Por Verónica Dalto.
Dado que la ampliación del Bonar 24, en la que el gobierno obtuvo u$s 1.415 millones, no se realizó mediante una transacción financiera tradicional debido al riesgo buitre, el país lo vendió a un precio bastante por debajo del valor de mercado. Ese atractivo comprendía el dólar que el Deutsche Bank cargó a los inversores sobre el precio de licitación para participar de la operación, en vez de cobrarle una comisión al Tesoro. Pero esa comisión implícita, del triple de lo que se paga en operaciones en condiciones normales, implicó una mayor tasa de interés para Argentina.
Según coincidieron distintos operadores del mercado, el Deutsche Bank ofrecía a los fondos en el exterior y a inversores locales pagar u$s 104 por el bono, ya que la licitación cerró con el título a u$s 103, para realizar la operación a su nombre o revenderlo en el mercado secundario. Ese dólar adicional permitió al banco embolsar hasta u$s 10 millones.
"Deutsche cobró u$s 1 a los clientes. Compraron a u$s 103 y vendieron a u$s 104, sin riesgo. Una comisión de casi 1% implícita", dijo una fuente que recibió la oferta de la entidad. "El banco te llamaba para venderte bloques del bono", agregó.
"Si ibas con Deutsche, había que poner un dólar de comisión al banco de afuera. Tenían que pagar un dólar cualquiera sea el precio", coincidió otra fuente relacionada con los fondos del exterior.
La comisión implícita fue de un 1%, cuando lo habitual es que se cobre entre 0,3 y 0,7% sobre lo suscripto. Pero en el mercado entienden que tiene que ver con el riesgo que corrió la entidad, al exponerse a ser sancionada por el juez Thomas Griesa por participar en una colocación de deuda argentina. Aunque abogados que siguen el caso consideran que no hubo responsabilidad del banco porque no se lo nombró colocador oficial. También, con las pocas opciones que tiene el país, en default selectivo, para colocar en el mercado internacional (YPF pagó en la última colocación 0,75% y la Ciudad de Buenos Aires, 0,28%).
"Como el gobierno no les pagó comisión, lo cargaron en el precio", agregó otra fuente en Wall Street. "No pagó comisión, pero dejó u$s 2 arriba de la mesa", dijo, porque el día de la licitación el bono cerró a u$s 105,36. Es decir, 28 millones de dólares adicionales.
El Deutsche -que consultado al respecto, no quiso hacer comentarios- habría recaudado hasta u$s 10 millones teniendo en cuenta la versión de los fondos buitre, que dice que el ese banco habría suscripto u$s 1.000 millones para sí mismo y en nombre de terceros. Se entiende que hasta u$s 300 millones adicionales fueron comprados por Anses.
Detrás del banco estaría el fondo Marathon Asset Management, con sede en Nueva York, que le habría comprado bonos por u$s 840 millones, según el diario Clarín replicando fuentes de Wall Street, por lo que se expuso a un eventual embargo por parte de los fondos buitre. El socio y portfolio manager de Marathon es el argentino Gabriel Szpigiel, quien trabajó seis años en Deutsche Bank desde 2003.
El precio licitado fue de u$s 103, un precio de casi tres dólares por debajo del mercado por el riesgo que corrían las partes, lo que interesó a otros fondos. "El precio sólo puede mejorar cuando una orden muy grande entra al deal. Los fondos más chicos ven eso y salen a participar también", dijo una tercera fuente. Una orden tan grande puede determinar el precio de corte de la emisión, que la nueva demanda devolvió a u$s 104,2 ayer.
Según las fuentes, Marathon, que tiene como política no hablar con la prensa, no se habría quedado con total del bloque comprado, ya que el mismo día se vieron ventas suyas en el mercado por encima de u$s 104.
Para Argentina, el dólar adicional que los clientes pagaron al banco implicó una mayor tasa de interés, de 8,956%. "Es un punto de diferencia que aumenta el costo financiero del gobierno. El Tesoro no pagó comisión, pero si tenés un inversor que está dispuesto a pagar u$s 104 y vos lo vendes a u$s 103, esto se refleja en tu costo financiero. No sólo porque podrías haber emitido más, tiene influencia en la tasa", dijo un analista en Wall Street, quien indicó que el precio de u$s 104 habría implicado una tasa del 8,8%.
La operación realizada el 21 de abril en la plaza argentina creó suspicacias, porque un solo inversor compró la mitad de la licitación. También por el hecho de que algunos fondos hayan vendido el Bonar 24 antes de la emisión (el 10 de abril valía u$s 109 y el día del anuncio, u$s 105,94) para participar de la licitación a u$s 103 y volver a venderlo, por encima de u$s 104.
Los fondos buitre reaccionaron pidiendo información, pero el dinero terminó ingresando al país antes de que pudieran embargar lo recaudado. El Gobierno había anunciado la operación unas horas justamente para evitar las trabas de los holdouts, como ya habían hecho en febrero, cuando frenaron una emisión organizada por el mismo Deutsche Bank y el JP Morgan. De todos modos, la operación estaría fuera de la jurisdicción de Griesa, porque se trató de una colocación en el mercado local y bajo ley Argentina.
El rumor se instaló en el mercado apenas se conocieron los resultados de la colocación de Bonar 2024. Según el mismo, el éxito de la operación por un total de 1.415,9 millones de dólares se debió al Deutsche Bank y a un fondo de inversión, Marathon Asset Management.
Dos fuentes en Wall Street afirmaron que este fondo adquirió nada menos que u$s 830 millones, es decir más de la mitad de la oferta y que la transacción fue realizada por Gabriel Szpigiel,el especialista en mercados emergentes de Marathon y su jefe Bruce Richardson.
Sin embargo, según Clarín, nadie pudo explicar cómo pudo haber sido la transacción que habría organizado Szpigiel. Si los bonos que compró quedaron en Argentina a la espera de un nuevo gobierno que arregle con los fondos buitre o si fueron girados al exterior.
En la audiencia en la Corte de Griesa esta semana, los buitres no pidieron información sobre la oferta de Bonar 24 que efectuó Marathon de la misma manera que le pidieron al Deutsche Bank y al BBV (Banco Bilbao Vizcaya).
Pero es posible que NML, el fondo de Paul Singer que lidera la batalla judicial contra la Argentina en la corte de Nueva York, considere que toda la transacción con Marathon se hizo a través del Deutsche Bank.
Kiciloff fue rotundo cuando le preguntaron en Moscú sobre la oferta de los Bonar 24 "No hubo ningún banco en la operación", dijo y agregó: "Deben estar bastante calentitos porque la emisión se hizo sin los bancos y se perdieron la comisión".
Sea como sea, la pregunta es si los Bonar 24 deben ser considerados deuda externa y si, por ende, sus vencimientos no puede ser ejecutados sin que al mismo tiempo no se les paga a los buitres.
En la audiencia del miércoles, Griesa dijo que no hay evidencia de que sean deuda externa, pero autorizó, sin embargo, a los fondos a pedir la información que se necesitan para ver si las evidencias existen.