Por Jaime Rosemberg.
No hubo demasiado tiempo para festejar. Ni siquiera para dormir. Horas después de su contundente triunfo en las internas sobreGabriela Michetti, y con el aval de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta ya comenzó a pensar en las elecciones generales del 5 de julio, en las que intentará llegar a ser jefe de gobierno. Optimista, su objetivo es claro: llegar a superar ese día el 50 por ciento de los votos y evitar, a como dé lugar, una segunda vuelta electoral contra Martín Lousteau (ECO) o el kirchnerista Mariano Recalde, dos semanas después.
"Estoy convencido de que podemos crecer en la cantidad de votos, tenemos una brecha para poder hacerlo", dijo el jefe de gabinete y candidato a suceder a Macri en una conferencia de prensa, apenas pasadas las 8, una frase que también repitió a LA NACIÓN por la tarde.
A su lado en la conferencia matinal, Macri se mostró igualmente "confiado en que el 5 de julio vamos a tener un enorme apoyo de la gente, igual o mayor (que el 47,4 por ciento del domingo). Si es primera o segunda vuelta es difícil saber. Todos los votos que recibimos ayer fueron votos al Pro, y esperamos recibir votos de otros candidatos que no han continuado", señaló el jefe de gobierno.
¿De dónde vendría ese puñado de votos? Sin ocultar el clima de euforia que se vivió anteanoche y también ayer, cerca del jefe de gabinete ya imaginan alternativas para retener todos los votos de Pro, incluidos los de Michetti, para intentar superar una cifra que ni siquiera Macri pudo alcanzar en sus dos triunfos en la ciudad. El tema se evaluó ayer en un almuerzo que compartieron Macri, Rodríguez Larreta y otros dirigentes nacionales.
-Votos prestados: ayer Larreta y Macri coincidieron en destacar que Graciela Ocaña (perdió la interna con Lousteau, pero superó el 4 por ciento de los votos totales) "elogió muchas cosas buenas que hicimos en el gobierno". Según explicaron en el macrismo, cuando Macri habló de "candidatos que quedaron afuera", también incluye el mínimo porcentaje que obtuvieron Guillermo Nielsen (massismo) e Ivo Cutzarida. Para Fernando de Andreis, jefe de campaña de Larreta, "la historia electoral en la ciudad dice que siempre se ha ido a una segunda vuelta. Pero estamos ahí, y sentimos que estamos muy cerca", dijo el actual responsable del área de turismo porteño.
-Más votantes: el porcentaje de votantes (72 por ciento del padrón) no fue extraordinario y sí más cercano al promedio. "Ese porcentaje se puede subir y allí aumentaría también la cantidad de gente que nos votaría", afirmaron en el búnker larretista. También habrá más apelación al "voto útil": que Pro se imponga en primera vuelta evitará a los porteños una nueva cita electoral obligatoria, en un año con agenda repleta de elecciones.
-Aires nacionales: Rodríguez Larreta sabe que la próxima cita electoral porteña llegará días después del cierre de listas para las PASO nacionales, y un mes antes de esos comicios. "Ya se van a respirar aires de elección nacional. Eso nos beneficia a nosotros y también al kirchnerismo", relataron cerca del jefe de gabinete.
-Macri y Michetti, presentes: en el entorno del jefe de gabinete imaginan al jefe de gobierno "muy presente" en la campaña de la ciudad. "Ahora es a todo o nada. Es su bastión y Mauricio va a querer mostrar otro triunfo contundente", afirmaron desde Pro.
¿Y Michetti? A pesar de que la dura derrota de la senadora está aún muy fresca, y de que ayer comenzó una temporada de silencio mediático absoluto, Larreta quiere a Michetti colaborando en su campaña. "Sacó veinte puntos, claro que nos interesa que esté", comentaron muy cerca del jefe de gabinete. El objetivo es claro: evitar que un porcentaje de quienes votaron a la senadora por su postura "rebelde" con relación a Macri se incline por Lousteau.
-El rol de los aliados: en el macrismo afirmaron que seguirán con atención los pasos de Lousteau, que tiene el aval de Ernesto Sanz y Elisa Carrió, a su vez aliados de Macri a nivel nacional. "Ahora le toca jugar a él. Habrá que ver si agudiza su versión opositora o si se modera", evaluó un dirigente nacional de Pro.
