Por Laura Serra.
Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de gabinete de la ciudad y delfín político de Mauricio Macri, se consagró ayer en las elecciones primarias de la Capital como el candidato de Pro a competir por la jefatura de gobierno en las elecciones generales del 5 de julio próximo. Con una diferencia de casi 9 puntos sobre su rival en las primarias, Gabriela Michetti, el triunfo de Rodríguez Larreta en la Capital confirmó a Macri como líder indiscutido de su espacio al lograr que su jugada -tan arriesgada como polémica- de haber bendecido a su jefe de gabinete en detrimento de la senadora, resultara exitosa.
Anoche, con el resultado parcial del escrutinio -la demora en la difusión oficial de los datos fue escandalosa-, Macri se potenció como candidato opositor al kirchnerismo en la carrera presidencial. En efecto, con el ... de los votos escrutados, Pro se alzaba con el .... por ciento de los sufragios, si se contabiliza el total de votos que cosecharon Rodríguez Larreta y Michetti. Si Pro logra proyectar esta tendencia en la primera vuelta de julio próximo, quedaría cerca de evitar un ballotage.
En la Capital-que concentra el 8,1% del padrón y es el cuarto distrito elctoral- sólo hay segunda vuelta si ninguno de los candidatos alcanza la mayoría absolutoa de los votos.
"Esta transformación recién empieza y no sólo en la ciudad: hay que llevarla a todo el país, que espera otra forma de hacer política", exclamó un Macri eufórico en su traje de candidato presidencial. Lo rodeaba su gabinete y una nutrida militancia que lo aclamaba. "¡Se siente, se siente, Macri Presidente!", eran los cánticos que resonaban en el búnker instalado en Costa Salguero.
Otro de los datos salientes de la jornada electoral de ayer fue el triunfo de Energía Ciudadana Organizada (ECO) y de su candidato, Martín Lousteau, sobre el kirchnerismo. Lousteau no sólo resultó ser el candidato opositor más votado en la ciudad; su espacio, al que apoya el radicalismo y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, se ubicó segundo en el podio detrás de Pro. De esta manera logró relegar al tercer lugar al Frente para la Victoria (FPV), que llevará como candidato a Mariano Recalde, el ganador en la primaria de su espacio. El presidente de Aerolíneas Argentinas y uno de los conductores de La Cámpora había sido el bendecido por la presidenta Cristina Kirchner para pelear en la ciudad.
Además de perfilar las principales candidaturas, las elecciones primarias de ayer dejaron fuera de juego a varios postulantes que no alcanzaron el piso del 1,5% de los votos para competir el 5 de julio próximo. De hecho, de las 31 listas que compitieron ayer, sólo cinco quedarán en carrera.
Uno de los que no llegó a ese umbral fue Guillermo Nielsen, el postulante elegido por Sergio Massa para la ciudad. Massa, candidato presidencial del Frente Renovador y principal adversario de Macri en la carrera hacia octubre, prefirió celebrar el triunfo de su aliado y candidato a gobernador de Neuquén Guillermo Pereyra (Movimiento Popular Neuquino), antes de aparecer anoche por el búnker porteño del Frente Renovador. Con la resonante victoria de Rodríguez Larreta y de Macri en la Capital, no tenía demasiados motivos para celebrar.
En la izquierda, en cambio, sí hubo festejos: Miriam Bregman, del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) se alzaba con el 2,2% de los votos, porcentaje que lo consolida como cuarta fuerza en la ciudad para competir el 5 de julio. Detrás de ella se ubicaba Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad, con el 1,97% de los votos.
ALEGRÍAS Y TRISTEZAS
En líneas generales, la jornada electoral transcurrió tranquila y sin demasiados inconvenientes. Salvo la inexplicable demora en la difusión del recuento de votos por la página web del gobierno de la ciudad, que nunca funcionó.
En el búnker de Pro, la ovación mayor se la llevó Macri y su fiel ladero Rodríguez Larreta. "Lo más importante es que ganó el Pro, ganó el diálogo, ganó el futuro", exclamó el jefe de gabinete macrista, quien dedicó también elogios a su rival en la interna. "Gaby, vos sabés que te valoro y te aprecio muchísimo", dijo. Sin embargo, prefirió no adelantar qué espacio le destinará a la senadora en su campaña. Macri también fue lacónico al respecto y prácticamente la soslayó al momento de los festejos. El líder de Pro nunca le perdonó a Michetti su "rebeldía" de enfrentarse con Rodríguez Larreta por la herencia de la ciudad.
