La ministra de Minería, Aurora Williams, dijo que sólo un 40% de la pequeña minería está actualmente en operación tras las torrenciales lluvias que afectaron hace un par de semanas al norte de Chile.
La secretaria de Estado sostuvo que la mayoría de los caminos que conducen a las faenas mineras están habilitados, pero que están trabajando con el Consejo Minero para la recuperación de los caminos secundarios, que es fundamental para la pequeña minería.
Como medidas de ayuda a ese sector, Williams indicó que han entregado del orden de US$ 2,8 millones en anticipos y préstamos, y que han reforzado los Programas de Asistencia (Pama), entregando prácticamente de US$ 2 millones.
"Además, con un ayuda del gobierno regional, en particular del FNDR, (hemos entregado) del orden de los $ 400 millones que están destinados a la recuperación de caminos y ayudar a los pequeños (mineros), a los pirquineros", dijo la ministra.
En ese contexto, Williams indicó que la Empresa Nacional de Minería (Enami) tiene todos sus poderes de compra activos, pese a que la planta de El Salado aún no está en funcionamiento.
"Sin perjuicio de ello también estamos comprando a los pequeños mineros y tenemos un acuerdo de buscar un mecanismo de pago a las entrega que ellos nos realizan", aseguró la titular de la cartera.
Para conocer el real impacto de los temporales acaecidos los días 24 y 25 de marzo en el norte del país, Enami y Sonami elaboraron un catastro que da cuenta de la situación de la Pequeña Minería en esa zona.
Según los datos del estudio, entre Tocopilla y Ovalle hay 780 faenas activas -de las cuales 759 son minas y 21 son pequeñas plantas de beneficio- que venden por tarifa en Enami, con transacciones mensuales promedio por u$s 14.915.063 (considerando el primer trimestre del año 2015 hasta antes de la emergencia). Esta actividad ocupa más de 5.500 trabajadores directos y sobre 22.000 indirectos.
Se catastraron 507 faenas, de la cuales a la fecha: 358 se encuentran operativas, 130 están inaccesibles y 19 corresponden a las dañadas.
El informe puntualiza que los principales daños corresponden a: anegamiento, pérdida de equipamiento y daños en instalaciones. La inaccesibilidad se manifiesta principalmente por el mal estado de los caminos troncales.
En cuanto al estado de los caminos, se verifica que la zona con más dificultad para el acceso es la provincia de Chañaral, fundamentalmente por la destrucción del camino C-13 desde el cruce con la Ruta 5 a Diego de Almagro, ya que es el principal acceso a la Planta de Enami en El Salado.
Plantas de Enami
En cuanto a la situación de las instalaciones de Enami, el informe detalla lo siguiente:
Planta José Antonio Moreno – Taltal: Operativa. Recepción de minerales normalizada. Planta LX-SX-EW se encuentra operativa.
Planta Osvaldo Martínez – El Salado: Temporalmente fuera de servicio, sin fecha estimada de puesta en marcha. Sin reposición de servicios básicos de energía, agua y alcantarillado. La recepción de minerales está operativa desde el miércoles 8 de abril. Los anticipos y liquidaciones se cancelan por Oficina Copiapó.
Planta Manuel Antonio Matta – Copiapó: Operativa. Recepción de minerales normalizada desde el jueves 2 de abril.
Planta Vallenar: Planta operando LIX-SX-EW. Operación normal en recepción y chancado de minerales.
Sólo las luces de los autos y algunas de los semáforos funcionando se logran divisar a lo lejos de la Avenida Copayapu, una de las principales arterias de Copiapó y que va en paralelo con el flujo del río del mismo nombre de la ciudad, debido a la espesa capa de polvo que se levanta con el tránsito vehicular y con el movimiento de tierra de la maquinaria pesada que trabaja para despejar el barro del bandejón central.
José Carrasco (65) vive en el sector de Callejón Rafael Torreblanca. Trabaja sacando áridos y se traslada a Copiapó en bicicleta.
Relata que “lo peor es cuando pasan los camiones o se juntan varios autos, porque como la calle no está habilitada por completo se hace taco. Ahí ¡se levanta una polvareda! Empiezan a picar los ojos y hay que usar mascarilla nomás”.
Paola Zúñiga (43), vive detrás de la esquina de Avenida Ramón Freire y Centenario. Por la calle de su casa pasó un poco de barro que tuvo que limpiar. “Con palas sacamos todo pero igual queda polvo, aunque estamos atrás de la Avenida Freire igual se mete a las casas, uno limpia y después está de nuevo lleno todo. A veces pasan camiones para mojar la calle pero no dura mucho, porque el sol seca altiro”.
Efectos en la salud
Un problema que ha ido en aumento conforme el lodo se seca, y que afecta la salud de las personas, según pudieron comprobar médicos de la Clínica Las Condes (CLC), que estuvieron realizando un operativo médico.
La médico broncopulmonar de esta clínica, Mónica Saavedra, explicó que “el polvo en suspensión siempre va a provocar algún grado de irritación en las vías respiratorias, pero esto es mucho más crítico en pacientes con enfermedades tipo asmáticas, o crónicas respiratorias. Lo que vimos, sobre todo en Chañaral, es que había mucha consulta inicial por crisis obstructivas bronquiales, crisis asmáticas generadas principalmente por la inhalación de polvo ambiental”.
