(Por Fabio Sanseverino*) En nuestro afán de ir tras las huellas de la actividad minera en la República Argentina, descifrando el signo de los tiempos entrevistamos al Licenciado en Economía Horacio Lazarte. En esta ocasión, brindaremos a nuestros lectores un punto de vista desde la perspectiva económica sobre la situación de la minería a nivel nacional en la actual coyuntura de cambios internacionales. De manera precisa identifica factores externos e internos que llevaran al debate de una minería nacional sustentable, a partir de la cual deberán factibilizar y entrar en operaciones los proyectos actualmente en suspenso.
Observador Central- ¿Podría brindarnos una rápida panorámica de la situación minera nacional?
Horacio Lazarte- El sector minero argentino se ha transformado en uno de los principales generadores de divisas a través de las exportaciones que alcanzaron en 2014 casi 3900 millones de dólares. Sin embargo, ese nivel está muy por debajo del pico obtenido durante el 2012 cuando en esa oportunidad generó 5.400 millones. La realidad del sector minero se ha modificado. La coyuntura internacional, desfavorable (con precios un 40% por debajo de los picos para los metales y minerales) impacta en los yacimientos considerados marginales, aquellos de mayores costos siendo también los más riesgosos o con dificultades para el negocio minero y Argentina ha sido afectada en ese sentido. La cancelación de “Potasio Río Colorado” ha sido un fuerte golpe, y aunque por diversos motivos, se agregó la puesta en stand by de Pascua-Lama y muchos grandes proyectos.
Aunque la potencialidad es elevada, todavía se encuentra con el desafío de poner en valor estos recursos. Pero para ello, debe seguir invirtiendo en exploración además de construir los proyectos en cartera. La realidad ha sido adversa, Argentina ha descendido del top ten de presupuestos exploratorios mundiales, el nivel de metros exploratorios mineros está en los niveles mínimos de los últimos años. Sin embargo, las expectativas son favorables.
OC – ¿Nos podría enumerar los principales inconvenientes y desafíos a los que se enfrenta la minería argentina?
HL – A la coyuntura internacional se agregan los problemas locales que dificultan la actividad. Desde lo financiero, el factor de incertidumbre y riesgo que elevan el costo del capital. Desde lo normativo, la alteración del régimen de estabilidad fiscal establecido por ley y las desventajas en cuanto a la presión tributaria frente a otros países mineros de la región. Esto genera mayores impactos en los ciclos descendentes de precios, dada la característica regresiva de gravar los ingresos brutos. Desde lo operativo, los elevados costos logísticos y de transporte que generan una desventaja que se agrava por la lejanía de los centros mundiales de consumo. Desde lo social, el desconocimiento o las deficiencias comunicacionales generaron prejuicios y hasta la prohibición de la actividad en determinadas jurisdicciones. El debate que se viene no es minería sí o minería no, sino es cómo desarrollar la minería con las mejores prácticas de forma sustentable.
OC – ¿Considera que las políticas mineras que se han llevado a cabo durante el período kirchnerista sufrirán modificaciones de consideración en un escenario donde la presidencia esté a cargo de Scioli, Massa o Macri?
HL – Desde lo político, se instalaron nuevas figuras de impuestos como las retenciones o el impuesto a la propiedad minera en Santa Cruz, que se implementaron mirando otra realidad de precios. Es difícil que un Gobierno derogue un impuesto una vez que esté instalado, aunque deberá revisarse su validez legal. De todas formas esperamos un mejor clima de negocios con el cambio de gobierno, por lo que es probable una mejora en la prima de riesgo del costo de capital. En cuanto a posibles modificaciones, si se realizan se harán considerando la estabilidad fiscal establecida en la Ley 24196.
OC – Finalmente, teniendo en cuenta su amplia experiencia y conocimiento en el sector energético, ¿Cómo prevé la actividad minera para los próximos diez años?
Argentina deberá adaptarse a la nueva realidad internacional, con precios alejados de los picos que vimos en esta década, por lo que deberá mejorar su competitividad. En ese contexto, los países compiten por los recursos financieros para poner en valor los recursos, por lo que solamente con las características de los yacimientos que nos dio la naturaleza no alcanza. Deberá mejorar sus condiciones regulatorias, de estabilidad y previsibilidad. En función de ello, se definirá la magnitud, la estructura del sector y el posicionamiento global. El escenario de máxima es superar los obstáculos actuales y que el sector pueda desarrollar todos los proyectos hoy en factibilidad, además de reactivar los que están suspendidos. Si lo logramos, podremos incluso hasta sobre compensar el déficit comercial energético mediante las exportaciones netas del sector minero. Sino, nos quedaremos fuera del mapa global y perderemos otra gran oportunidad.