La senadora buscó mostrarse entera frente a la derrota. En su entorno predominaban las caras largas. "Me siento muy orgullosa de lo que hemos logrado. Yo podría haber elegido un camino tal vez más fácil, pero elegí el que para mí era el correcto y de mis convicciones", sostuvo, y enfatizó: "No salgo dolida en absoluto. Respeto las decisiones que tomó cada dirigente de mi partido".
En otro rincón de la ciudad, en Palermo, Lousteau, Carrió y Ernesto Sanz, jefe de la UCR y candidato presidencial, festejaban por partida doble el desempeño electoral de Lousteau y la derrota del kirchnerismo. "Me da pena Aníbal [Fernández] -ironizó Carrió-. Los candidatos ya consolidados son el candidato del PRO y Martín Lousteau como candidato en segundo lugar. Muy lejos está el presidente o no sé qué de Aerolíneas".
Más tarde, Lousteau apareció en escena. "Queremos agradecer a quienes con su voto nos dieron una enorme dosis de confianza. Somos plenamente concientes de que debemos honrar ese compromiso y que lo vamos a hacer", aseguró el candidato de ECO, cuya estrategia será ahora captar a los votantes de Michetti para intentar llevar a Rodríguez Larreta a un ballotage.
Muy lejos de los festejos estuvo el kirchnerismo porteño, que sufrió un duro golpe al quedar relegado al tercer lugar. Se había ilusionado con erigirse en la primera fuerza opositora en la Capital; las encuestas le auguraba un buen desempeño. Sin ir más lejos, no habían pasado dos horas del cierre del comicio que ya desfilaban por el búnker kirchnerista, dispuestos a festejar, los principales ministros del gobierno de Cristina Kirchner y los dos precandidatos presidenciales, el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
"Tarde o temprano va a haber un cambio en la ciudad de Buenos Aires. Tenemos tiempo, tenemos paciencia y convicciones", enfatizó Recalde, en un esfuerzo vano por entusiasmar a una militancia que, con caras largas, se retiraba del NH Tango sin demasiada ilusión.
LOS DATOS CENTRALES QUE DEJÓ LA JORNADA
Pro ratificó su dominio en la ciudad con una cantidad de votos que, de repetirse en la general del 5 de julio, lo dejaría cerca de evitar el ballottage
Rodríguez Larreta le ganó a Michetti y se encamina a ser el heredero de Macri. Saldó, así, la interna más añeja de Pro y dejó en sombras el futuro político de la senadora
Lousteau se quedó con el tercer lugar entre los candidatos más votados y superó con amplitud a Ocaña. Logró que ECO se transformara en la segunda fuerza y alimenta la ilusión de polarizar con Pro en las elecciones generales
El FPV volvió a quedar en tercer lugar, pese a contar con siete candidatos. Recalde se impuso por amplio margen en el frente interno, pero individualmente tuvo un desempeño modesto
El massismo hizo una muy mala elección y la izquierda tuvo una performance parecida a 2013, afectada por la división
Por Eduardo Paladini.
Un par de horitas. Así de poco duró la ilusión de Gabriela Michetti y buena parte de la oposición a Mauricio Macri, que apostaba a una victoria de la senadora en las PASO de la Ciudad para dañar la candidatura presidencial del líder del PRO. A las 10 de la mañana, los primeros boca de urna ya hablaban de una ventaja de entre 8 y 10 puntos para Horacio Rodríguez Larreta, el disciplinado jefe de Gabinete porteño y preferido de Macri para su sucesión. El demorado escrutinio provisorio, que se empezó a difundir recién minutos antes de las 22, daba de arranque una ventaja en ese rango.
Con la consagración de Larreta como candidato oficial del PRO para la elección general del 5 de julio, el jefe de Gobierno dio una doble demostración de poder: ratificó la preponderancia de su partido en el distrito (desde el balotaje de 2003 el macrismo no pierde una elección local) y relegó internamente a la candidata que se creía invencible. Michetti había desafiado meses atrás la autoridad de su jefe, quien la quería como compañera de fórmula presidencial, y se lanzó en la Ciudad. Ayer recibió un duro escarmiento. Más allá de la foto sobreactuada en el búnker unificado y la promesa de sumarse al tren nacional, no está tan claro cómo cicatrizará esa herida. Por su carisma, Michetti es una figura probada para hacer campaña, sobre todo en el Interior. Está golpeada.
