Las empresas mineras respondieron a las pobres condiciones del mercado con una fuerte reducción de su actividad de exploración.
El resultado fue una disminución mundial del 26% de los presupuestos de exploración de metales no ferrosos en 2014.
SNL Metals & Mining estimó el presupuesto total de exploración de metales no ferrosos de la industria minera en US $11,4 mil millones en 2014.
Lo cual contrasta con los $15,2 mil millones asignados en 2013 y los $21,5 mil millones en 2012.
La acentuada disminución de los presupuestos de exploración se debió a una combinación de la cautela de los inversores del sector de empresas chicas, a cuya mayoría le fue muy difícil recaudar fondos, y al fuerte retroceso de las empresas productoras en gastos de capital y exploración para mejorar sus márgenes.
Los presupuestos de las empresas de exploración dependen en gran medida de los aportes recibidos como aporte de capital de mercados, como las bolsas canadienses en Toronto y Vancouver, y en Australia en Sydney.
Estas son muy selectivas respecto de los metales y los países por los riesgos políticos que implican estas inversiones.
Si bien los metales que ofrece Argentina son muy variados, y de los menos afectados hoy por las fluctuaciones de precios, ya que por ejemplo el mineral de hierro no está entre los fuertes, no resulta una opción atractiva por la falta de seguridad jurídica y estabilidad macroeconómica.
Si bien esto constituye un factor negativo, en la coyuntura actual esta desventaja puede abrir expectativas positivas a futuro por varias razones.
Todo indica que en los próximos años los mercados no tendrán una evolución positiva en los precios, y estaremos frente a uno de los ciclos históricos en los precios de commodities, lo que se hará más notorio por el clima de dólar fuerte.
Esto facilitará que durante ese periodo, Argentina pueda aprovechar la coyuntura desde un punto de vista político, para poder ofrecer una mayor certeza en el largo plazo, sobre un marco jurídico que, con pocas variantes, es el marco adecuado para atraer a los inversores.
Todo parece indicar, por las propuestas enunciadas por los principales candidatos a las elecciones presidenciales de fin del 2015, que nadie ignora el potencial de la industria y la necesidad de certeza que tienen las inversiones a largo plazo.
Esto se verá también favorecido porque la otra industria que en Argentina no admite dilaciones y tiene también un potencial enorme, es el petróleo y el gas, que también necesitan de estabilidad de largo plazo al igual que la minería.
Para esto hará falta mostrar un frente común entre las autoridades nacionales y provinciales coordinadas, apoyando el desarrollo de la industria en los foros internacionales, una carga fiscal competitiva, y una solución a los planteos referidos a la seguridad jurídica indispensable para estas inversiones de largo plazo.
Otro factor que va a favorecer a Argentina como factor de atracción de estas inversiones de riesgo, es que existen grandes extensiones sin exploración seria y tecnología moderna.
Replicar las condiciones que permitieron el desarrollo de los grandes proyectos mineros que se implementaron en los años inmediatos posteriores a la promulgación de la ley 24196, no resultará difícil en la medida que todos los actores políticos se lo propongan.
En este sentido, hoy se está en una mejor posición, porque por un lado las autoridades y la población de las provincias han percibido el potencial de beneficio que tiene para las regiones donde la minería se desarrolla, nadie que tenga potencial quiere resultar excluido, y por otro, las empresas han aprendido a comunicar mejor y a tener un relacionamiento más fluido con las comunidades que rodean los proyectos, acercándole esos beneficios en planes de Responsabilidad Social.
Sin duda del trabajo mancomunado de estos actores debe nacer el germen que permita esta nueva ola de crecimiento esperable de la industria.