El mercado de fusiones y adquisiciones se ha convertido en una víctima más del débil desempeño de la economía. El volumen deoperaciones durante el primer trimestre del año, apenas alcanzó los US$363 millones. Cifra muy por debajo de la esperada por los analistas y lejos del frenesí registrado en similar período del 2014, cuando se superó los US$1.500 millones.
Algunos de los estudios de abogados que asesoraron las operaciones más sonadas del país coinciden en que la caída de los principales indicadores económicos (confianza empresarial,inversión privada y consumo interno) ha vuelto más cautos a los inversionistas, quienes ya no estarían dispuestos a pagar los números altísimos, que se observaron hasta hace algunos meses, cuando –por ejemplo– Sodimac pagó 17 veces Ebitda para hacerse de su rival Maestro.
“El apetito de los inversionistas por el país se mantiene alto, pero la desaceleración ha llevado a los compradores a ser más selectivos y menos permisivos. Hoy difícilmente verás a alguien dispuesto a pagar los precios por encima del promedio regional que se registró en épocas de bonanza”, precisa Mauricio Olaya, socio del estudio Muñiz.
Sergio Barboza, socio del estudio Pizarro Botto & Escobar, coincide con él. El especialista agrega que el ruido político también jugó en contra de las fusiones y adquisiciones. “El mercado está más lento de lo habitual. Todo indica que se está reacomodando”, opina. Ese nuevo escenario, trajo como consecuencia un desencuentro en las expectativas (algunas operaciones se cayeron por temas de precio) y retrasó el cierre de algunos ‘deals’ que se tenían en cartera.
“Probablemente hay ajustes de múltiplos o de expectativas, pero igual siguen fuerte los intereses de compra”, afirma Alberto Rebaza, socio del estudio Rebaza, Alcázar & De las Casas. Algunas de las operaciones que se cayeron en los últimos meses (porque los compradores desistieron a último momento) están vinculadas al sector industrial, telecomunicaciones y construcción.
PROYECCIONES OPTIMISTAS
Pese al inicio poco auspicioso del año, los especialistas confían en que la situación se revertirá en el segundo semestre y que las operaciones de fusiones y adquisiciones de empresas estarán entre los US$6.000 millones y los US$7.000 millones al cierre del 2015. Monto similar al registrado en el 2013, que fue un buen año.
Una de las razones que los anima a ser optimistas es que la actividad se ha vuelto más intensa las últimas semanas. Según Guillermo Ferrero, socio del estudio Ferrero, el mercado ha empezado a reaccionar. “Luego del período de reacomodo, el mercado recobrará el ritmo, como pasó a fines del 2014. Además, hay varias operaciones que podrían cerrarse e implicarían la venta de activos de empresas que tienen problemas en sus países de origen [como las brasileñas]”, opina.
De acuerdo con Augusto Barreto, CEO de Capia, los fondos de inversión serán los grandes protagonistas, pues a diferencia de lo que se observó entre el 2012 y 2014, los grupos locales como Breca, Romero e Intercorp, salvo oportunidades puntuales, se concentrarán en rentabilizar los activos que adquirieron en los últimos años.
SECTORES
#1. Ferrero y Olaya precisan que las operaciones de compra y venta de empresas se darán principalmente en minería (a nivel de mineras junior), energía, construcción e industria.
#2. Para Barboza, la actividad también será intensa en microfinanzas, pues la débil situación patrimonial de algunas cajas, llevará a una consolidación del sector.
#3. De acuerdo con Barreto, el 2015 se caracterizará por ‘medium size’, es decir, por operaciones de entre US$100 mlls. y US$150 mlls. El 2014 fue el año de las megatransacciones.
Christian Ninahuanca A. El experto Santiago Roca señala que mientras otros países del mundo fortalecen sus sistemas de control para evitar las prácticas monopólicas, en el Perú no existe un marco legal que regule las fusiones y adquisiciones empresariales que puedan perjudicar la libre competencia, a los consumidores y al mercado.
¿Cómo se controlan o regulan las prácticas monopólicas que se puedan estar generando en el mercado?
Mira, en la mayoría de países del mundo, la legislación que fomenta la competencia consta de tres grandes capítulos o rubros. El primero es la prohibición de acuerdos, o sea, se prohíbe que las empresas formen un cartel o se dividan el mercado, con lo cual restringen la competencia. Luego hay otro capítulo sobre el abuso de una empresa cuando tiene posición de dominio, que es sancionada y llevada a los tribunales por conductas inapropiadas. Y el tercer capítulo que trata sobre el control de fusiones y adquisiciones, para evitar concentraciones empresariales, que se da en Estados Unidos, Europa, China y la mayoría de países del mundo con el fin de regular sobre una posible fusión que pueda monopolizar el mercado y constituirse en una empresa ineficiente y anticompetitiva; por eso se obliga a las empresas que se fusionan, y que sobrepasan cierta dimensión, a someterse a la opinión de la autoridad de competencia (Indecopi en el caso peruano).