Además de Larreta, anoche quedaban confirmados otros cuatro candidatos a jefe de Gobierno para el comicio del 5 de julio. Son los que pasaban el filtro reglamentario de estas primeras internas abiertas porteñas: superaban el piso del 1,5% de los votos necesarios y, en dos casos, ganaban la puja dentro de su propia alianza. Martín Lousteau, vencedor en ECO, aparece como el mejor posicionado para pelear por el sillón de Bolívar 1 contra el PRO. En la particular batalla que tuvo contra Mariano Recalde (el mejor del FPV) por el segundo lugar, el economista le ganó en el mano a mano y también lo superó en la suma alianza vs. alianza.
Los otros que superaban el corte eran Myriam Bregman y Luis Zamora, ambos de la izquierda. Claudio Lozano, de Camino Popular, estaba cerca.
¿Podrá Lousteau captar un voto resentido de un sector del michettismo? Aun cuando esta especulación tenga cierto asidero, su carrera será cuesta arriba. El macrismo superó largamente los 40 puntos en la primaria y les sacó más de 20 a ECO y al FPV. Si Larreta consigue un poco más, ganará en primera vuelta. Si no, irá a un balotaje dos semanas después.
La victoria del jefe de Gabinete sobre la senadora se daba en todas las comunas de la Ciudad. Lo del PRO, como alianza, era igual de contundente: también ganaba en todos los barrios. Además, el macrismo vencía claramente en los otros dos tramos que ofrecían las boletas ayer: los que llevaban a los precandidatos a legisladores y a comuneros. En caso de repetirse los resultados de ayer, el PRO quedaría cerca de renovar las 16 bancas que pondrá en juego en el Parlamento local el 5 de julio.
Con este panorama, pasadas las 22 horas, Macri salió a tomar ganancias desde el búnker en Costa Salguero. En un mismo mensaje, buscó dejar atrás la interna, felicitó a todos y pidió ir por más: “Esto que comenzó hay que llevarlo a todo el país”.
Los otros dos precandidatos presidenciales mejor posicionados hoy en los sondeos tenían nada para festejar. Daniel Scioli arrastraba un desplante casi humillante en el distrito: su precandidato, Gustavo Marangoni, fue bajado por la Rosada de una interna K en la que entraba cualquiera. Recalde resultó el más votado entre ...¡7 kirchneristas! Sin rencor, sonriente, el gobernador fue hasta el búnker a apoyar al titular de Aerolíneas. El joven camporista ya había dado muestras de flexibilidad ideológica: estrenó su precandidatura hablando de recuperar las Malvinas y terminó fotografiándose con Karina Rabolini, la mujer modelo de Scioli.
Lo de Massa fue más incómodo todavía. Después de prometer durante meses un candidato sorpresa para palearle al PRO, se resignó a la precandidatura del economista Guillermo Nielsen. Aun cuando llevaba la sigla del Frente Renovador, apenas el ex intendente de Tigre vio que la apuesta no arrancaba, se hizo el distraído y empezó a rezar (y a volcar algún recurso) para que gane Michetti. Ni siquiera eso le salió bien. La jornada de ayer fue para el olvido: ganó Larreta, Nielsen no pasó el corte del 1,5% y con el aeropuerto de Neuquén cerrado por las cenizas, ni siquiera Massa se pudo fugar a esa provincia para subirse a un triunfo ajeno (el del MPN) como había planeado.
De todos modos, los resultados de las elecciones porteñas, desde la vuelta de la democracia, fueron lo suficientemente variados como para proyectar conclusiones nacionales apresuradas. La Capital suele ser cruel. Y algunas ilusiones pueden disiparse rápido. En apenas un par de horitas.
Con una importante demora, el Tribunal Superior de Justicia porteño dio a conocer los primeros datos oficiales de las PASO de la Ciudad de Buenos pasadas las 21:30, que ya mostraban la consolidación del PRO como la primera fuerza, mientras que ECO (Energía Ciudadana Organizada) se ubicaba en segundo lugar, superando al Frente para la Victoria, que queda tercero.
