Por Patricia Valli.
Desde que el Gobierno puso en marcha el cepo para contener la salida de dólares, la pérdida de exportaciones en 2012, 2013 y 2014 acumuló US$ 16.853 millones y explica –más allá del crecimiento de las importaciones– la necesidad de compensar esa caída con fondos del exterior, como el swap firmado con China por US$ 11 mil millones.
Pese al argumento que señala la crisis de los mercados desarrollados, se perdieron ventas en todos los continentes y entre los más afectados estuvieron el Mercosur y hasta la China de las asociaciones estratégicas.
Más allá de la volatilidad de las commodities, el segmento de las exportaciones industriales perdieron casi lo mismo que los productos primarios: US$ 4.770 millones según un análisis de la consultora DNI, de Marcelo Elizondo. Los granos, en tanto, cedió US$ 5.200 millones en el último año, incluido el stockeo en silobolsas de los productores que apostaron a la devaluación.
La combinación de aumentos de costos internos y pérdida de competitividad del peso frente al dólar generó caídas en los principales mercados de las exportaciones argentinas. Además de Brasil, donde las exportaciones cayeron 14% principalmente por la merma del sector automotriz, en la región las ventas a Uruguay bajaron 17% y a Chile un 27%, según los datos por países del Indec.
Las ventas a México también sufrieron por los autos y bajaron 16% mientras que a Colombia se derrumbaron un 44%. Fuera de la región, las exportaciones a los Estados Unidos cayeron 11% y a Canadá un 6%.
La China de la sociedad estratégica compró un 19% menos y las ventas a Japón y Corea cayeron un 47 y 51%, respectivamente. En dólares, esto implicó una caída de ingresos “genuinos” por US$ 2 mil millones en las ventas a Asia, mientras que en el comercio con el Mercosur se perdieron US$ 3 mil millones y otros US$ 1.200 en las exportaciones al Nafta, el bloque que comparten Estados Unidos, Canadá y México.
En el caso de la alicaída Europa, la baja de exportaciones fue relativamente menor. A Italia cayeron 6%, lo mismo que a Alemania. Las ventas a España bajaron 4% y a Holanda un 18%. Con todo, se perdieron ventas por US$ 300 millones en el último año, sin contar eventuales represalias por las restricciones a las importaciones ni el impacto que la falta de insumos generó en la producción local. “Los exportadores –todos, no sólo los sojeros– están reteniendo producción para especular con una devaluación”, reconoció un operador del sector, mientras que otros señalan que “ya no conviene exportar” y se decantan por el mercado interno.
“Tres años con resultados más bajos que los obtenidos en el mejor año registrado hasta ahora (2011) repite un fenómeno que no se veía desde 1981 y sus tres años sucesivos”, detalló Elizondo. Con estas caídas, las exportaciones pasaron a arepresentar sólo 14,17% del PBI, “el peor porcentaje desde que desapareció la convertibilidad”.
‘Costo argentino’. Con el peso moviéndose frente al dólar sólo por microgoteo para evitar el impacto inflacionario de una devaluación, el Gobierno optó por registrar los problemas con el llamado “costo argentino”, donde las tarifas logísticas, portuarias, además de algunas medidas como las retenciones a los productos industriales, le restan competitividad a las exportaciones locales. “El esquema portuario sigue siendo prácticamente el de los ‘90”, explicó el gerente de la Asociación de Importadores y Exportadores (Aiera), Adriano De Fina. “Para nosotros es una cuestión de competitividad. Son costos que no tienen que ver con el tipo de cambio”, indicó el representante de los exportadores pyme.
Las cámaras de economías regionales nucleadas en CAME esta semana alertaron por la pérdida de competitividad y reclamaron compensaciones por los precios de insumos básicos. “En el caso del gasoil, los valores se multiplicaron por 17,3 veces desde 2001, cuando los precios minoristas subieron 11 veces”.
Por los reclamos del sector exportador e importador por los sobrecostos en el Puerto de Buenos Aires, la Aduana pasará a asignar los turnos para los operadores, para evitar que las terminales cobren hasta un 50% más y encarezcan así los productos tanto para el mercado interno como para vender al mundo.
Críticas a las ‘DJAIs ajenas’
La promesa de agregar valor a las exportaciones agrícolas se diluye cuando, ante la mayor feria de alimentos del mundo, la Argentina opta por un pabellón que “simula unos silos”, lugar de almacenaje de granos por excelencia.
Así se desprende de la presentación que se hizo en la Cancillería de lo que será el espacio nacional en la Expo Milano 2015, que se extenderá desde el 1º de mayo al 31 de octubre en Italia.
“Argentina te alimenta”, es el slogan elegido por el Gobierno, según explica el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Carlos Bianco, en un video promocional. Según el colaborador de Axel Kicillof, “la seguridad alimentaria tiene el problema de falta de ingresos que le permite acceder a los alimentos”, pero también se vincula al “proteccionismo para restricciones a la importación de alimentos en países desarrollados”.
Por MATÍAS BARBERÍA.
El Banco Central (BCRA) admitió haber activado dos tramos del swap con China en marzo, días después de que este diario publicara lo contrario de acuerdo a información suministrada por voceros de la entidad. Se calcula que tras esos dos aportes y otro concretado en febrero, cerca de u$s 4.800 millones de las reservas son yuanes prestados por el Banco Popular de China.
Las reservas quedaron en u$s 31.410 millones el viernes pasado. Se mantienen prácticamente estables en lo que va del año, ya que cerraron 2014 apenas u$s 33 millones por encima de su nivel actual.
La forma en que la entidad conducida por Alejandro Vanoli consiguió esa estabilidad se explica casi totalmente por la toma de deuda. En lo que va del año, con datos hasta el 10 de abril, su intervención en el mercado cambiario le restó u$s 769 en ventas, u$s 555 millones en pagos a organismos multilaterales, u$s 668 millones en operaciones de organismos públicos (pagos de deuda) y u$s 474 millones de salida de depósitos en dólares que los bancos tienen encajados en el BCRA.
Frente a esos números negativos, sólo se oponen u$s 2.546 millones positivos que entre ingresos y salidas son el saldo positivo de el swap, la toma de deuda con otros bancos centrales y la toma de Lebac en dólares.
La semana pasada, citando a voceros del BCRA, este diario publicó que el swap no había sido utilizado, con lo cual otras fuentes de financiamiento desconocidas deberían explicar el sostenimiento de reservas.
Datos oficiales de la entidad publicados el viernes, incluidos el "Informe monetario mensual" de marzo, desmintieron esa información.
"Durante el mes, se activaron dos tramos adicionales del acuerdo de swap de monedas locales con el Banco Central de la República Popular de China", dijo el informe, sin detallar montos.
Fuentes oficiales calcularon en algo menos de u$s 1.500 millones en yuanes (unos u$s 9.300 millones de yuanes) los aportes a reservas de ese mes. En todo el año, el BCRA ya usó en torno a u$s 2.500 millones del acuerdo con China.
Los datos no son oficiales ni exactos porque desde que en enero comunicara un tramo de u$s 400 millones, el cuarto tomado por el BCRA, la entidad no volvió a comunicar de manera formal los desembolsos chinos. Desde entonces, tomó otros tres tramos más.
El swap con China es una línea de crédito contingente abierta para la Argentina por hasta u$s 11.000 millones. Con lo usado hasta marzo ya se consumió el 44% de esa línea de asistencia.
A través del swap, el BCRA recibe yuanes a préstamo a un plazo de un año, renovable.