Ayer, tanto Carrió como Sanz subieron el tono de sus críticas al jefe de gabinete. "Podemos tener una sorpresa a fines de julio y que gane Lousteau. Seguro en el ballottage están Rodríguez Larreta y Lousteau. Yo creo que van a ganar los rulos", pronosticó Carrió, cuyo silencio mediático con relación al macrismo es "agradecido" cerca de Macri.
Mientras cerca de Larreta festejan el triunfo y hacen cuentas a futuro, en el macrismo todavía se viven aires de tensión derivados de la cruenta interna, saldada con el triunfo del jefe de gabinete.
Para hoy y mañana se esperan sendas reuniones del gabinete porteño, hoy sin Macri, mañana con la presencia del líder de Pro. La expectativa, claro, está puesta en los ministros y dirigentes que apostaron fuerte por la senadora y que recibieron el domingo un duro cachetazo en las urnas.
Por Pablo Tomino y Jorge Fernández Díaz.
El día después de la contundente victoria de Horacio Rodríguez Larreta en las PASO porteñas para suceder a Mauricio Macri en la jefatura de la ciudad, el jefe de gabinete estrenó Conversaciones en LA NACIÓN, un ciclo de entrevistas en video a distintas personalidades. Tranquilo y claro en los conceptos, Rodríguez Larreta aseguró que ahora intentará conquistar a los votantes de Martín Lousteau.
-¿Cómo te sentís?
-Me siento contento, orgulloso y un poco cansado. Descomprimiendo después de tanta tensión. Son muchos años de laburo y el ver que haya sido tan alto y mayoritario el triunfo me llena de orgullo.
-¿Qué ocurrió cuando llegaste a tu casa, anoche, después de un día tan conmocionante para tu carrera política?
-Caí. Fue una semana dura, porque se murió unos de mis mejores amigos. Y después el recuerdo de mi viejo, el pensar lo orgulloso que estaría.
-¿Qué te pasó por dentro al tener que enfrentarte con alguien que era tu amiga, por más de que siempre hubo una pica, como Gabriela Michetti?
-Es una sensación diferente, porque nunca nos había pasado esto de competir con alguien de nuestro espacio. Obviamente uno quería ganar, porque el que compite siempre aspira a eso, pero también queríamos que Pro saliera vencedor pensando en la candidatura de Mauricio. Y fue una interna constructiva.
-¿Qué pasó cuando la viste a Michetti frente a frente, antes de salir a hablar en público?
-La vi muy bien, supercariñosa conmigo. Me dio un beso muy cariñoso y a mi esposa, también. La vi entera, superconstructiva. Realmente quedé orgulloso con ella. Su actitud ha colaborado mucho.
-¿Qué pasará ahora con el equipo que apoyó a Michetti?
-Yo vengo laburando con ellos codo a codo en la ciudad. Tengo un vínculo muy estrecho.
-¿Van a seguir con vos?
-Sí, por su puesto. Todos. Eso no quita que vayan a trabajar con Mauricio a nivel nacional o tengan otros proyectos. En ese sentido hemos consolidado mucho el equipo de Pro. En el caso de Gabriela (Michetti), seguramente pasarán unos días, hablará con Mauricio. Pero yo veo un rol muy importante para ella en el partido. Es una de las figuras más importantes que tenemos.
-Ahora, ¿no fue una lucha muy desigual...?
-¿En qué sentido?
-Daba la impresión de que vos tenías el Estado y ella, no.
-Yo no utilicé el Estado nunca. No hubo ni una sola denuncia. Cero. Yo siento que buena parte del triunfo tiene que ver con la valoración de la gente respecto de la gestión de la ciudad. La gestión te puede dar un resultado positivo si estuvo bien y negativo si estuvo mal. Y me fue muy bien.
-Mucha gente decidió votar por vos porque si no lo hacía, votaba en contra de Macri a nivel nacional. ¿Cuánto creés que influyó esto en tu triunfo?
-Es difícil saber cuánto influye cada cosa en una campaña. Pero en mi campaña comunicamos la gestión.
-Si hubieras perdido vos, habría perdido Macri...
-No quiero consentir eso; Pro es un equipo. No lo veo así.
-¿Qué pensás de los votos que tuvo Lousteau y su performance?
