Carlos Mesa, vocero de la demanda marítima boliviana, no pudo contener ayer el entusiasmo de estar en el Salón de la Justicia del Palacio de la Paz de La Haya, aunque no fuera para ver el fondo de la aspiración paceña. Desde su asiento, en la segunda fila, junto al resto de la delegación oficial, el ex presidente tomó fotografías de los representantes chilenos por medio de su celular y tuiteaba comentarios sobre lo que llamó “acontecimiento histórico”.
Esta fue una de las pocas salidas de libreto que se registró -dentro del estricto protocolo de la corte- en el inicio de los alegatos por el juicio preliminar de competencia presentado por Chile ante la demanda boliviana. Durante la jornada fueron expuestos los argumentos jurídicos e históricos que sustentan la petición chilena con el objetivo de que los magistrados finalmente se abstengan de conocer y fallar sobre la pretensión de Bolivia.
En dos horas y 50 minutos, desde que el agente Felipe Bulnes inició la presentación del caso, Chile desarrolló su línea argumentativa en función de una estrategia que ya había sido anticipada en los días previos y que buscó acotar el tema que deben analizar los jueces a una cuestión central: que la demanda boliviana tiene como objetivo conseguir una cesión de territorio bajo la soberanía chilena para alcanzar una salida al mar, lo que en la práctica significa modificar los límites acordados entre Chile y Bolivia a través del tratado de 1904. Además, le recordó al tribunal, mediante numerosas citas a la sentencia dictada por el mismo tribunal el año 2007, en el juicio preliminar de competencia entre Colombia y Nicaragua, la restricción que impone a su jurisdicción el artículo VI del pacto de Bogotá.
Lo que no estaba contemplado, y así quedó reflejado en algunas miradas intercambiadas entre los miembros del equipo jurídico boliviano, fue el énfasis con que los abogados de Chile, los ingleses Daniel Berthlehem y Samuel Wordsworth, y el francés Piere-Marie Dupuy, expusieron ante los jueces el giro que dio Bolivia en uno de los argumentos claves de la demanda. “Bolivia funda sus alegaciones en elementos previos al tratado de 1904: el tratado de 1895. Todo lo que dice Bolivia emana de ello. Lo que no ha mencionado Bolivia es que ni el tratado de transferencia de territorios, ni ningún otro instrumento, jamás entraron en vigor. Es, particularmente, llamativo que Bolivia no diga nada al respecto. Estos no son más que trucos”, dijo Berthlehem en parte de su alegación.
La delegación chilena buscó dejar en evidencia la aparente contradicción de Bolivia entre los argumentos que expone en la demanda frente a los que señala ahora en la respuesta a la objeción preliminar de competencia. En la memoria, los bolivianos colocan las negociaciones por el tratado de transferencia de territorios de 1895 como un hito fundante de su exigencia, pues allí se planteó la posibilidad de que Chile cediera los territorios de Arica y Tacna a Bolivia en caso de que estos quedaran bajo administración chilena. En la contestación a la objeción preliminar, en cambio, Bolivia le resta importancia a esas negociaciones y las mencionan sólo como un antecedente más.
“Estas son omisiones graves y complejas para Bolivia”, remarcó el inglés Berthlehem, el segundo abogado en exponer por Chile después de la argentina Mónica Pinto, quien centró su exposición en los alcances del Pacto de Bogotá de 1948.
No fue la única apuesta de la delegación chilena en estos alegatos en los que, además de elementos jurídicos, se utilizaron calificativos como “maquillaje”, “trucos” y “osadas omisiones” para referirse a los argumentos de la demanda boliviana.
El paso más complejo del equipo chileno le correspondió al abogado Samuel Wordsworth. En su alegato, el jurista -que participó también de la defensa de Chile en el litigio marítimo con Perú- hizo mención a algunas de las negociaciones a las que apela Bolivia para señalar que Chile se comprometió a negociar una salida soberana al mar. Su intervención llamó la atención de los parlamentarios chilenos que asisten a los alegatos, pues se introducía precisamente en los temas de fondo que esgrime Bolivia en su demanda y que serán el núcleo central de los alegatos de mañana, cuando le toque el turno a sus abogados.
“Bolivia busca generar confusión al hacer referencia a los intercambios de 1950 y 1975, pero no puede soslayar el tema de que esto ya estaba regido por el tratado de 1904, de acuerdo con la forma de plantear ahora su demanda”, remarcó Wordstworth, en una sala de audiencias repleta.
