien estimó que los empresarios “tienen que perder el miedo a la reforma laboral”, el ex presidente de la DC precisó que el compromiso de su partido es con cuatro pilares: “fortalecimiento de la negociación sindical, fortalecimiento de la negociación colectiva, no reemplazo en huelga y adaptabilidad laboral”. Desde esa base, añadió, el proyecto “tiene que ser discutido y perfeccionado”.
Según fuentes involucradas en la tramitación del proyecto, otras de las modificaciones aplicadas en la Cámara que no suscitarían total respaldo entre los senadores DC son la eliminación del concepto de huelga pacífica y reducir las sanciones a los dirigentes sindicales.
El senador Andrés Zaldívar (DC) anticipó que el debate en el Senado tendrá “la intensidad de trabajo que sea necesaria”, dada su importancia para el mundo sindical y empresarial. “El foco será rapidez y estudio; no solo rapidez. Vamos a trabajar y creo que vamos a respaldar al gobierno en su compromiso inicial. No vamos a ir ni más allá, ni menos”, aseguró el actual presidente de la comisión de Hacienda.
Sin embargo, la senadora Carolina Goic, integrante de la comisión de Trabajo, consideró que “las indicaciones no van más allá de lo planteado en el programa de gobierno”. A su juicio, lo relevante es “revisar el texto original respecto de los compromisos” estipulados en el programa de gobierno. A diferencia de lo que ocurrió con la reforma tributaria, dice, en el área laboral se definieron con claridad los objetivos y los alcances de la reforma.
“Un ejemplo muy claro, nosotros señalamos actualizar nuestra legislación en materia de reemplazo en huelga acogiendo además el estándar de la OIT para impedir el reemplazo de trabajadores en huelga. Sin embargo la propuesta original permitía una interpretación que daba espacio para la continuidad operacional de la empresa por la vía de la definición de servicios mínimos. Lo que se avanza con la indicación es volver al espíritu original”, señaló.
El gobierno estableció como meta el 31 de agosto para aprobar la reforma laboral. Sin embargo, fuentes involucradas en la tramitación admiten dado el debate que ha generado la iniciativa en la comisión de Trabajo, el proyecto podría no salir de la Cámara antes del 21 de mayo, y prefieren señalar que la reforma será promulgada durante el segundo semestre.