¿En el Perú hay legislación sobre los tres aspectos que menciona?
El Perú tiene el marco legal para las dos primeras, pero no tiene una regulación que controle las fusiones y adquisiciones anticompetitivas, o sea, no hay ninguna regulación que diga, que si dos empresas se fusionan y adquieren un dominio del mercado muy amplio, estas empresas, antes de fusionarse, deben someterse a la autoridad de competencia para que emita una opinión sobre la operación. Esa legislación no existe en el Perú.
¿Pero deben haber propuestas para cubrir ese vacío legal?
Hay distintos proyectos que se han presentado en el Congreso desde hace más de 15 años (como el proyecto de Ley de promoción de la libre competencia y la eficiencia en los mercados para la protección de los consumidores, del parlamentario Jaime Delgado), pero nunca ha sido posible aprobar una legislación en ese sentido, porque hay oposición de los grupos empresariales a obtener la opinión de la autoridad de competencia como el Indecopi. Aunque hay una excepción en el sector eléctrico.
¿Por qué se da la excepción?
El sector eléctrico es el único sector de la actividad económica en el Perú que está obligado a este sistema de control de fusiones y adquisiciones. Si una empresa eléctrica se quiere fusionar con otra empresa y sobrepasa cierta dimensión, se debe solicitar la opinión del Indecopi. Esto ya ha sucedido, varias empresas han presentado su solicitud de fusión y pedido de opinión al Indecopi, y se los ha aprobado. Generalmente la experiencia en el mundo es que la autoridad aprueba la fusión sujeta a ciertas condiciones que buscan evitar las prácticas anticompetitivas, para que la empresa no vaya a abusar de su posición de dominio.
¿Pareciera que el Indecopi estuviera debilitada o "atada de manos" ante la carencia de legislación en este tema?
Ante esta situación el Indecopi no puede hacer nada. En el Perú suceden cosas que no ocurren en otra parte; por ejemplo, se fusionaron Sodimac con Maestro, dos gigantes con cuyo poder de mercado debilitan la competencia, porque antes de la fusión competían favoreciendo al mercado y a los consumidores. Ahora, no hay una autoridad que pueda poner condiciones para que estas empresas fusionadas no hagan prácticas anticompetitivas. Otro caso posible sería la fusión de MiBanco con el Banco de Crédito, y ya se ven algunas repercusiones, porque cuando MiBanco era una entidad no fusionada las tasas de interés pasivas (ahorros) eran mayores y las tasas activas (préstamos) eran menores.
¿Cuál es la situación en otros países de la región?
En Chile, por ejemplo, cuando Telefónica se fusionó con BellSouth, la autoridad de competencia estudió el caso para ver si la fusión comprometía el mercado de telefionía en ese país, vieron los riesgos y aprobaron la fusión, con condiciones. Lo mismo pasó en Argentina cuando se fusionaron ambas compañías, la autoridad de competencia opinó sobre el tema.
¿Y en Europa o Asia?
Ahí se dio el caso de la fusión de los gigantes Glencore y Xstrata en el sector minero, que operan en todo el mundo, por lo cual la autoridad de competencia europea analizó la fusión y encontró que podía afectar el mercado europeo, por lo que le puso condiciones para que funcione, además la autoridad china de competencia también observó esta fusión, porque el gigante asiático demanda mucho cobre y podía verse afectado por el poder de mercado de esa fusión y tener que pagar precios sumamente altos por ese mineral, entonces los chinos dijeron, vamos a aprobar esa fusión siempre y cuando nos venda la mina Las Bambas (ubicada en Apurímac), porque querían tener algún activo que les permita defenderse frente a una posible concentración de poder y control de precios por parte de la fusión de Glencore y Xstrata.
¿Pero no todas las fusiones podrían tener efectos negativos?
Mire, todas las fusiones que le he mencionado han sido aprobadas, pero con ciertas condiciones, incluso, muchas veces se aprueban sin ninguna condición, porque pueden favorecer al mercado. En muy pocos casos en el mundo se prohíben, porque puede generar ineficiencia y afectar al consumidor, por eso está la autoridad de competencia para emitir opinión de forma preventiva, como en Estados Unidos y Europa que se analizan decenas de casos de fusiones.
Sin embargo, actualmente sí se sancionan algunas prácticas anticompetitivas...
Sí, pero justamente por eso algunos dicen que esta legislación de las fusiones no es necesaria, porque si una empresa ya fusionada se comporta monopólicamente y hace abuso de su poder de mercado puede ser sancionada después. Pero el daño ya está hecho, ya los consumidores reciben menos tasas de interés por sus ahorros o pagan más tasas de interés por sus préstamos, o tienen que pagar precios más altos. Entonces no es un mecanismo eficiente, mientras que el control de fusiones de alguna manera sí previene para que las empresas no hagan prácticas anticompetitivas.