El ente regulador del mercado de capitales de Brasil abrió un proceso contra ocho exmiembros y un integrante del Consejo de Administración de la petrolera Petrobras para determinar si tomaron medidas que terminaron perjudicando a los inversores de la compañía estatal, informó la prensa local.
Entre los ocho investigados se encuentran tres figuras de peso de los Gobiernos de Luiz Inàcio Lula da Silva y de Dilma Rousseff, los exministros de Hacienda, Guido Mantega; y de Planificación, Miriam Belchior, actual titular del banco público Caixa Económica Federal.
También la medida abarca al actual presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Luciano Coutinho, el único de los ocho que aún permanece en el Consejo de Administración de la petrolera, según el diario Valor Económico.
DEMANDAS. Esta acción de la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM) de Brasil es el resultado de procesos administrativos abiertos por el ente regulador desde 2013 en base a demandas de inversores.
De acuerdo con la acusación realizada por inversores, la política de control de precios llevada a cabo por Petrobras hasta el año pasado impidió, según ellos, alcanzar las metas de endeudamiento fijadas en el Plan de Negocios 2014-2018.
Petrobras sufrió pérdidas por 21.587 millones de reales (unos 7.030 millones de dólares) en 2014, su peor resultado desde 1991, y que las colosales corruptelas que se investigan en los tribunales le costaron al menos 2.019 millones de dólares) desde 2004.
La deuda total la compañía, la mayor empresa de Brasil, fue de 351.000 millones de reales en 2014 (114.000 millones de dólares), un aumento del 31 por ciento con respecto a 2013, cuando fue de 267.820 millones de reales (87.273 millones de dólares).
El presidente del Congreso brasileño, Eduardo Cunha, está también siendo investigado por la fiscalía general del país por su supuesta implicación en el escándalo de corrupción vinculado a la operación 'Lava Jato'.
Un juez del Tribunal Supremo Federal de Brasil autorizó esta semana a que la Justicia accediera a documentos de la oficina de Cunha.
La multinacional brasileña Petrobras tuvo un revés ayer en instancia judicial con su acción amparo constitucional contra los decretos 2999 y 3324 del Ejecutivo que restringen la importación de nafta virgen, nafta de 85 octanos y diesel Tipo III o común.
El juez en lo Civil y Comercial, Hugo Garcete, rechazó el pedido de medida cautelar, por la que quería suspender los efectos de los citados decretos atacados de inconstitucionales por Petrobras, en el juicio de amparo que promovió.
El magistrado también solicitó informes a la Procuraduría General de la República, con respecto a los citados decretos del PE.
El emblema brasileño de combustibles ahora tendrá que seguir el proceso judicial del amparo hasta el final, tiempo en el cual no le queda otra salida que someterse a lo que disponen las normativas.
Para el director jurídico del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Juan Vicente Talavera, al final Petrobras no consiguió su objetivo que era fundamentalmente la medida cautelar, con lo cual no iba a someterse a los decretos que cuestiona.
A su criterio, el amparo debería ser rechazado totalmente porque no agotaron primero las instancias administrativas. Talavera apuntó que si no estaban de acuerdo con las normas debieron acudir al Tribunal de Cuentas.
“Está claro que lo único que querían conseguir es la medida cautelar. Los fundamentos de la acción no tienen sustento jurídico”, sentenció.
Finalmente, Talavera afirmó que no se establece monopolio de ningún tipo con los decretos para Petropar tal como denuncia la multinacional brasileña.
Todo Brasil comentó ayer la última novedad que generó el clima hostil al Partido de los Trabajadores: la realización de un nuevo cacerolazo el martes a la noche, pero esta vez no en repudio solamente de la debilitada presidenta Dilma Rousseff sino también de su mentor político, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Una propaganda del gobernante PT en cadena nacional de radio y televisión, en la que Lula da Silva aparecía dando un discurso, derivó en un sonoro cacerolazo en al menos 18 estados del país, especialmente en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Recife y Porto Alegre, las ciudades más pobladas del país.
La protesta incluyó silbatina y bocinazos, y fue coordinada a través de las redes sociales por grupos opositores, varios de los cuales convocaron a las dos protestas masivas que se produjeron en lo que va del año, en las que se pidió el juicio político de la mandataria debido al escándalo de corrupción en Petrobras.
En la propaganda, Lula da Silva se manifestó en contra de un proyecto de ley que tramita el Congreso, que libera de manera general e irrestricta la contratación de trabajadores tercerizados.
"La jornada de trabajo de ocho horas, las vacaciones, el decimotercer salario (aguinaldo), las jubilaciones, nada de eso cayó del cielo. Todo lo que los trabajadores tienen hoy fue duramente conquistado a lo largo de generaciones. Por eso no podemos permitir que esta historia vaya para atrás. Y eso va a suceder si se aprueba el proyecto de Ley 4.330", dijo Lula.
