Por Alejandor Ramírez Peña.
Con frecuencia, las intervenciones de los ambientalistas terminan en arremetidas contra las industrias extractivas, como la de petróleo y gas, pero el holandés Bjorn Lomborg es una de las excepciones.
Con un refinado inglés británico, este renombrado autor y profesor adjunto de la Escuela de Negocios de Copenhague (Dinamarca), considerado en el 2008 por The Guardian, del Reino Unido, una de las 50 personas que podrían salvar el planeta, comenzó a explicar sus tesis, que para muchos son polémicas.
Lomborg será conferencista en el XVIII Congreso Naturgás, del 27 al 29 de abril, en Medellín.
¿Cuál es su posición sobre la exploración y explotación de recursos como gas o petróleo frente a los efectos sobre la biodiversidad?
Hay que reconocer que el mundo necesita mucha energía para el desarrollo de la humanidad, y eso está fuertemente relacionado con el crecimiento económico. Vivimos en un mundo en el que hay miles de millones de personas sufriendo por la contaminación del aire y por la mala calidad de los combustibles que aún se usan. Con estos antecedentes, si vemos las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se va a doblar el consumo de energía en los próximos 25 años (2040), y también estiman que esto va a venir de combustibles fósiles, por lo que las energías renovables y lo que llaman energías verdes aún no están listas. Actualmente, el 82 por ciento de la energía consumida proviene de combustibles fósiles, y para el 2040, con el doble de energía que se consume ahora, entre el 74 y 79 por ciento va a ser de esos mismos combustibles. En ese contexto, trato de explicar que casi todas las cuentas dan que esa energía se va a obtener del gas natural, que, en comparación con el carbón, es mucho mejor en impactos de calentamiento global. El gas natural contribuye solo a la mitad de la contaminación por cada unidad de energía generada frente al carbón. Adicionalmente, no produce todos los materiales particulados que salen al ambiente, como por ejemplo el esmog.
¿Y en cuanto a los costos?
Por supuesto, también es posible decir que el fracking actualmente hace que este combustible sea barato. Todos estos hechos tienen impacto en la biodiversidad, y cada fuente de desarrollo de petróleo o gas va a tener impacto en el medioambiente local, y es muy común decir que va a ser negativo, pero tenemos que recordar que todo esto es un intercambio que hacemos como seres humanos al decir que si algunas cosas van a ir mal es con el objetivo de darles a cientos de personas la oportunidad de salir de la pobreza en todo el mundo.
Recordemos que el gas es mucho menos invasivo que las turbinas de viento o los paneles solares. Estudios serios muestran cuánta tierra se necesita para producir la misma cantidad de energía utilizando una planta de gas, o cuánta con esos paneles: dos hectáreas para producir la planta térmica con gas; y con turbinas de viento, más de 14.000 hectáreas, y con paneles solares, 8 hectáreas. Básicamente se necesita 700 veces más tierra si se quiere producir la misma cantidad de energía con turbinas de viento que con gas.
¿Qué experiencias hay en el mundo sobre intervención en paisajes delicados similares al caso de los páramos en Colombia, y cómo los han manejado?
En términos generales, es muy claro que no se puede explorar en todas partes. Por ejemplo, no sería lógico hacer una exploración de gas natural en el parque de Yellowstone, en Estados Unidos, o en las cataratas del Niágara y, por supuesto, en los lugares que son similares en Colombia porque queremos mantenerlos fuera de los límites de la exploración, pero hay que reconocer que si vamos a hacer uso de más energía, se deben hacer ciertas excepciones para tener energía más barata, y se va a tener que hacer exploración en algún lugar y se tendrán que invadir áreas para poner una planta de energía, una de gas, una turbina eólica o un panel solar. El problema aquí es decir cuál fuente va a dejar el menor impacto en el largo plazo en ese terreno. En emisión de gases y de impacto a la biodiversidad, el gas natural es mejor que el carbón, porque desde este punto de vista este gas contamina mucho menos que el carbón y también es más limpio que los otros hidrocarburos que se pueden utilizar.
¿Qué conocimiento tiene usted sobre yacimientos no convencionales? ¿Es una práctica recomendable o dañina, pensando en biodiversidad?
Debemos separar el impacto ambiental, ya que la biodiversidad es uno solo de esos impactos y probablemente es una parte muy pequeña. Si exploramos en un área muy limitada, ya sabemos por lo anterior que si se quiere tener la misma cantidad que se produjo con gas frente a las energías verdes, se puede tener 700 veces más impacto. La mayor parte de la discusión que se da sobre el impacto ambiental es más sobre la emisión de CO2, y aquí tenemos que recordar que efectivamente la exploración de gas de esquisto va a hacer que se emitan más gases de efecto invernadero, y hay una gran cantidad de estudios, como el de la Universidad de Texas, del año pasado, que indican que el impacto es mucho menor que lo que dicen las organizaciones ambientales del mundo, y hay que tener claro que la mayor cantidad de extracción de gas de esquistos con fracking se hace en los Estados Unidos, y son ellos mismos las que hacen los estudios de estos impactos, comparado con la extracción del gas natural de yacimientos convencionales. Pero esa es una pequeña fracción, comparada con el benéfico cambio que se puede obtener al hacer el cambio de carbón a gas, y se ve que es en Estados Unidos en donde, en los últimos 5 o 6, años han cambiado 5 o 7 por ciento de su generación eléctrica de carbón a gas, y este cambio ha hecho que la emisión de CO2 en los EE. UU. haya disminuido en 300 megatoneladas. Para ponerlo en contexto, toda la energía solar y de viento en Europa reduce la emisión de CO2 en solo 100 megatoneladas; entonces, la decisión de EE. UU. de cambiar de carbón a gas, aparte de que se haga más fracking y de que los precios del gas natural se bajen, reducen también la emisión del CO2 tres veces más que la que se tiene en Europa con energía solar y de viento.
Europa paga mucho dinero al año para subsidiar este tipo de energía, en comparación con Estados Unidos, que en realidad están recibiendo un beneficio económico teniendo un gas barato, del orden de 280.000 millones de dólares al año.
¿Según los estudios, cómo está Latinoamérica, y en especial Colombia, en materia de biodiversidad y qué se está haciendo para su preservación?
No sé mucho sobre biodiversidad en Colombia; en ideas generales, la conexión entre desarrollo económico y la conservación de la biodiversidad es muy clara. Primero, cuando empiezas a desarrollarte, la biodiversidad se va para atrás y se comienzan a destruir las reservas naturales para empezar a sembrar más comida; pero a largo plazo, cuando ves que la reforestación empieza a proteger el medioambiente con el fin de preservar la biodiversidad de esa área, es dado ya que eres lo suficientemente rico como para cuidar esa zona.
Expertos economistas dicen que hay una gráfica en la que al poner en la línea X el desarrollo económico y el problema de la biodiversidad en la Y, lo primero que pasa es que los problemas empiezan mal y terminan bien, y es lo que se ve en los países desarrollados, como Estados Unidos y la mayor parte de Europa, ya que estas naciones son lo suficientemente ricas para poder cuidar las tierras que han sido utilizadas, y ese es un proceso en el que Latinoamérica está entrando, porque si la idea fuera mantener la biodiversidad intacta, los humanos no deberían existir, pero ya es demasiado tarde.