-Pienso que es un voto volátil. Si vos mirás la elección anterior, sacaron muchos menos votos que los que había sacado con Carrió en 2013. Yo siento que podemos convencer a algunos de los votantes de Lousteau de que nos acompañen. De hecho, no tiene una identificación partidaria ese voto. Voy a hacer un esfuerzo para buscar parte de ese voto, porque sé que hay gente que valora que hoy no se inunde cuando llueve o que viaja mejor en el Metrobus.
-¿Qué te parecen el resultado del Frente para la Victoria y los insólitos festejos?
-El resultado muestra que en la Capital tiene poca penetración y un techo bajo. Y los festejos fueron casi un papelón. Además, inentendibles, porque es un resultado que es una mentira que perdurará en el tiempo.
-¿Qué aprendiste de las críticas de tus rivales?
-Algunas críticas personales me dolieron. Las críticas de la gestión, no. Las tomo bien. Pero las otras me duelen porque viene mi hija a preguntarme «papá, ¿qué es esto?».
-¿Qué pensás de los que dicen que sos un robot de la gestión?
-Lo tomo con orgullo. Me encanta la gestión. Y sí, soy metódico, pero siento que la gestión es eso.
-Un robot raro, porque hoy estuviste a punto de llorar dos veces...
-Y... son sensaciones. Ésta era una elección muy importante en mi carrera y la interna era una sensación encontrada, porque me enfrentaba con alguien de mi equipo. Y los afectos se entremezclan.
Es media tarde y la Redacción de LA NACIÓN se alborota. Cambia. Un set de televisión es ahora dueño de las miradas. Los reflectores se encienden. Y una docena de personas murmuran detrás de monitores y cámaras. Corren de un lado a otro y el periodista gráfico todavía no entiende bien qué pasa. La primera entrevista de Conversaciones convoca. Invita a muchos a hacer una pausa. Opinólogos sobran. Y un aplauso marca el cierre de la charla. Que seguirá en un escritorio, un pasillo, un ascensor y en la puerta de entrada. Claro: es un diario y periodistas no faltan.
Martín Lousteau está convencido de que el 22,3 por ciento que obtuvo su espacio, Energía Ciudadana Organizada (ECO), en las primarias porteñas de anteayer es apenas el piso desde donde inexorablemente empezará a crecer de aquí a las elecciones generales del 5 de julio. El candidato más votado de la oposición sabe que el duelo principal quedará planteado entre él y Horacio Rodríguez Larreta, el ganador de la interna de Pro y, con tono sereno pero firme, anticipa: "Vamos a ir al ballottage".
-El partido de Mauricio Macri obtuvo el 47,3% de los votos en las primarias. Con este porcentaje, ¿se le puede ganar a Pro?
-Claro que sí. Hay que entender de dónde viene el caudal de votos de Pro. Una parte proviene de votantes que aprueban la gestión en la ciudad. Pero la otra parte son votos de gente que quiso participar en la interna de Pro porque la vio muy atractiva, pero que quizá no lo vuelva a votar en las generales.
-Aun así, será una pelea dura...
-Claro que sí, como lo fueron las primarias. No hay que perder de vista que ECO peleó contra dos Estados, contra dos oficialismos que no tienen ningún prurito en utilizar impúdicamente los recursos públicos para hacer campaña.
-¿Cómo es eso?
-Simple: en la Capital, el macrismo dice que no usa recursos públicos en campaña, pero la campaña dura treinta días. La pregunta es qué hace el resto del año y la respuesta es que el macrismo usa la publicidad oficial para instalar candidatos. Pro gasta tres millones de pesos por día para ese fin. Y es así como, cuando vamos a un shopping, vemos la cara de Rodríguez Larreta en afiches y en pantallas. Vas a sacar el registro y lo mismo, te subís al subte y otra vez la cara de Rodríguez Larreta. Lo que hay es un enorme abuso, al igual que en el nivel nacional. (Mariano) Recalde utilizó un enorme avión de Aerolíneas Argentinas para hacer campaña en plena veda electoral.
-¿Cómo evalúa la gestión de Pro?
