A un presupuesto de emergencia por US$60 millones deberá recurrir Codelco, luego de constatar los daños ocasionados en su división Salvador por el último temporal que afectó a la Región de Atacama.
La minera realizó un catastro de los daños ocasionados por el evento climático y decidió iniciar la gestión de un proyecto inversional (API) por dicho monto, recursos que permitirán cubrir la mayor parte de los daños e iniciar los trabajos de reparación para volver a operar con normalidad.
Sin embargo, estos US$60 millones no consideran la reparación de la vía férrea que conecta Potrerillos con el puerto de Barquito, en Chañaral, lugar desde donde la estatal embarca su producción rumbo al exterior y que resultó severamente dañado.
Así lo explicaron sus máximos ejecutivos, quienes concurrieron el miércoles de la semana pasada a la comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputados para detallar los daños sufridos en las instalaciones.
“El agua caída en Salvador equivale a la precipitación media de tres a cuatro años. Las avalanchas de barro impactaron dos cañerías, una de agua potable y otra de agua industrial. Además, se destruyó la vía férrea en aproximadamente 40 a 60 kilómetros que corresponden a vías de Ferronor y tuvimos daño en entre 20 a 30 kilómetros del camino carretero para vehículos motorizados. Parte de una subestación eléctrica que alimenta a la concentradora también se vio afectada y tuvimos un daño mayor en una de las dos líneas de alta tensión, la cual se destruyó, derrumbando 40 torres. Pero el problema más grave es el agua potable. El ducto y la bocatoma fueron destruidos en una extensión de unos cuatro kilómetros”, relató el presidente ejecutivo de la corporación, Nelson Pizarro.
“Resuelto el acceso para vehículos motorizados, resuelto el problema de la canaleta de relaves y operando con una de las dos líneas de alta tensión que sobrevivió sin dificultades, estamos en condiciones de reanudar nuestras operaciones el lunes 20. En el intertanto se le dio vacaciones colectiva a un número importante de trabajadores, unas 1.400 personas, y a un número semejante de contratistas. El impacto aguas abajo del campamento se nota en mayor medida en la ciudad de Diego de Almagro, donde hay aproximadamente 600 de nuestros contratistas que perdieron sus habitaciones. Respecto de la dotación propia hay del orden de 50-60 personas que vieron sus casas inundadas en Copiapó”, añadió el ejecutivo.
Impacto productivo
Según la presentación de la minera, las pérdidas de producción de cobre fino se estiman en 5.000 toneladas métricas. “No obstante, la división ha desarrollado planes de contingencia que permitan compensar esta pérdida de cobre fino. Así, ya se encuentra en operaciones la planta de flotación de escorias y la planta SX-EW. Además, se está realizando acopio de gruesos (barro) en las minas a rajo, y adelantando las mantenciones, entre otras actividades”, se señala.
Los trabajos de rehabilitación del tendido ferroviario, según una primera evaluación de la compañía, demorarán unos doce meses “y con un costo sustancialmente alto”, agregó el vicepresidente de Operaciones Centro Sur de la cuprera, Álvaro Aliaga.
La compañía espera además asumir un rol activo en la reconstrucción de viviendas en Chañaral y Diego de Almagro, que es donde residen los trabajadores contratistas que sufrieron daños en sus viviendas producto del temporal.
Esto, según señaló el presidente ejecutivo de la empresa, será presentado al directorio, pues compromete recursos para poder ayudar en las soluciones habitacionales. “Vamos a someter esa proposición para los directores”, reconoció Pizarro.
Luego de la compleja situación climática que impactó fuertemente en las instalaciones de División Salvador, este lunes 20 de abril está programado el reinicio de sus operaciones productivas.
Esta ha sido una tarea que aún significa un gran despliegue humano y técnico del personal propio y colaboradores, quienes con el respaldo de las principales autoridades de la Corporación, pudieron ejecutar un coordinado plan de trabajo que priorizó la recuperación de los suministros básicos y la conectividad vial.
Una de las prioridades para la División sigue siendo la restitución del agua potable, lo que ha significado una tarea de alta complejidad. El aluvión destruyó alrededor de 5 kms del sistema de cañerías de aducción que abastecen a la población y a los principales procesos productivos. En este sentido, un rol vital ha desempeñado la puesta en marcha de las plantas de osmosis inversa que se instalaron en forma provisoria, las cuales permitieron avanzar en la restitución paulatina del suministro de agua, factor fundamental para el regreso a las operaciones.
En forma paralela se avanzó en la rigurosa planificación para la puesta en marcha de los procesos y durante los próximos días debe incorporarse la totalidad del personal que se encontraba en régimen de vacaciones colectivas.
En tanto, otra buena noticia para la División provino del informe del estado de resultados de Codelco, documento donde se destaca que durante el mes de marzo Salvador cumplió con su meta comercial.
De esta forma, la División Salvador continúa por la senda de la desafiante tarea de levantarse, con la fuerza y empuje de sus mineros.