La falta de información oficial sobre el escrutinio llevó a algunos candidatos a pronunciarse en público antes de conocer con certeza los números. Tal fue el caso de Gabriela Michetti, que en el centro de campaña que el PRO montó en Costa Salguero subió al escenario poco después de las 21 para reconocer su derrota.
"Esta interna en el PRO ha dado a un ganador y yo felicito de corazón a Horacio Rodríguez Larreta y a todo su equipo por el triunfo", dijo la senadora. "Ahora el PRO tiene dos desafíos, las elecciones de la Ciudad y poder ganar la presidencia de la Nación con Mauricio Macri", añadió.
A su turno, Rodríguez Larreta saludó a su contrincante interna -"Ella sabe que la quiero y la valoro mucho"- y señaló: "Lo más importante es que hoy ganó el PRO. Ganó otra vez el cambio".
De manera previsible, Mauricio Macri buscó sacar crédito de la victoria de su sello. "Esto que comenzó no se puede parar. El desafío es llevarlo a todo el país", dijo en una clara alusión a sus aspiraciones de susceder a Cristina Kirchner en el Sillón de Rivadavia. "Se siente, se siente, Mauricio Presidente", coreaban sus militantes en el lugar.
El retraso de los resultados llevó al kirchnerismo a dar un paso en falso. En el hotel NH Tango del centro, funcionarios del gabinete nacional y precandidatos a presidente se apuraron en señalar a Mariano Recalde como ganador de la interna y a asegurar que la suma de los votos de los siete integrantes de la primaria dejaba al Frente para la Victoria como segunda fuerza en la Ciudad. Lo primero era correcto -el titular de Aerolíneas Argentinas se imponía con margen sobre sus rivales-, pero lo segundo no.
Fue Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, quien tomó el micrófono el Palais Rouge, el salón de Palermo donde ECO hizo base, para aseverar que era ése el segundo frente más votado en la Ciudad, y que Martín Lousteau era el opositor con más sufragios. La acompañaba su socio radical Ernesto Sanz, quien como ella competirá en las PASO a presidente con Mauricio Macri.
"Esto recién empieza, ese voto de confianza va a ser honrado después", dijo Lousteau cuando tomó la palabra. "El Gobierno del PRO hizo cosas bien, a las que la gente no está acostumbrada. Pero hay que aumentar el nivel de exigencia", agregó.
Ya con datos oficiales habilitados, Recalde debió moderar el ánimo triunfal que había mostrado dirigenetes del FpV apenas unos minutos antes. No reconoció que estaba en el tercer puesto, pero habló de "llegar al ballotage". "Tarde o temprano va a haber un cambio en la Ciudad. El gobierno de la Ciudad no tiene corazón para solucionar los problemas. Nosotros tenemos tiempo y tenemos convicciones", dijo.
Por la izquierda, quienes superaban el piso de 1,5% para pasar a la elección general del 5 de julio eran Myriam Bregman (FIT) con 2,20% y Julio Zamora (Autodeterminación y Libertad) 1,97%. Al filo de ese límite se ubicaban Claudio Lozano, de Alianza Popular, (1,36%) y el massista Guillermo Nielsen (0,91%).
Los resultados del escrutinio debían aparecer pasadas las 21:30 en la página especial que el se montó para este caso, pero estuvo fuera de servicio. Hasta que se normalizó, la información fue solo accesible para las personas que estaban en la sala de prensa de la nueva sede de la Jefatura de Gobierno, que recibía los datos del centro de cómputos.
De los 30 precandidatos anotados para competir por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 25 quedaron afuera de las elecciones generales del 5 de julio. Los eliminados pueden dividirse en dos grupos: los que perdieron la interna de su partido y los que no superaron el piso de 1,5% de los votos que la ley electoral exige para acceder a los comicios.
El primer conjunto agrupa a nueve candidatos que perdieron la interna. El pelotón incluye aGabriela Michetti, del PRO; Graciela Ocaña y Andrés Borthagaray, de ECO; y seis candidatos del Frente para la Victoria: Aníbal Ibarra, Gabriela Cerruti, Carlos Heller, Gustavo López,Carlos Oviedo y Víctor Ramos.
Con casi el 60% de los votos escrutados, el nombre más resonante entre los que no alcanzaron el piso es el del representante del massismo en territorio porteño, Guillermo Nielsen, que no llegó ni al 1% de los votos. Tampoco alcanza el mínimo el actor Ivo Cutzarida, que rondó el 0,5 por ciento de apoyos.