Al término de los alegatos, el canciller Heraldo Muñoz no ocultó su confianza en los argumentos esgrimidos por Chile. “Hemos desmontado la pretensión boliviana”, afirmó a la salida del Palacio de la Paz y antes de retornar al hotel Hilton, para sostener una teleconferencia con la Presidenta Michelle Bachelet.
Con estricto apego al protocolo partieron ayer los alegatos que revisarán las excepciones preliminares de incompetencia que presentó Chile ante la demanda por una salida soberana al mar interpuesta por Bolivia.
El presidente de la corte, el jurista francés Ronny Abraham, comenzó la sesión presentado el caso y dando a conocer a los jueces ad hoc de ambos países, Yves Duadet por Bolivia y Louise Arbour representando a Chile. Tras ello, inició los alegatos el agente chileno, Felipe Bulnes, quien brevemente expuso las tesis centrales sobre las razones que esgrime nuestro país para solicitar a la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), que carece de competencia para revisar la causa.
Sin mayores sorpresas y con tono sobrio, Bulnes explicó que tomando en consideración el artículo 79 del reglamento de la corte, se solicitaba revisar la jurisdicción del tribunal, en base al artículo VI del Pacto de Bogotá, que establece que no se revisarán procedimientos a los asuntos ya resueltos por arreglo de las partes, o por laudo arbitral, o por sentencia de un tribunal internacional, o que se hallen regidos por acuerdos o tratados en vigencia en la fecha de la celebración del presente Pacto (1948).
En ese contexto, también hizo alusión a la nota de reserva que hizo Bolivia de dicho artículo, y que poco antes de presentar la demanda, en abril de 2013, retiró para hacer efectivo el recurso y que, a juicio de la defensa chilena, muestra que el país vecino, efectivamente lo que pretende es revisar el Tratado de 1904.
Así, Bulnes alertó sobre lo complejo que significaría para el orden mundial una revisión de un acuerdo vigente de límites: "Los tratados que constituyen un elemento fundamental de la política exterior de Chile suponen el fundamento de la estabilidad y la paz entre las naciones. Chile quiere de sus socios e interlocutores que respeten igualmente los tratados como compromiso fundamental del derecho internacional", expresó, atendiendo a una idea que ha cruzado la defensa de Chile sobre este proceso.
Los alegatos continuaron con los cuatro abogados internacionales, comenzando por la jurista argentina Mónica Pinto, quien expuso sobre la trascendencia del Pacto de Bogotá para la estabilidad de las fronteras en América Latina. Posteriormente, litigó el abogado británico Daniel Bethlehem, quien ahondó en cómo se firmó el Tratado de 1904, haciendo una revisión histórica de dicho acuerdo. Tras él, subió al estrado el abogado, también inglés, Samuel Wordsworth, quien profundizó en el artículo VI del Pacto de Bogotá y apuntó a que Bolivia argumenta la supuesta obligación de negociar, como un "medio artificial para que se le aplique un derecho". Además, ahondó en el Tratado de Transferencias de 1885, que Bolivia hace ver como el inicio de las expectativas de salida al mar que habría dado Chile, pero que nunca entró en vigencia, siendo superado por el Tratado de 1904, ratificado por ambos gobiernos y sus respectivos congresos. Finalmente hizo las conclusiones el experimentado litigante francés, Pierre Marie Dupuy .
Confianza en el gobierno
La presidenta Michelle Bachelet siguió atentamente las alternativas de los alegatos durante las tres horas que estos duraron. Durante la tarde y mediante una video conferencia saludó a la delegación nacional liderada por el canciller Heraldo Muñoz, destacando la solidez de los argumentos y expresando que "había que estar tranquilos"
Minutos antes Muñoz, tras salir de los alegatos, reforzó la idea que el artículo VI Pacto del Bogotá debe ser respetado, para garantizar la estabilidad y advirtió que lo que busca la nación altiplánica no es "negociar con Chile como se plantea en el escrito de la demanda, sino que "territorio soberano chileno".
Los alegatos continuarán el miércoles con la contraparte boliviana, que se basaría en exponer las veces que Chile habría expresado su intención de dar una salida soberana al mar a lo largo del tiempo: 1895, 1950, 1976 y 2006.