-Primero que nada, es una gestión que tuvo el doble de recursos por habitante que el promedio desde (Fernando) De la Rúa hasta (Jorge) Telerman. Partiendo de esa base, hay que preguntarse: ¿esta gestión es mejor que las anteriores? Sí, puede ser. Pero.. ¿es el doble de mejor? ¿Me da el doble de educación, de salud, de seguridad, de infraestructura? ¿Bajó la desigualdad a la mitad? La ciudad ¿está el doble de limpia?
Gestionar bien es hacer uso de los recursos para lograr el máximo de los resultados. Ahora bien, ¿es correcto el orden de prioridades de Pro? Poner Wi-Fi en la calle Florida o techar el estadio Roca ¿es más importante que hacer el hospital de Lugano? Ahí es donde hay diferencias. El uso de la publicidad oficial, destinar tres millones por día a ese fin ¿no estarían mejor invertidos en otro lugar? El voto electrónico, que le cuesta a la ciudad 230 millones de pesos para ser utilizado sólo este año, ¿no sería mejor invertir ese dinero en equipamiento para la policía? Ésas son las diferencias con Pro, tenemos una concepción muy distinta de la gestión.
-Quien votó a Michetti ¿cree que lo votará ahora a usted?
-Yo escuché a Macri decir que el votante de Michetti es un voto de Pro. El votante de Michetti es de Michetti y va a decidir por sí mismo en el cuarto oscuro. Nadie es el dueño de los votos. Nadie puede decir "los votos son míos y yo los mando". A pesar de las encuestas, que dicen cualquier disparate días antes de las elecciones, la gente vota lo que cree mejor para la ciudad.
-Pero seguramente usted intentará captar a ese votante. ¿Cómo hará?
-Vamos a seguir construyendo la identidad de ECO. Estamos convencidos de que hay simpatizantes de Pro y del Frente para la Victoria a quienes no les gustan algunas prácticas de esos partidos. Seguro que hay votantes de Pro a los que no les gustó la forma poco caballerosa en que se desarrolló su interna. Que no les gusta el uso de la publicidad oficial, la relación con el juego, la connivencia del gobierno porteño con contratistas de obra pública. Que no les gustan los arreglos por abajo, que a veces se soslayan o se ocultan en acuerdo con el propio Frente para la Victoria.
También estoy convencido de que hay simpatizantes del FPV a los que no les gusta lo que sucede con (Amado) Boudou, con (Julio) De Vido, con (Guillermo) Moreno, con (Ricardo) Jaime. Nosotros queremos representarlos presentando una nueva manera de gestionar.
-Pro se presenta como la nueva política. ¿Usted cree eso?
-No estoy de acuerdo con esto de la nueva y la vieja política. Para mí hay buena o mala política.
-¿Y el macrismo tiene buena o mala política?
-En algunos casos tiene buenas prácticas y en otros casos, muy malas. Lo de la publicidad oficial es un ejemplo. El tema del juego es otro. Pero si ellos (por el macrismo) insisten en medir todo bajo el parámetro de la nueva o la vieja política, ¿por qué no miramos a su candidato a jefe de gobierno?
-¿A qué se refiere?
-Michetti, en su campaña, invitó a la gente a googlear la trayectoria suya y compararla con la de Rodríguez Larreta. Él estuvo en el menemismo, fue subsecretario de Políticas Sociales. Fue interventor en el PAMI en el mandato de De la Rúa. Fue también funcionario de (Carlos) Ruckauf.
-Bueno, usted fue ministro de Economía de Cristina Kirchner...
-Lo mío es público, es clarísimo y muy abierto. Y estaría bueno que esto sucediera con los demás candidatos. Me satisface cuando desde Pro nos dicen que Graciela (Ocaña) y yo fuimos dos ministros kirchneristas, y cuando el kirchnerismo nos acusa de ser una colectora de Pro. Eso quiere decir que tenemos la identidad correcta.
Por Gabriel Sued.
Si el gobierno de Cristina Kirchner tiene una aprobación de alrededor del 35% en la ciudad; si los precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria (FPV) superan en conjunto el 25% de los votos en la Capital, ¿por qué los representantes del kirchnerismo porteño no llegaron al 20% en las PASO de anteayer?
Mientras asimilaban el cachetazo del inesperado tercer puesto, los principales dirigentes del FPV de la ciudad apuraron ayer sus balances sobre lo que pasó el domingo y bosquejaron, en conversaciones por separado, probables estrategias para recuperar el segundo lugar en las elecciones del 5 de julio.