También quedaron afuera los candidatos de tres fuerzas que presentaban internas: Gustavo Veray Leonardo Fabre, de Bien Común; Humberto Tumini y Sergio Abrevaya, de SurGen; y Héctor "Cacho" Bidonde, Sergio García, Maru Lopes y Martín Ignacio Torres, del MST-Nueva Izquierda.
La nómina de los que no competirán el 5 de julio la completan el legislador kirchnerista Pablo Ferreyra (ALBA), la trotskista Manuela Castañeira (Nuevo MAS), el nacionalista Ramiro Vasena(Bandera Vecinal), Gustavo Tengalia (Partido Humanista) y Enrique Piragini (Movimiento Federal).
Así las cosas, los porteños deberán elegir entre 5 candidatos: Horacio Rodríguez Larreta (PRO),Martín Lousteau (ECO), Mariano Recalde (Frente para la Victoria), Myriam Bregman (Frente de Izquierda) y Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad). Uno de ellos será el próximo Jefe de Gobierno.
Sergio Massa se propuso anoche un riesgoso acto de prestidigitación política: esfumarse de la escena porteña, donde su candidato a jefe de gobierno, Guillermo Nielsen, pugnaba por superar el piso del 1,5% en las PASO, y aparecer en Neuquén, para festejar como propia la elección del Movimiento Popular Neuquino, que retuvo (como desde 1962) la gobernación. Para ser perfecta, la ilusión requería una derrota en la interna de Pro del delfín de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, y que el volcán Calbuco dejara de echar cenizas. El truco salió mal.
Si en el Frente Renovador (FR) pensaran que los resultados de las elecciones distritales determinan el camino hacia la Presidencia, anoche Massa atravesó el peor momento político del año. Larreta ganó e insufló ánimos en la carrera presidencial de Macri. Omar Gutiérrez, del MPN, venció en Neuquén, pero Massa no pudo volar hacia allí por las cenizas del volcán chileno. Y, a las 22.30, Nielsen reconoció que no llegaba al 1,5% de los votos. Sumaba 0,9%.
Massa nunca tuvo pensado acercarse a ese búnker. Nielsen, haciendo gala de sus dotes de diplomático (fue embajador en Alemania entre 2008 y 2010), justificó esa ausencia. Dijo que el tigrense debía estar en Neuquén, porque como presidente iba a convivir los próximos 4 años con el gobernador electo. "Somos grandecitos: no necesitamos estar colgados de los pantalones de Massa", dijo.
"Hay un dogma del marketing que dice que un producto nuevo puede funcionar en una marca establecida. Pero un producto nuevo en una marca no establecida fracasa", sostuvo Nielsen, para explicar que por marca se refería al "FR porteño", no a Massa. "Necesitábamos 20 días más. Le estábamos pidiendo demasiado a la vida, como Ricky Martin", bromeó.
De todos modos, en el FR porteño pocos podían disimular el malestar por la "orfandad" de Nielsen durante la campaña. "Nos hubiera servido más presencia de Sergio. No logramos que el votante de Massa identificara a Nielsen como su candidato", explicaron anoche en el búnker montado en las oficinas de Diego Kravetz, candidato a primer legislador del FR porteño. Los choripanes que previó Kravetz ayudaron a mitigar una atmósfera política sombría.
Kravetz también salió en defensa del tigrense. "No logramos llenar el voto de Massa y muchos votantes de Sergio eligieron a Michetti o a Martín Lousteau. Puede ser mi responsabilidad", señaló, en un honroso harakiri político. La diputada Mirta Tundis, la única referente del FR que se acercó al búnker, tensó esa cuerda. "Los votos de Massa se van a contar entre agosto y octubre. Los que quieran seguir con el juego en manos de Cristóbal López van a votar a Macri y [el empresario Nicolás] Caputo", enfatizó.
El tigrense supo por la tarde que no iba a poder viajar a Neuquén, por las cenizas del volcán Calbuco. A las 19.30, al confirmarse que el MPN aventajaba largamente a sus rivales, se comunicó con el senador Guillermo Pereyra, del MPN y miembro de la mesa nacional del FR, para felicitarlo. Luego hizo lo mismo con Gutiérrez y el gobernador saliente, Jorge Sapag.