Acuerdo transitorio 1895
TRATADO ESPECIAL SOBRE TRANSFERENCIA DE TERRITORIOS DE 18 DE MAYO DE 1895
"La República de Chile y la República de Bolivia, en el propósito de estrechar cada vez más los vínculos de amistad que unen a los dos países y de acuerdo en que una necesidad superior, el futuro desarrollo y prosperidad comercial de Bolivia requieren su libre y natural acceso al mar, han determinado ajustar un Tratado Especial sobre transferencia de territorio y, al efecto, han nombrado y constituido por sus Plenipotenciarios, a saber".
Dicho acuerdo nunca fue ratificado por ambos países y fue sobrepasado por Tratado de 1904.
tratado de 1904
Acuerdo de Paz y Amistad en vigencia
Artículo 1º: Restablécense las relaciones de Paz y Amistad entre la República de Chile y la República de Bolivia, terminando, en consecuencia, el régimen establecido por el Pacto de Tregua.
Artículo 2º: Por el presente tratado, quedan reconocidos del dominio absoluto y perpetuo de Chile los territorios ocupados por éste en virtud del artículo 2º del Pacto de Tregua de 4 de Abril de 1884.
LOS ACUERDOS FRUSTRADOS
1950
Tras la instalación del gobierno boliviano de Enrique Hertzog Garaizabal (1947-1949), se iniciaron gestiones con el gobierno chileno de Gabriel González Videla (1946-1952) para conseguir un puerto para Bolivia. No hubo acuerdo.
CHARAÑA
El gobierno chileno propuso, a cambio de un canje territorial, la cesión de una franja de terreno a lo largo de su frontera septentrional con Perú, entre el océano Pacífico y la frontera con Bolivia. Sin embargo, los acuerdos firmados pronto se disolvieron y las relaciones entre ambos países se quebraron en 1978.
Después de meses de disputas y frases desde uno y otro lado, finalmente llegó la hora de la verdad para Chile y Bolivia. Este lunes se iniciaron los alegatos ante la Corte Internacional de Justica para revisar la competencia de ese tribunal para conocer la demanda marítima de La Paz y la ansiedad se apoderó de ambas delegaciones.
Mientras el equipo nacional manifestó su confianza en los argumentos jurídicos de su defensa, los bolivianos llegaron al Palacio de la Paz con el mismo hermetismo que ha caracterizado su estadía en Holanda, contraste que fue uno de los detalles que marcó la histórica jornada.
Nervioso encuentro entre las delegaciones
Minutos antes del inicio del alegato, la comitiva chilena ingresó al hall del Palacio de La Paz para aguardar su ingreso al Gran Salón de la Justicia. En ese momento, mientras eran fotografiados por la prensa presente, llegó el equipo boliviano liderado por el canciller David Choquehuanca y el ex Presidente Carlos Mesa.
La distancia entre ambos era de unos cuantos pasos, y la incomodidad evidente. Los chilenos optaron por recluirse en una de las salas de espera habilitadas y los bolivianos ingresaron de inmediato al escenario del juicio, sin saludarse. En ese lugar, la situación no cambió: solo hubo un frío saludo entre los líderes de ambos grupos.
El cordial saludo del secretario de la CIJ
Justo cuando ingresó el equipo de Bolivia, se encontraron con el secretario de la Corte, Philippe Couvreur. El jurista saludó a buena parte de la delegación altiplánica y en un intento por cortar la timidez del grupo les dijo entre risas "y bueno, aquí estamos". Mientras, Choquehuanca le agradeció por "abrirle las puertas de la paz" a su país.
Cena boliviana en el Bistro-Mer
Luego de escuchar el alegato y realizar una declaración pública en la embajada, la delegación boliviana en pleno se dirigió a cenar a un restaurante ubicado a escasas cuadras de la legación diplomática. Luego de caminar algunas cuadras, ingresaron al recinto culinario, especializado en productos del mar.
La previa en el equipo chileno
Tal como ocurrió ayer, el equipo jurídico nacional sostuvo las últimas reuniones antes de su alegato durante esta mañana en los salones ubicados en el segundo piso del hotel Hilton. En ese lugar se repasaron los textos, se afinaron pequeños detalles y se decidió acudir en masa hacia la Corte, lo cual ocurrió casi tres horas antes del inicio del juicio.
Los preparativos en Carnegieplain
A eso de las 08:30 llegaron hasta la sede de la Corte los camiones de televisión que habilitaron el servicio satelital para la transmisión del juicio. Fue el primer movimiento que hubo sobre los preparativos del proceso, el cual continuó con la apertura de las puertas del Palacio pasadas las 10 horas locales.