Todos se muestran convencidos de que está abierta la posibilidad de que Mariano Recalde, el candidato consagrado en las PASO kirchneristas, recupere el terreno perdido frente a Martín Lousteau, el aspirante de ECO, y vuelva al ansiado segundo puesto. ¿Y el ballottage del 19 de julio? Hoy aparece como un horizonte muy lejano, con el que no vale la pena ilusionarse.
Una de las claves de la estrategia para ir por los votos que faltan la blanqueó ayer Recalde en distintas entrevistas radiales. "Hay votantes de Michetti que nos van a votar a nosotros", dijo a Radio Blue, en línea con el discurso que había dado anteanoche. En el escenario del búnker kirchnerista, en medio del clima espeso de la derrota, el dirigente de La Cámpora llamó a construir una ciudad que incluya todos los colores, incluso el amarillo, en alusión a un sector del electorado macrista.
En el entorno del presidente de Aerolíneas Argentinas se muestran convencidos de que una porción de los votantes, muchos simpatizantes del kirchnerismo, volcó su apoyo a Michetti con el objetivo de perjudicar a Mauricio Macri.
Ese fenómeno no se vio reflejado en el corte de boleta entre la categoría de jefe de gobierno y de legisladores. En Pro, la lista unificada para la Legislatura obtuvo apenas 34.000 votos menos (un 2%) que la suma de las listas para jefe de gobierno de Michetti y Horacio Rodríguez Larreta. Además, no hay evidencias de que esos votos se hayan volcado a favor de la lista de legisladores del FPV, que obtuvo menos sufragios que la suma de precandidatos a jefe de gobierno.
Más allá de esos datos de la realidad, en el FPV sostienen que el "voto útil" a favor de Michetti es sólo una porción de un voto kirchnerista disperso que hay que recuperar de acá al 5 de julio. Toman como referencia el porcentaje de aprobación de la gestión de la Presidenta en la ciudad y la suma que dan las encuestas a los precandidatos presidenciales del FPV. "Los que votan a nuestros candidatos nos tienen que elegir a nosotros para la ciudad", razonaron en el entorno de Recalde. Calculan que son alrededor de 6 puntos, que les permitirían superar a Lousteau.
¿Y por qué no lo hicieron anteayer? No hay una respuesta única en el kirchnerismo porteño. Un dato evidente es el muy mal desempeño de los precandidatos derrotados en las PASO del FPV. Detrás de Recalde, que obtuvo el 12,3% de los votos, se ubicaron Gabriela Cerruti, con el 2,2%; Aníbal Ibarra, con el 2%, y Carlos Heller, con el 1,5%. Estos últimos presentaron una boleta propia para la Legislatura, que no alcanzó el piso del 25% dentro de la primaria kirchnerista.
En las entrevistas que dio ayer el presidente de Aerolíneas Argentinas se limitó a decir que se esperaba un mejor resultado de sus competidores internos. El único error de estrategia que reconoció es que su candidatura tuvo poco tiempo de instalación. Recién se confirmó que iba a competir el 6 de marzo, al filo del cierre de listas.
"Arrancamos bastante tarde la campaña con una candidatura nueva, a veces cuesta en estas ciudades tan grandes; vamos a seguir trabajando, quedan dos meses por delante. Nuestro siguiente objetivo es ser la segunda fuerza en la elección general", dijo ayer el candidato del FPV.
La otra pata a definir de la estrategia tiene que ver con la conveniencia de nacionalizar la elección porteña. Hay sectores del kirchnerismo que sostienen que, dado que los comicios se celebrarán un mes antes de las PASO nacionales, será la ocasión ideal para plantear la discusión entre dos modelos de país: el que propone el gobierno nacional y el que impulsa Macri. "Eso haría desaparecer de la cancha a Lousteau", explicó un dirigente.
Otros creen que esa estrategia es insuficiente. Argumentan que en los ocho años de gestión macrista el kirchnerismo no supo constituirse como alternativa de gobierno en la ciudad y que se limitó a reivindicar a la Presidenta y a identificar a Pro con la derecha. "Los porteños saben que tenemos una mirada distinta. Ahora hay que traducirlo en propuestas concretas", se explayó otro referente del FPV porteño..