Los analistas destacaron el hecho de que Lula da Silva haya sido el blanco principal de esa muestra masiva de rechazo, dado que aún es, pese a los escándalos, el político más popular de Brasil (ver nota aparte).
También habló en el video el presidente del PT, Rui Falcao, quien anunció la decisión del partido de expulsar a cualquier integrante que sea condenado por la Justicia.
"Cualquier 'petista' que cometa delitos e ilegalidades no continuará en las filas del partido", dijo Falcao, quien agregó que el PT "no acepta que algunos sectores de la prensa quieran penalizar a todo el partido por causa de los errores graves de algunos de sus afiliados".
Por primera vez desde que asumió el Gobierno, en 2011, la presidenta Rousseff no apareció en la propaganda institucional del partido.
Al igual que como sucedió el 1 de mayo, cuando declinó pronunciar el tradicional discurso por el Día de los Trabajadores para no sufrir nuevas muestras de repudio y, en cambio, optó por subir tres breves videos a internet, se especuló con que la presidenta no aparecía para no ser blanco, precisamente, de cacerolazos.
Esto porque en lo que va del año ya ocurrieron manifestaciones similares en al menos dos oportunidades: el 8 de marzo, cuando la presidenta habló en cadena nacional por el Día de la Mujer, y el 13 de ese mes, cuando sus ministros más próximos se pronunciaron al término de las primeras manifestaciones masivas contra el Gobierno.
Paralelamente al cacerolazo del martes, en Twitter circuló el "hashtag" #TonaLutaPeloBrasil (estoy en la lucha por Brasil), en apoyo al Gobierno, el cual se posicionó entre los más comentados en esa red social acompañado de mensajes de apoyo a la mandataria y su partido.
Rousseff reaccionó ayer al repudio del martes a la noche al asegurar que su Gobierno "respeta las manifestaciones libres" ya que forman "parte de la democracia".
"Veo eso de la misma forma que veo cualquier otra manifestación", dijo ayer la mandataria a los periodistas tras un acto público celebrado en el Palacio presidencial de Planalto en Brasilia.
Luego de los cacerolazos contra su gestión que se produjeron anteanoche en varias partes de Brasil, la presidenta Dilma Rousseff dijo ayer que su gobierno "respeta las manifestaciones libres", ya que forman "parte de la democracia".
En momentos en que por televisión se emitía un programa político del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), miles de ciudadanos brasileños estallaron en abucheos, cacerolazos y bocinazos para protestar contra esa formación y el propio gobierno.
"Veo eso de la misma forma que veo cualquier otra manifestación", dijo ayer Dilma a periodistas, luego de un acto público celebrado en el Palacio de Planalto, en Brasilia.
Según Dilma, el ejercicio del derecho a la protesta "es normal en Brasil" a diferencia de otros países, en los que "manifestaciones con cacerolas o de otras maneras no son consideradas normales".
Como sostuvo en ocasión de otras protestas contra su gobierno, la presidenta insistió en que "se debe respetar siempre la manifestación libre de las personas", que fue "conquistada a duras penas" por la sociedad brasileña.
Anteanoche, las cacerolas sonaron en las principales ciudades brasileñas, en especial en Río de Janeiro, San Pablo, Brasilia, Belo Horizonte, Recife y Porto Alegre, las más pobladas del país.
Durante las protestas también se escucharon gritos que pedían la salida del PT del poder y la renuncia o destitución de Dilma, así como otros que tildaban de ladrón al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), antecesor y padrino político de la mandataria.
La manifestación fue similar a la que se escuchó en marzo pasado durante un pronunciamiento de la presidenta transmitido en cadena nacional de radio y televisión.
Luego de ese cacerolazo, Dilma se abstuvo de enviar un mensaje por televisión en ocasión del Día del Internacional del Trabajador el pasado 1° de mayo, e igualmente prefirió no aparecer en el programa transmitido anteanoche por el PT.
La presidenta comentó también ayer su decisión de no pronunciarse por televisión el 1° de mayo y señaló que optó por dirigirse a los brasileños a través de videos divulgados por Internet.
"Nos pronunciamos a través de un fuerte medio, como es Internet", explicó Dilma, quien, sin embargo, dijo que también pretende "mantener los mensajes" al país "en todos los medios tradicionales".
Según recientes encuestas, el apoyo de los ciudadanos a Dilma está en mínimos históricos, en torno a 13%, cuando sólo se cumplieron cuatro meses del inicio de su segundo mandato.
La pérdida de popularidad de Dilma ha sido atribuida por los analistas a un ajuste fiscal anunciado por el gobierno para hacer frente a la grave situación económica del país y al escándalo de corrupción en la empresa estatal Petrobras..