En la plaza contigua, la masiva presencia de la prensa chilena y boliviana y la posterior llegada de la delegación nacional llamó la atención de residentes y turistas, quienes se acercaron para saber qué ocurriría al interior de la Corte. Y al igual que en Chile, no faltó el carrito con bebidas y golosinas que llegó para atender a toda la concurrencia.
El impresentable error que perturbó a la Corte
Conocida es la severa solemnidad que envuelve al tribunal internacional y el estricto protocolo que deben seguir quienes asisten a los juicios. Más aún cuando se le está tomando el juramento a los jueces, momento que fue interrumpido por el porfiado ringtone de un periodista boliviano. El profesional fue expulsado de inmediato del salón y se ganó las miradas furiosas de los jueces en el estrado.
La búsqueda de Rigoberta por un café
La llegada de la Premio Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchu, no pasó inadvertida en la Corte. Su presencia en apoyo a la demanda boliviana concitó la atención de los medios, pero no lo suficiente como para percatarse de su presencia en la sala de prensa.
Durante el receso, se dirigió a ese lugar en busca de un café, propósito que no cumplió al estar cerrado el servicio. En ese momento, conversó con Emol sobre su vínculo con el líder mapuche Aucan Huilcaman, cuya presencia junto a manifestantes chilenos a favor de la demanda boliviana era esperada pero no se concretó.
El verdadero motivo del partido de fútbol del canciller
Fuentes de la delegación chilena revelaron que el motivo real del partido protagonizado ayer por el ministro de RR.EE., Heraldo Muñoz, con los chilenos residentes en Europa era demostrar que ellos están con la postura nacional, adelantándose de ese modo al efecto comunicacional que provocaría la manifestación que organizaria Aucan Huilcaman.
Parlamentarios precavidos
Luego de llegar al frontis del Palacio de la Paz y conversar con los medios nacionales que transmitían en directo a Santiago, una preocupación se apoderó de los legisladores que acudieron a La Haya: había que almorzar antes del juicio, si no quedarían "debajo de la mesa". Por ello, Patricio Walker tomó la iniciativa y organizó al grupo, lo cual fue agradecido por Jorge Tarud: "¡Que haríamos sin el presidente del Senado!", dijo, sumándose al apoyo mayoritario a la moción.
El "corredor territorial" establecido por la prensa boliviana
Ante la masiva presencia de los medios de comunicación de ambos países, la Corte ubicó en un mesón a chilenos y bolivianos. Mientras los profesionales se instalaban, un periodista del país vecino preguntó cuál era el lugar que le correspondía y un colega suyo le dijo con picardía: "Del corredor hacia allá es de Chile y del corredor hacia acá es boliviano", haciendo alusión a la demanda paceña y provocando risas en ambos lados.
La confusión que generó el "hermano perdido" de Bulnes
El abogado de la Cámara de Diputados, Mario Rebolledo, no ha pasado inadvertido en La Haya. Su evidente parecido con el agente de Chile ha confundido desde el ministro Heraldo Muñoz hasta a la prensa que cubre el caso, según comentan los legisladores. En la delegación, están seguros de que es el hermano perdido del ex embajador.
El vínculo lejano ente el presidente de la Corte y el concejal de San Javier
Hablando de parecidos y alcances de nombres, el diputado Tarud sacó a relucir el del concejal Ronaldo Abraham, quien es su secretario en esa comuna y es más conocido como "Ronny", con el del jurista francés que lidera la CIJ. El vínculo saco risas entre los parlamentarios presentes.
“Mucho éxito”. Con esa frase pasaron uno a uno ayer los parlamentarios chilenos que están en La Haya a darle un apretón de manos al agente Felipe Bulnes en el salón donde se realizó la primera jornada de alegatos en la Corte, por las objeciones preliminares de Chile a la competencia del tribunal internacional.
Minutos antes había ingresado la delegación boliviana, que esperaba paciente el comienzo de la sesión. Incluso, pasaron algunos después de la llegada de Bulnes y los abogados que defienden a Chile para cumplir con un saludo protocolar con los representantes bolivianos.
Las caras en el salón eran repetidas. La coagente María Teresa Infante, el ex agente Alberto van Klaveren, el experimentado abogado francés Pierre Marie Dupuy y su colega británico Samuel Wordsworth, quienes ya defendieron a nuestro país en el juicio con Perú.