Saavedra agregó que no hay una estadística sobre la cantidad de pacientes afectados, pero que “en dos días que estuvimos en el operativo llegaron unos 80 pacientes, todos con problemas respiratorios. Eran principalmente pacientes crónicos y cuyos cuadros se agudizaron por respirar el polvo”.
El tema en la zona puede complicarse en los casos donde el material en suspensión se compone de tierra y restos de minerales, tras la bajada en el agua de los relaves, la doctora dijo que “es posible que hayan otros contaminantes, pero nosotros no tenemos los datos de cómo se compone el material en suspensión. Pero independiente de lo que contenga, sigue siendo irritante para las vías respiratorias, y si tiene otros componentes, como minerales, es más irritante aún”.
La recomendación, agregó la facultativa, es tratar de no transitar por las zonas donde se levanta el polvo y si no se puede evitar, hacerlo con una mascarilla que tape boca y nariz. Tampoco se recomienda hacer actividad física y si se va a trabajar con tierra, humedecer antes el terreno.
En esa misma línea, Omar Maldonado, jefe de Salud Pública de la Seremi de Salud, señaló que “no tenemos cifras objetivas, pero lo esperable es que producto del movimiento de tierra y del secado del barro, exista una mayor polución. Debido a eso, se está promoviendo el uso de mascarillas que eviten que las partículas más finas ingresen al sistema respiratorio. También es recomendable que quienes vivan o transiten en las zonas con más concentración de polvo, usen lentes o antiparras”.
Dermatitis
Otro problema es la piel, según explicó el dermatólogo de CLC, Fernando Valenzuela, quien también participó en el operativo médico en la zona. “Lo que más vimos fueron bastantes problemas de resequedad y que tienen que ver con el clima y exposición al sol. En una piel sana, el polvo pocas veces puede generar dermatitis, pero con la piel seca la gente está más expuesta. Vimos un aumento de dermatitis y alergias por causa del polvo, también hubo gente que fue arrastrada por la corriente y que estuvo sometida al barro, que también presentaron síntomas como picazón o irritación de la piel”.
Luego de la compleja situación climática que impactó fuertemente en las instalaciones de División Salvador, el lunes 20 de abril se desarrolló el reinicio gradual de sus operaciones.
Para ello se ha ejecutado un coordinado plan de trabajo, donde se ha priorizado la recuperación de los suministros básicos, la conectividad vial y el mantenimiento preventivo de los equipos fundamentales para el proceso productivo.
"Tal como pudo comprobar en terreno nuestro Presidente Ejecutivo, cuando nos visitó días posteriores a esta emergencia, el plan de acción para restablecer las operaciones nos iba a tomar alrededor de 1 mes. Nos adelantamos a ese plazo y hoy, a tres semanas del temporal de lluvia, hemos dado el primer paso en el desafío enorme que tenemos por delante y en el cual estamos desplegado todos nuestros esfuerzos para levantar a la División y ayudar a que la provincia de Chañaral y nuestra región de Atacama, también vuelvan a ponerse de pie. Creo que vamos por buen camino, priorizando ante todo la seguridad y salud de nuestra gente, con un horizonte claro que nos lleve paulatinamente a retomar la normalidad de nuestros procesos", indicó el Gerente General de la División Juan Carlos Avendaño.
Debido a los daños que sufrió la red ferroviaria, cuyos trabajos de reparación se extenderían al menos durante 1 año- la División adoptó como plan inmediato transportar sus insumos y producción, por medio de camiones. Esto ha exigido un arduo trabajo para recuperar kilómetros de rutas y accesos a áreas productivas, que fueron gravemente dañadas por el fenómeno climático que se prolongó durante varios días.
En forma paralela se avanzó en las obras de recuperación de la red eléctrica. En este ámbito, las labores de reparación en algunas torres de alta tensión dañadas, demorará alrededor de 8 meses.
Durante los próximos días se definió el regreso del personal y colaborador que se encontraba bajo régimen de vacaciones colectivas, medida adoptada por secciones los días posteriores al temporal. Para enfrentar la contingencia, la División continuó operando con la dotación mínima necesaria para restablecer los servicios básicos, la conectividad y para asegurar los insumos necesarios para la producción.
A 30 aumentaron los fallecidos por la catástrofe ocurrida en el norte de Chile hace casi cuatro semanas, según informo la Onemi en base a datos entregados por el Servicio Médico Legal.
Además, el número de desaparecidos disminuyó a 49 -conforme a denuncias por presunta desgracia realizadas a través de Carabineros o la PDI-, mientras quese mantienen 29.739 damnificados, de los cuales 1.093 se encuentran en 17 albergues.
La Onemi informó que permanece el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe para la comuna de Taltal y la Región de Atacama. Por su parte, el Ministerio de Salud mantiene Alerta Sanitaria para las comunas de Copiapó, Chañaral, Caldera, Tierra Amarilla, Diego de Almagro, Alto del Carmen, Freirina, Huasco y Vallenar en la Región de Atacama.
En tanto, se mantienen los trabajos de extracción de lodo en las diferentes localidades afectadas por los aluviones. Los trabajos son desarrollados con maquinarias del Ministerio de Obras Públicas, Ejército de Chile, municipios y empresa privada.