Mientras todas las miradas apuntan a la caída del petróleo, el gas empieza a ocupar un lugar cada vez mayor en la cartera de negocios de las petroleras. La explicación es sencilla: el precio de 7,5 dólares que completa Nación para cada molécula incremental alcanza para financiar proyectos no convencionales. Alrededor del 8% del gas "made in Argentina" consiguió este precio en el 2014.
Además, el país aún inyecta al sistema nacional un 25% de gas importado, que se paga entre los 8,5 y los 16 dólares el millón de BTU. Esto abre un mercado muy grande a las empresas, inclusive con la posibilidad de conseguir inclusive mejores precios a nivel doméstico.
El fluido podría convertirse en un bálsamo para la industria en momentos en los que los bajos precios del crudo amenazan los proyectos no convencionales, la única oportunidad que tiene el país para retomar el autoabastecimiento energético.
Y la principal señal de que esto es así está en los números duros. Entre enero del 2014 y el mismo mes del 2015 la producción de gas en Neuquén (cuya cuenca es la más proclive a aumentar la extracción) creció un 6,5% según las estadísticas de la Secretaría de Energía de la Nación.
Entre las que tienen la producción más grande lidera el crecimiento PAE, en Lindero Atravesado, con un 165%, seguida por Entre Lomas con 48%. YPF aparece tercera con una suba del 20%, pero que resulta ser la más significativa por su volumen: la estatal aportó en el último año 122.000 metros cúbicos mensuales más de gas, una cifra apuntalada por la producción no convencional.
Otra muestra de que YPF es el actor más dinámico del mercado la da el precio que consigue la petrolera de bandera. Según confirmó su CEO, Miguel Galuccio, ronda los 4,5 dólares el millón de BTU (MBTU), mientras que el promedio nacional apenas alcanza los 3,57 según el promedio ponderado que hace la Carta Energética de Montamat. Esto se debe al plan de gas incremental, que le permite cobrar 7,5 dólares el MBTU de cada molécula que extraiga por encima de la curva de declinación de sus yacimientos.
LOS PROYECTOS
El tight gas en la formación Lajas, así como el incipiente shale del yacimiento El Orejano, parecen estar dando sus frutos. En este último bloque brillan dos pozos horizontales de mil metros de recorridos y 10 etapas de fracturas, la opción que tomó la firma para mejorar su productividad. El yacimiento Estación Fernández Oro en Río Negro también hace su aporte.
No sólo YPF apuesta al gas. En el bloque Río Neuquén, Petrobras avanza con un programa de tight gas de 15 pozos, en los que invertirá 245 millones de dólares. PAE, en Lindero Atravesado, apunta la misma formación junto con Lajas y Molles.
A pesar de ser la segunda productora provincial, Total no repunta. Sin embargo, es la petrolera argentina que más ha experimentado en los yacimientos no convencionales, tanto shale como tight, como los de Aguada Pichana, su nave insignia.