Por el lado de Bolivia, en posición privilegiada estaba el círculo de hierro de Evo Morales, entre ellos el procurador general Héctor Arce, el canciller David Choquehuanca, el ex ministro del Interior Sacha Llorenti, y el ex titular de Defensa y de la Diremar, Rubén Saavedra, todos hombres de extrema confianza del mandatario paceño, y que optaron durante todo el alegato por un riguroso silencio.
La defensa chilena
El encargado de abrir las presentaciones fue el embajador Bulnes, quien en inglés argumentó que la Corte no tiene jurisdicción para conocer la demanda boliviana, que pide establecer la obligación de negociar a las partes una salida soberana al Océano Pacífico.
“Si se estima que alegar una obligación de negociar es suficiente para eludir el artículo seis del Pacto, entonces los límites cuidadosamente establecidos por este Pacto para la solución de controversias en Latinoamérica serán destruidos”, explicó el agente chileno en su intervención. Y en uno de las frases más contundentes de su discurso, Bulnes argumentó que “un tratado no desaparece sólo porque un Estado decide no mencionarlo”, en alusión al Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Así, la defensa de Chile giró en torno a la vigencia de más de 100 años de dicho acuerdo, el respeto y trascendencia del artículo 6 del Pacto de Bogotá, que enfatiza el bloqueo a discutir en la Corte asuntos zanjados por las partes con anterioridad a 1948.
La frase más repetida ayer fue la de que se está hablando de “temas ya resueltos”, en alusión a los parámetros fijados por el Tratado de 1904 y las concesiones y accesos al libre tránsito que establece este instrumento en favor de Bolivia.
Lo que buscó Santiago en su alegato era ratificar con evidencias que los temas con Bolivia están resueltos, regidos y gobernados por el acuerdo de comienzos del siglo XX y que no se pude reabrir ningún asunto anterior a 1948.
Este es el año clave para la línea argumental de nuestro país, ya que no pueden ser discutidos por la Corte materias zanjadas con anterioridad, y como demostración de ello se aludió al juicio por excepciones preliminares entre Nicaragua y Colombia. En ese contexto es que el abogado Dupuy planteó que Chile pide que se le reconozca el derecho según los estatutos de la propia Corte en cuanto a las excepciones preliminares.
En la delegación chilena se remarcó en privado que en dicho acuerdo La Paz aceptó tener una salida sin soberanía al mar.
La estrategia chilena en ese contexto, era “sacar el velo” a la demanda paceña, y evitar que Bolivia logre desestructurar el Tratado de 1904 como lo intentó Perú en su demanda por delimitación marítima.
Ayer, de hecho, hubo tres personeros de la diplomacia limeña presentes en los alegatos.
El rol de los abogados
“Impecable”. Así se refirieron en delegaciones extranjeras que presenciaron los alegatos al desempeño de la abogada argentina Mónica Pinto, la primera en exponer por parte de los juristas extranjeros. En el equipo chileno celebraron la presentación de la trasandina, que ayer alegó por primera vez ante La Haya. Y lo hizo en francés, pese a que también se evaluó la opción de que interviniera en inglés, el otro idioma oficial del tribunal. Finalmente se optó por hacer dos presentaciones en francés y dos en inglés para mostrar un equilibrio, según explicaron fuentes diplomáticas.
Pinto resaltó la importancia del artículo 6 del Pacto de Bogotá, mientras que Daniel Bethlehem aludió al silencio de Bolivia respecto del Tratado de 1904. El abogado también mencionó la aceptación por parte de La Paz de dicho acuerdo en 1905, a través de la aprobación del Congreso de ese país.
Dupuy, el francés que ya había representado a Chile anteriormente, fue el encargado de cerrar el alegato, en la primera jornada de la fase oral por la competencia de la Corte.
Ya finalizada la jornada, el canciller Heraldo Muñoz, quien partía a Roma a sostener reuniones con personeros del Vaticano, evaluó el desempeño chileno. “No queda la menor sombra de duda en cuanto a que la Corte no tiene jurisdicción para conocer la demanda que ha presentado Bolivia”, planteó el titular de RREE. Y agregó que “Bolivia no busca una negociación, busca territorio soberano chileno. La supuesta obligación de negociar no es más que una obligación de ceder territorio, es una pretendida imposición. Chile no acepta ceder parte de su territorio”.